Desde San Martín de los Andes (Neuquén) - “Calentar motores para la llegada de la Rampage”. Ese, en resumidas cuentas, era la propuesta inicial de una travesía Ram organizó la semana pasada por la Patagonia argentina. Así lo había anunciado Pablo García Leyenda, el director Comercial de la rama FCA del Grupo Stellantis (leer entrevista). 

Pero lo que para Motor1 Argentina iba a ser una típica cobertura de “viaje lifestyle”, se vio rápidamente reconvertido a modo “anticipo de lanzamiento”, una vez que fue detectada la presencia en la flota de vehículos de –tatántatáaaan–, la nueva Ram 1500 Rebel.

Efectivamente, cuando aterrizamos en el Aeropuerto de San Martín de los Andes, una de las cuatro pick.ups que nos esperaban era la nueva Rebel, que ya había sido exhibida en público durante el verano de 2022 en el stand de la marca en Cariló (ver nota), y cuya comercialización se venía demorando desde entonces. Así que empecemos por ahí.


La Rebel

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Resultó un poco curioso que la gente de Ram no nos haya advertido de entrada que íbamos a tener la oportunidad de manejar un producto completamente nuevo, que aún no se lanzó a la venta en nuestro país. De ahí la sorpresa de todos los periodistas con la 1500 Rebel, a medida que fuimos cayendo en la cuenta de su presencia. Fue como si simplemente fuese una versión más de la 1500, dejando “por debajo del radar” a su relevancia, –que es mucha–, ya que se trata de una generación completamente nueva del producto. El motivo no-oficial es evidente: Ram va a hacer convivir las dos generaciones durante un buen tiempo, y en ese caso siempre es preferible no hacer hincapié en la contraposición “nueva vs. vieja”, sino simplemente plantearlo como una ampliación de la gama, agregando una versión "más aventurera". Algo entendible, sobre todo si todavía hay stock para vender, y sobre todo si hay demanda contenida para ese stock.

En ese contexto, tengo que reconocer que tardé un rato en darme cuenta de la presencia de una novísima generación. En parte fue por el impacto que representa estar frente a esos mastodontes, cuyo tamaño obnubila cualquier sintonía fina para detectar cuestiones de diseño. Pero aguzando el ojo, quedaba claro que, de las cuatro chatas, la más “distinta” era una de las dos camionetas rojas: sí, la 1500 Rebel.

En principio, por las terminaciones: con Ram estamos bastante acostumbrados a la abundancia de detalles cromados, y la Rebel en cambio tenía todas terminaciones negras, incluyendo parrilla, paragolpes, “branquias” en el capot, espejos retrovisores, apliques en los pasarruedas y protección en la parte baja de las puertas. No dejan de ser detalles cosméticos: los cambios reales en el diseño son visibles en las formas de la trompa, con unas ópticas apenitas más estilizadas y ubicadas un poco más arriba con relación a la parrilla, generando una gráfica más integrada. Es un cambio bastante sutil, pero que modifica la expresión medio tristonia (?) de la “vieja 1500", por una más alegre. En términos generales, podríamos decir que el diseño de la nueva 1500 es bastante continuista, ya que mantiene básicamente las mismas proporciones y no hay cambios radicales en el estilo, aún cuando supuestamente cambian todos los componentes de la carrocería, y crece en todas sus dimensiones.

Como era de esperarse, la organización de la travesía fue perfecta y todos tuvimos oportunidad de manejar la 1500 Rebel. A mí me tocaron dos tramos: uno sobre sobre la Ruta Provincial 40, que es de un ripio bastante compacto pero no exento de irregularidades, y el otro por el camino interno de un campo, donde había barro, nieve charcos, pozos, subidas y bajadas pronunciadas. En función de esa relativamente breve, pero intensa experiencia con el vehículo, paso a enumerar los aspectos que encontré más destacables:


El andar

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Quedé alucinado con el andar de la camioneta, sobre todo en su capacidad para absorber irregularidades. Tanto es así que la primera teoría que cruzó por mi cabeza fue que, ahora que ambas marcas son parte del Grupo Stellantis, Ram había accedido secretamente a la tecnología de suspensión de los fabulosos Citroën DS y CX. Pero no, se trata simplemente de una nueva suspensión independiente adelante y eje rígido atrás, con brazos múltiples. Uno de los secretos es que utiliza muelles de bobina estándar o resortes de aire, a diferencia de la configuración tradicional de elásticos que se encuentra en otras camionetas full-size. Si este es el nivel de amortiguación para una camioneta que supuestamente está orientada al offroad, no me quiero imaginar lo que va a ser la versión Laramie, que supuestamente tendría que ser más confortable.

Sobre el comportamiento dinámico a alta velocidad no puedo opinar porque no lo experimentamos, pero un breve tramito en ruta asfaltada que me tocó me da la pauta de que debe ser muy bueno, considerando que el vehículo pesa dos toneladas y media.


