Kilómetro 0
Una nueva edición de la Escala Off Road de Renault Argentina se llevó a cabo en Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires. Pero esta vez la gente del rombo propuso algo diferente. Hasta ahora siempre habíamos comenzado viajando en avión al destino de la Escala y allí tomábamos los vehículos en cuestión: Nueva Oroch en Mendoza (ver nota), Alaskan Outsider en La Rioja y Catamarca (ver nota), pero esta vez nos subimos a los vehículos en las oficinas de Renault Argentina en Palermo.
Nos esperaban con un café y algunas cositas dulces, nos informaron cómo serían las duplas o tríos en cada vehículo, descargamos el recorrido en Google Maps, sincronizamos playlist de Spotify especialmente hecha por Renault para este viaje (escuchar en Spotify), y a la ruta. Me tocó la Alaskan identificada con el número 2, que resultó ser una Intens AT, modelo presentado hace una semana (ver equipamiento y precios). ¿Mis coequipers? Alejandro Fischer de InfoAuto y la gerente de Comunicaciones de Renault Argentina, Virginia Rivera. No sé si fue casualidad o para marcarnos de cerca y que nos portáramos bien. El primer tramo era hasta una Axion que está en la rotonda al final de la autopista Ezeiza - Cañuelas, para reagruparnos y seguir. Arranqué yo al volante, no sin antes sincronizar Android Auto con mi teléfono y setear mapas y música como corresponde.
Salir de pleno Palermo hasta Cañuelas no es fácil y menos a las casi 9 de la mañana. Córdoba-Alvarez Thomas-Galván con mucho tráfico y la General Paz por momentos parada fueron excusas para ir mirando las diferencias a bordo entre la Intens y "nuestra" Iconic de larga duración (ver). Nos falta el techo corredizo, los tapizados son de tela y muy cómodos, no tenemos calefacción en los asientos, ni la cámara delantera para estacionar. El arranque es con llave, la caja no cuenta con lona marítima, y la butaca del conductor se regula manualmente. ¿Qué me dolió más que no tenga con respecto a la Iconic? Techo y cámara delantera. En mi humilde opinión, si no llegás a la Iconic, comprá la Intens con total tranquilidad y agregale la lona marítima vos.
Kilómetro 67
Antes que alguien diga algo: contamos los kilómetros saliendo desde Renault y son para ilustrar, no se pongan en detallistas si son dos metros más o menos. Hecha esta aclaración llegamos a Cañuelas, parada técnica, reagrupamiento post-tráfico y a seguir. Alejandro Fischer me pide tomar el volante, le doy el OK y me acomodo como copiloto para compartir mates y charla con Virginia. No, por ley el conductor no puede tomar mate y, en esta ocasión no es un problema porque Ale no es tomador de la infusión gauchesca. Detalle a destacar el kit matero que Renault puso a disposición en cada vehículo. Con agua a temperatura justa y todo. ¿El problema? no eran de regalo y había que dejarlos donde los encontramos.
Sumamos kilómetros rumbo a Azul por la ruta 205. La decisión del camino es de la organización y suponemos que es para evitar el mayor tráfico de camiones de la RN 3. Vamos tranquilos, con poco tránsito y también con pocas estaciones de servicio. Es increíble que en el año 2023 dependas de tu celular (cuando tiene señal, que es raras veces), para saber cuánto falta para el próximo surtidor. Después nos matamos discutiendo si el futuro es o no es eléctrico. Je.
Kilómetro 366
Llegamos a Azul, lugar de la primera parada oficial. ¿El motivo? Almorzar en un bodegón llamado "La Fonda". Durante el camino Ale nos había comentado que existe una especie de leyenda urbana que dice que en Azul vive uno de los pilotos del Enola Gay, avión que el 6 de agosto de 1946 lanzó la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. Fischer nos contaba que se decía que en un restaurante de Azul hay una foto que dicen que sería este piloto. Apenas entramos nos dice "esa es la foto" y nos señala un retrato de un señor con una barba larga estilo "ZZ Top" (milenials googleen), justo al lado de un aire acondicionado. Nos miramos, nos reímos y le preguntamos al dueño de La Fonda. Nos dice "es lo que dicen, yo no tengo idea". La leyenda seguirá siendo leyenda, al menos para nosotros.
Me toca en la mesa justo enfrente de Pablo Sibilla, presidente de Renault Argentina. El almuerzo transcurre entre anécdotas, comentarios sobre comidas y la leyenda del piloto del Enola Gay. Y, obviamente, sobre el Torino que restauró hace poco Pablo y que utiliza los fines de semana para volver a casa con "olor a auto". Cosas lindas de los vehículos con varias décadas encima.
Postre y a la ruta nuevamente. Sierra de la Ventana próxima parada.
Kilómetro 599
Volví a tomar el volante de la Alaskan Intens AT entre Azul y Sierra de la Ventana. Los últimos 20 kilómetros fueron de ojos bien abiertos gracias a los pozos en la ruta provincial 76. Parches mal hechos, bacheo realizado de la peor forma posible, desidia. Resultado: una ruta que por momentos se convierte en trampa mortal para ruedas y ocupantes de los vehículos. Agradezco haber pasado de día y sin lluvia, porque sin duda la hubiésemos pasado mucho peor. ¿La Alaskan? Haciendo gala de su suspensión trasera multilink, que marca una gran diferencia con varias de sus competidoras en este tipo de terrenos.
