Cuando todo parecía indicar que se había despedido para siempre de nuestro mercado, Volkswagen volvió a ofrecer en la Argentina el Vento GLi. El restyling de esta séptima generación del sedán de VW para el Segmento C (compacto) ahora se vende sólo en esta versión deportiva: ya no hay variantes de entrada a gama ni rurales y hasta el Golf abandonó nuestro mercado.
Por eso, más que nunca, el Vento GLi (2023) parece ser un auto pensado sólo para un pequeño grupo de fanáticos que aprecian sus virtudes y le perdonan todos los defectos. Tiene un precio de lista de 18.2 millones de pesos, lo probamos una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.
POR FUERA

Cuando hablamos de la séptima generación de este sedán de VW para el Segmento C (compacto) acá incluimos a todos los Vento, Bora y otras denominaciones que en algunos mercados sólo fueron bautizadas con un sólo nombre: Jetta (descartado en la Argentina, por su relación con la "mala suerte").
El Jetta Mk7 (o Vento III, como lo bautizaron algunos fanáticos locales) se lanzó en la Argentina en agosto de 2018. La versión deportiva GLi llegó en mayo de 2019 y durante la pandemia hubo una interrupción en el flujo de unidades provenientes de México. Sin embargo, se mantuvo en producción en ese país por un motivo importante: el Jetta (normal o GLi) todavía es un auto popular en Estados Unidos, donde es un modelo accesible y muy lejos del aura de culto que le forjaron en nuestro país.
Así fue que, en mayo de 2023, Volkswagen lanzó este restyling del Vento, que sólo se ofrecerá en versión GLi. Ya no habrá variantes con el motor 1.4 turbonaftero (ni hablar del recordado 2.5 atmosférico).
Toda esta intro es necesaria para aclarar que, con este restyling, los cambios son muy poquitos. La parrilla tiene unos leves cambios, se modificó el paragolpes delantero y estrena el nuevo logo global de "VW". Los faros 100% de leds ahora son adaptativos, para evitar encandilar a otros autos en la ruta. Las llantas también son de nuevo diseño y están calzadas con neumáticos Hankook Ventus S1 Evo3 en medida 225/45R18.
¿Contra quién compite el Vento GLi en nuestro mercado? El único otro sedán para el Segmento C (compacto) de una marca generalista que se vende en la Argentina es el Toyota Corolla GR-Sport (170 cv, 12.8 millones de pesos, leer crítica).
POR DENTRO

Con respecto a la versión pre-restyling, ganó en algunos aspectos y perdió en otros. Por ejemplo, ganó cargador de teléfono inalámbrico y conectividad sin cables con Apple Car Play y Android Auto. Además, la pantalla multimedia creció en tamaño de ocho a diez pulgadas.
Por otro lado, esa pantalla multimedia ahora perdió los botones físicos. Es la conocida "VW Play" que ya tienen otros autos de la marca vendidos en la región: tiene muy buena respuesta y es bien completa, pero obliga a sacar la vista del camino para operarla.
Otro punto en contra: el volante tiene comandos "Táctil Capacitivo”, que Volkswagen llama “Touch MuFu” y que acciona las funciones con apenas un roce de la yema de los dedos. Es un sistema incómodo y poco práctico. Es necesario quitar la vista del camino (porque los comandos no se reconocen al tacto) y genera errores como accionar funciones por el simple hecho de haber deslizado los dedos sobre la superficie del volante.
El sistema "Touch MuFu" parece haber sido ideado en un estudio de diseño y en un laboratorio con vehículos estáticos. ¿Acaso no lo probaron en el uso real? Este sistema debutó en Europa con el Golf VIII (que nunca llegó a la Argentina) y la marca anunció que lo eliminará en el futuro: en el Viejo Continente también se quejaron por los errores y distracciones que genera (leer nota).
Más allá de eso, la posición de manejo sigue siendo excelente, con butacas de buen diseño, con ajustes eléctricos (sólo del lado del conductor) y calefaccionadas. La cantidad de detalles en colores rojos y la ambientación led en el mismo color no son de mi agrado, pero se toleran. Lo que es imperdonable es el abandono al que siguen sometidos los ocupantes traseros. Hay espacio para cinco adultos (con el trasero central bastante apretado), pero no tienen salidas de aire ni enchufes USB. Es algo que hasta una Taos ofrece.
El baúl es muy bueno: tiene 510 litros de capacidad. Por ese motivo, es incomprensible que tenga una rueda de auxilio de uso temporario. Cuando está colocada, no se puede circular a más de 80 km/h.
SEGURIDAD

Acá está uno de los principales avances del Vento GLi (2023). Además del equipamiento de seguridad ya conocido (seis airbags, control de estabilidad, de tracción y ABS) ahora agregó varias ayudas a la conducción (ADAS): frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, control de crucero adaptativo, alerta de cambio de carril, monitoreo de presión de neumáticos y detector de fatiga.
En 2019, LatinNCAP sometió a sus pruebas de choque a este Vento de séptima generación. En ese momento no contaba con las ADAS que sumó ahora y se evaluó con un protocolo menos exigente, pero obtuvo la calificación máxima de cinco estrellas.
MOTOR y TRANSMISIÓN