La Fuerza Bruta

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Lo puse así, con mayúsculas, porque va más allá de la potencia y torque máximo nominales (395 CV y 556 Nm respectivamente). Abajo del capot está el legendario V8 Hemi de 5.7 litros de Chrysler (el mismo que equipa a los Dodge Challenger), que es literalmente una bestialidad. La sensación que transmite este monstruo motriz es de invulnerabilidad total; y en combinación con la caja de 8 marchas con reductora y las cubiertas de uso mixto, es como si no hubiese límites para esta chata. Y por si esto fuera poco, hay un motor eléctrico alimentado por una batería de 40 voltios (que se recarga en las frenadas), lo que lo convierte en un “híbrido ligero” o MildHybrid. Este motor eléctrico ayuda durante los arranques, distribuye el torque en determinadas condiciones de baja adherencia y abastece la energía eléctrica del vehículo. ¿Las ventajas? Un ahorro declarado de un 10% en el consumo de combustible y ciertas ventajas impositivas (solo 5% de arancel de importación y exención o reducción de patentes en varios distritos, ver lista).


La tecnología

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Otro impacto cuando uno entra a la chata (cosa que no es tan fácil, porque la Rebel carece de estribo). Domina la escena la gigantesca pantalla de 12 pulgadas vertical ubicada en el centro de la consola, que es muy similar a la Ram 2500 y representa una mejora sustantiva en tamaño con respecto a la de la 1500 “actual”. El tablero también es 100% digital y súper legible. No tuve tiempo de interactuar demasiado con la pantalla, pero me pareció rápida e intuitiva, aunque no me gusta para nada que concentre los comandos de ventilación/calefacción del habitáculo. Soy de los que creen que siempre es más práctico tener comandos físicos dedicados, y más aún considerando que en un vehículo orientado al offroad uno anda sacudiéndose todo el tiempo y embocarle con el dedo al lugar correcto la pantalla puede tornarse una quimera. A favor: cargador inductivo para el celular, espejado inalámbrio, muchos puertos USB tipo A y C.

Una cosa que me llamó la atención es la selectora rotativa de la caja automática, ubicada al costado del volante. Puede aumentar el tech-feeling, pero para un vehículo tan viril (?) como  este, que la “palanca de cambios” se haya convertido en un dial que parece de volumen no me resulta muy convincente.

Otras cosas que pude apreciar: la facilidad para encontrar una posición de manejo correcta gracias a las regulaciones de la butaca, la columna de dirección, e incluso la pedalera, todas ellas eléctricas; los asientos calefaccionados, que se agradecieron teniendo en cuenta que hubo momentos en los que el termómetro marcaba unos cuantos grados por debajo del cero. El fabuloso equipo de audio Harman-Kardon de 400w, que suena tan bien que hasta una playlist que incluía canciones de Julio Iglesias me sonó razonablemente bien; y last but not least, un gran destaque para el enorme techo panorámico de doble paño, que es toda una novedad en pickups. Según la lista de equipamiento, hay muchas ayudas a la conducción que no llegué a probar, así que quedarán para cuando la presten más tiempo..


El interior

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El interior es lo más parecido a un living que experimenté en un auto, y está potenciado por enorme techo transparente que aumenta la sensación de amplitud. No tenía a mano una herramienta de medición, pero estoy convencido de que el habitáculo es bastante más grande que el de la Ram 2500, sobre todo en las plazas traseras.

Los detalles de practicidad. Hay a roletes, si bien varios de los que tenía nuestra unidad son opcionales. Destaco cuatro: los “RamBox”, que son compartimientos de almacenamiento con llave a los costados de la caja, que incluso tienen tomas de 3V; la tapa de la caja que se puede abrir en forma convencional o bien tipo “armario”; un estribo retráctil para subir a la caja; y la cantidad de portaobjetos y espacios de almacenamiento en el interior.

El consumo: salvaje, por más hibridación leve y “Modo Eco” que tenga.


Conclusión

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Voy a cerrar con una opinión seguramente impopular: las pickups en general -pero sobre todo estas full-size-, me resultan profundamente antipáticas en las zonas urbanas. Me parece que representan un abuso en el uso del espacio público –al que todos tenemos derecho–, porque ocupan demasiado espacio, hacen demasiado ruido, y en general generan mucho estrés y padecimiento en el resto de la gente, ya sean conductores o peatones (ni me meto con la cuestión ambiental). Soy de los que estaría muy de acuerdo con que haya fuertes desincentivos para la circulación de este tipo de vehículos en las ciudades, ya sea en forma de restricciones, penalizaciones o incluso prohibición para circular en zonas de gran densidad.

Pero dicho esto, para este tipo de travesías como la que hicimos con Ram, mi opinión cambia totalmente y me reconcilio de inmediato con estas grandes camionetas. Fundamentalmente porque es donde encuentran su propósito. Si el espacio para circular es abundante, entiendo perfectamente el atractivo y el sentido de andar en una chata full-size, porque prácticamente no hay límites en lo que uno puede hacer.

Y de todos los vehículos que alguna vez manejé en plan aventura, con climas o terrenos hostiles, nunca disfruté tanto como con estas Ram, especialmente con la 1500 Rebel. Reconozco que nunca manejé una Ford F-150 por lugares así, y sospecho que el desempeño y las sensaciones a nivel producto deben ser parecidas. Pero la marca Ram me convence más. Es una opinión subjetiva, por supuesto, pero me gusta que sea una marca especialista en un determinado tipo de vehículos. Eso la hace “especial”, o en todo caso menos mundana que sus rivales. Y si se trata de vehículos que valen de 80.000 dólares para arriba, quiere decir que el desempeño cuenta, pero las apariencias también. ¿No?

R.T.

Galería: Contacto en la Patagonia: Ram 1500 Rebel

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