Llegamos al Hotel Provincial de Sierra de la Ventana, un edificio que comenzó a ser construido en 1945 y que después de haber sido escuela primaria entre 1958 y 1962, comienza a ser hotel. Después de varias concesiones, manos estatales y otros temas, en febrero de 2014 vuelve a abrir sus puertas en todo su esplendor y tal como lo conocimos nosotros en este viaje. Espacios comunes muy amplios, ventanales grandes que dan mucha luz natural en su interior y habitaciones amplias. Una enorme pileta al lado de la cual el equipo de producto de Renault nos presentó las novedades de la gama Alaskan, y un jardín con pinos donde "Salva la cocina" hizo un tremendo asado para la cena. Fin del día y a dormir que mañana seguimos.
Sector off road (50km)
Pusimos en marcha las Alaskan a las 9:30 y encaramos en caravana para la reserva natural de Sierras Grandes. Allí el camino empezó de tierra para ir convirtiéndose cada vez en un recorrido más técnico con cruce de cauces de arroyos y algún encajado en el barro incluidos. Toda la subida y parte de la bajada manejó Fischer ya que yo me dediqué a hacer fotos para ilustrar la nota. Comenzamos en 4x2 hasta un sector donde nos avisaron por handy que debíamos conectar 4x4 en baja si no teníamos mucha experiencia o dejarla en alta si nos animábamos a seguir así. Ale la dejó en alta para ir viendo los límites y cualquier cosa pasar a baja. La realidad fue que, salvo un par de sectores complicados por presencia de barro y piedras grandes, el resto lo pasamos con holgura con la Alaskan Intens AT.
Hicimos cima y foto a algo más de 1.000 metros de altura y emprendimos el regreso, aprovechando para probar el control de velocidad de descenso. El sistema es simple: presionamos un botón y la electrónica de la Alaskan se encarga de ir frenando la pickup para mantener una velocidad segura y tranquila en la bajada. Luego de una tercer parada tomé el volante para hacer unos kilómetros off road. Si bien había utilizado la Alaskan fuera de pista nunca en un terreno más técnico como el de Sierra de la Ventana. Mientras tanto en los parlantes suena mi playlist de 11 horas (escuchar en Spotify), ya que la de Renault la agotamos en el viaje de ida. Sólo duraba unas 4 horas. Novatos, je.
Cerca de la salida de la reserva nos esperaba una carpa con café y lugares para relajar mientras los colegas de medios audiovisuales hacían sus notas. El cielo se nubló, el viento empezó a soplar con más ganas y la fresca se hizo presente. Finalizadas las notas subimos a los vehículos y pusimos rumbo a Villa Ventana.
Kilómetro 659
Villa Ventana está a unos 15 kilómetros de la ciudad de Sierra de la Ventana. Sus calles aún se mantienen de tierra y está enclavada en la montaña, en medio de árboles frondosos y altos. Es una especie de Cariló pero con menos tráfico y más montaña, ponele. Apenas entramos a la Villa nos recibe la Hostería La Península, de esos lugares que quizás no te dicen mucho de afuera pero adentro son pura calidez y olor a comida casera. El almuerzo fue de sopa y pasta casera a una degustación de postres. Bebida sin alcohol en la mesa porque había que seguir manejando.
Cuando me esperaba una tarde a puro off road, Renault nos tenía preparada una sorpresa. Conocimos las ruinas del Hotel Club de Villa Ventana, un esplendoroso centro de vacaciones que se inauguró en 1911 siendo el más lujoso de América, para terminar en ruinas después de que un incendio en 1983 destruyera lo poco que quedaba de su época de esplendor que duró tan sólo unos 4 años. Para que se den una idea de las dimensiones, la superficie cubierta llegaba a los 6.400 metros cuadrados y el área total incluyendo parques, áreas de siembra para auto abastecimiento, caballerizas, cancha de golf y mucho más llegaba a las 120 hectáreas.
Después de un rato de cultura, volvimos al hotel, ducha y a cenar en unos domos de un glamping cercano a la ciudad. Y a dormir. Mañana es el último tramo de la Escala Off Road.
Kilómetro 929
Vehículos en marcha a las 9am para salir a la ruta. No habrá off road pero sí asfalto que nos llevará de nuevo a nuestro punto de partida en Palermo. Pero antes, la gente del rombo tiene preparada una escala especial para el almuerzo: Tandil.
Otra vez el tramo de los pozos al salir de Sierra de la Ventana y una ruta que se va aplanando a medida que nos alejamos de lo que fue nuestro hogar los últimos dos días. Charla y playlist descargada para afrontar los kilómetros de asfalto. Ahora sí, con el día despejado las valijas viajan en la caja que, al ser sin lona marítima, no nos ofrecía mucha protección alguna ante el pronóstico de lluvia a la ida. Igual Alejandro se encargó de humedecer el equipaje al accionar el "sapito" a 110 km/h y que la aerodinamia hiciera lo suyo y toda el agua que pasó por encima del techo terminara en la caja.
Parada en Época de quesos para una picada inolvidable y un dulce de leche con flan. Sí, leyeron bien: dulce de leche con flan. Es dura la vida del periodista.
Tramo (largo) final hasta las oficinas del rombo en Palermo con más playlist y muchas ganas de llegar hasta que la General Paz hizo su magia y nos demoró un poco más.
Kilómetro 1.259
Fin del recorrido. Anduve casi 1.300 kilómetros a bordo de la nueva versión de la Alaskan: Intens AT. Comprobé que se puede hacer off road tranquilo y técnico también sin dudarlo. También que las diferencias de equipamiento con la Iconic existen pero no son trascendentales a la hora de decidir la compra (al menos para mis gustos y necesidades). Y por último, que la Renault Alaskan sigue siendo una de las pickups más cómodas para hacer ruta.
Reseteamos el cuentakilómetros y nos vamos a dormir.