Después de la desmemoriada introducción de la semana pasada (leer acá), por fin podemos meternos de lleno con lo que fue la prueba de manejo de la nueva Chevrolet Equinox R.S. Esta versión "Rally Sport" tiene un precio de lista de 13.2 millones de pesos y se posiciona como la variante de entrada a gama, por debajo de la Equinox Premier AWD (13.7 millones de lista, ver equipamiento).
La crítica completa se reproduce a continuación.
Por fuera

El kit "Rally Sport" le queda bien a la Equinox. Si bien ya todos sabemos que la sigla RS no aporta caballos de potencia extra ni mejora las prestaciones, al menos cumple con el rol de otorgarle una estética un poco más agresiva y llamativa a esta SUV de clásica silueta familiar.
Con el restyling, se renovaron las ópticas, la parrilla, el paragolpes y las llantas (calzadas con Hankook 235/50R19). Puede resultar confuso, pero la versión RS no es la tope de gama. Ese lugar lo ocupa la Equinox Premier. La idea del paquete RS consiste en un guiño para el comprador de la versión "base", para que no sienta que está comprando un auto "pelado". El kit RS consiste en llantas pintadas de negro, insignias RS, moño de Chevrolet en negro y terminación con pintura "Black Chrome". Esta especie de "Piano Black" se encuentra en todos los lugares de la RS donde la Premier tiene cromados convencionales: parrilla frontal, molduras de ventanillas y las barras sobre el techo.
Con 4.651 mm de largo, 1.844 de ancho, 1.661 de altura y 2.725 de distancia entre ejes, la Equinox supera en todas estas mediciones a las tres SUV del Segmento C (compacto) más vendidas del mercado argentino: Volkswagen Taos (leer crítica), Toyota Corolla Cross (leer crítica) y Jeep Compass (leer crítica).
Por dentro

Las mayores dimensiones externas se sienten de manera notable en el interior. En espacio, la Equinox recuerda en mucho a la Honda CR-V (leer crítica), que tiene proporciones cada vez más cercanas a un Segmento D (mediano). Y eso que la Equinox RS pierde muchos elementos de confort con respecto a la Premier. Por ejemplo, no tiene techo panorámico, ni apertura automática del baúl ni equipo de audio Bose.
Si bien no tiene "sonido premium", el resto del equipamiento de la Equinox RS está bastante bien: tablero de instrumentos muy completo y pantalla multimedia de ocho pulgadas, con GPS intregrado, Apple CarPlay, Android Auto, el genial sistema de asistencia OnStar (leer más) y WiFi con router propio. Cada vez que hablamos de un Chevrolet con WiFi surge la pregunta inevitable: "¿El WiFi funciona en lugares donde no hay señal de datos?" No, obviamente necesita estar en una zona con cobertura de antenas, porque utiliza un chip de datos como cualquier celular. Sin embargo, al usar las antenas del auto para conectarse, aprovecha mucho mejor las zonas con señal débil que las antenas de cualquier dispositivo móvil. Por eso, cuando se viaja, es recomendable conectarse siempre al WiFi del auto y dejar descansar los datos del teléfono propio.
Más allá de eso, tiene espacio suficiente para que se viajen cinco adultos y una posición de manejo muy cómoda: más "Relax Seat" que "Rally Sport". Ya que hablamos de RS, en la cabina siguen los elementos exclusivos de este nivel de terminación: tapizado en cuero negro con costuras rojas y apliques en "Black Chrome" en la plancha de instrumentos.
La calidad de terminación es muy buena. La Equinox llega importada de México y se encuentra un escalón por encima que sus competidoras fabricadas en el Mercosur: Taos, Compass y Corolla Cross.
El baúl es correcto: tiene 468 litros de capacidad (que se pueden ampliar a 1.627 litros cuando se rebaten los respaldos traseros). El piso del baúl tiene un doble fondo, muy práctico para guardar objetos chicos y que no se quieran dejar a la vista. En el tercer fondo se encuentra la rueda de auxilio, con medidas frustrantes: es finita, de uso temporario. Con ese auxilio colocado no se puede circular a más de 80 km/h.
Seguridad