Aunque en los números no lo parezca, el motor es nuevo. El conocido 2.0 TSi EA888 fue reemplazado por el nuevo 2.0 TSi G3. Mantiene el esquema de dos litros turbo, con inyección directa e intercooler, con el agregado de un variador de apertura de válvulas de escape (además del variador de fase en admisión y escape, ya presente en el anterior). Se perdió el sistema de doble inyección (directa e indirecta), quedando directa, con múltiples pulsos según el requerimiento del motor. La potencia y el torque se mantienen en 230 cv y 350 Nm.
Otra novedad: la caja automática de seis velocidades fue reemplazada por una DSG de siete marchas. Se mantiene la tracción delantera, con el sistema de bloqueo de diferencial electrónico (EDL), que en la Argentina siempre equipó al Vento GLi, pero nunca al Golf GTi.
COMPORTAMIENTO

Acá es donde el Vento GLi te hace olvidar todos los abaratamientos que sufrió en los últimos años y compensa incluso su elevado valor de venta (recargado con impuestos y sobreprecios): es un excelente auto para manejar todos los días. Tiene una dirección muy precisa, la respuesta del motor es genial y la nueva caja de siete marchas le saca brillo a cada caballo de potencia.
Para los parámetros del mercado argentino, el Vento GLi es un sedán deportivo, sin dudas. Pero se puede disfrutar todos los días, porque es ágil en el tránsito, es fácil de estacionar y el andar es firme, aunque nunca llega a resultar incómodo. Sin embargo, donde más lo vas a disfrutar es en la ruta: viaja a 120 km/h en séptima marcha a sólo 1.900 rpm, pero también acelera de 0 a 100 km/h en 6.7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 247 km/h (gracias al séptimo cambio, que tiene una relación larguísima).
La nueva caja DSG7 mantuvo el sistema de Launch Control, que se opera de la misma manera que siempre -desde el Golf GTi hasta la Amarok V6-: desconectás el control de tracción, colocás la palanca de cambios en modo secuencial, pisás el freno con el pie izquierdo y acelerás a fondo con el derecho. Cuando el régimen del motor se estabiliza en 4.000 rpm, soltás el frenó y salís disparado.
La recuperación de 80 a 120 km/h la hace en 4.6 segundos. Lo mejor de todo es que los consumos son muy razonables: gasta una media de 9 litros cada 100 kilómetros, con 11.7 en ciudad y 7.5 en ruta.
El comportamiento dinámico es el mejor de un auto con tracción delantera que se venda hoy en la Argentina. El motor empuja de manera impecable y contundente: el torque de 350 Nm se mantiene de manera estable entre las 1.500 y 4.600 rpm, lo que se traduce en una sensación de "par infinito", muy agradable al pie derecho.
Es un auto que tracciona con mucho aplomo y viaja como un tren en las curvas de alta velocidad. Los frenos son impecables y nunca se cansan. En las curvas más lentas es cuando entra en acción el famoso EDL: el bloqueo electrónico de diferencial, que envía el torque a la rueda con mayor capacidad de tracción y evita el patinamiento en la rueda que pierde adherencia.
Viene de serie con cuatro modos de manejo: Eco, Normal, Sport e Individual, que permiten regular la respuesta del acelerador, el funcionamiento de la transmisión, las asistencias electrónicas y hasta la potencia que le quita al motor el funcionamiento del aire acondicionado. También tiene un amplificador de sonido de motor: un micrófono oculto bajo el capot que transmite por los parlantes del auto una mayor presencia de la mecánica del habitáculo. Si te molesta, resulta invasivo o "un poco fantasma", se puede desactivar.
Nos quedamos con las ganas de medirlo en el Ranking Motor1. El primer Vento GLi que probamos en la pista todavía es materia de debate en esta nota.En cuanto terminen las obras en el Gálvez, ya tenemos el compromiso de VW Argentina para volver a tener este GLi (2023) y cronometrarlo sobre el Circuito 6 (ahora reasfaltado).
CONCLUSIÓN

Los recordados Bora 1.8T, Vento 2.0 TSi Sportline y Vento GLi fueron sedanes de muy buenas prestaciones, en los tiempos en que Volkswagen ofrecía en la Argentina autos con verdaderas propuestas deportivas, como los Golf GTi, Scirocco y Passat V6. Sin embargo, esa oferta hoy desapareció por completo y el Vento GLi resiste como el único modelo en la gama actual de VW con capacidad para dibujarte una sonrisa en la cara.
El Vento tradicional ya no se ofrece, porque VW considera que esos consumidores hoy sólo compran SUVs (de lo cual tenemos muchas dudas). Por eso quedó sólo el Vento GLi, que apunta a un público que prioriza las prestaciones de su mecánica por sobre cualquier otra cosa. Sólo ese cliente puede perdonarle los faltantes de equipamiento y el abaratamiento general con respecto a otros Vento. Son personas que lo disfrutarán en ruta y que incluso lo llevarán a los track days.
No es un auto barato. Su valor de lista de 18.2 millones está saturado de impuestos y a eso hay que sumarle los sobreprecios que piden los concesionarios. Sin embargo, para encontrar prestaciones similares o un comportamiento dinámico parecido ahora sólo es posible mirar las vidrieras de las marcas premium, donde los autos con desempeño parecido duplican los valores de este VW.
Más que nunca, el Vento GLi es un auto sólo para fanáticos. Y esta no es una conclusión despectiva: me siento parte de ese grupo de apasionados por los autos divertidos de manejar.
C.C.
Fotos: Orly Cristófalo