Cuando se lanzó la nueva Equinox (2023), en noviembre del año pasado, Chevrolet publicó una ficha técnica con datos erróneos. Se informó que la versión RS contaba con sensor de lluvia, alerta de punto ciego, alerta de cruce de tráfico trasero y alerta vibratoria en el asiento del conductor. Lo cierto es que esos dispositivos sólo están en la versión Premier, no en la RS. Más allá del error con un tema tan sensible como es la seguridad, la reacción de GM Argentina fue correcta: les devolvió el dinero equivalente a esos equipos a todos los que compraron la Equinox RS basados en la ficha técnica equivocada. También se publicó un pedido de disculpas e información más precisa para los siguientes clientes (ver nota aparte).
Es que, como dijimos al comienzo, la versión RS es más básica y tiene menos equipamiento que la Premier. Así y todo, viene de serie con siete airbags, frenos ABS, control de estabilidad, control de tracción, alerta de riesgo de colisión frontal, monitoreo de presión de neumáticos y frenado autónomo de emergencia. La Premier, además de los dispositivos mencionados en el párrafo anterior, también se distingue por venir con control de descenso en pendientes.
Con el equipamiento que se ofrece en la Argentina, no hay resultados de pruebas de choque de organismos independientes para la Chevrolet Equinox.
Motor y transmisión

Acá no hay novedades. La Chevrolet Equinox sigue con la misma configuración mecánica con la que llegó a la Argentina en septiembre de 2018. Tiene un motor 1.5 turbonaftero (172 cv y 275 Nm), con caja automática de seis velocidades (con convertidor de par) y tracción delantera. La gran diferencia entre la RS y la Premier (más allá de la estética y el equipamiento de seguridad), es que la Premier viene con tracción integral.
¿Cómo es posible entonces que la Premier sea apenas 3.7% más cara que la RS, con lo costosos que son los sistemas AWD? Es que el precio de lista es apenas simbólico, para evitar la segunda escala de impuestos internos. Los concesionarios Chevrolet son famosos por cobrar importantes sobreprecios (cómo denunciarlos).
Comportamiento

La prueba de manejo de una semana fue de 2.000 kilómetros e incluyó un viaje de ida y vuelta a Bahía Blanca. La cobertura sobre los Midgets y la fiesta nacional del Cubanito se publicó acá. Pero hablemos de la Equinox: es un cómodo vehículo para usar todos los días en ciudad, con un motor ágil, facilidad de maniobra y muchas asistencias al manejo.
Sin embargo, se disfruta aún más en ruta (siempre y cuando esté asfaltada, recordemos que la RS es sólo tracción delantera). Ahí se comporta como un confortable vehículo familiar, con un buen andar y mucho espacio para los ocupantes.
El motor 1.5 turbo resulta más que suficiente para moverla con soltura. Acelera de 0 a 100 km/h en 10.2 segundos y la recuperación de 80 a 120 km/h la hace en 7.3 segundos. Lo único que no me gustó es el ruido del motor por encima de las 3.000 rpm: el sonido es poco agradable y la vibración a partir de 4.000 rpm es intensa. No es que la mecánica sufra, pero parece emitir señales de que no le gusta el manejo "Rally Sport".
La transmisión de seis velocidades no tiene ninguna sofisticación: acá no hay modo secuencial ni levas del cambio en el volante. Sólo cuenta con un modo "L", que retiene los cambios bajos para remolque o subida de pendientes pronunciadas.
La dirección es más confortable que deportiva. Todo el conjunto está pensado más para circular por autopistas a velocidades crucero que para andar por rutas angostas, adelantando trencitos de camiones. Los frenos responden bien, con discos en las cuatro ruedas (los delanteros, además, son ventilados).
El consumo medio durante la prueba fue de 8 litros cada 100 kilómetros. En uso en ciudad ronda los 11 litros, pero en ruta baja a unos excelentes 6.5 litros cada 100 (a 120 km/h y con el motor trabajando a 2.000 rpm).
Conclusión

La Equinox es un muy buen producto y estoy seguro de que Chevrolet podría vender en la Argentina muchas más unidades de las que patenta todos los meses. Al llegar desde México, está limitada por los cupos de importación y por el hecho de que, la misma planta que abastece a nuestro país, también envía unidades para Estados Unidos, Canadá y Brasil. Al ser mercados más grandes, tienen prioridad en las entregas. A eso hay que sumarle la cuestionable política comercial de los concesionarios Chevrolet, que se aprovechan de los precios de lista ficticios (un 3.4% de diferencia entre 2WD y 4WD no es algo realista) y abusan con fuertes recargos en los valores de las tablas oficiales.
Es todo lo contrario de lo que ocurría en su momento con la Chevrolet Captiva, antecesora de la Equinox. Al venir importada de Corea del Sur, eran pocos los mercados interesados en comprarla y Argentina siempre tenía prioridad en los cupos. La oferta abundaba. Por ese motivo, pasarán varios años hasta que la Equinox iguale en cantidad de unidades a las populares Captiva que se ven todos los días por nuestras calles.
Que se vendan menos Equinox no es culpa del producto, que resulta noble, completo y con buena calidad. Es más bien una cuestión de economía local, global y de política comercial de la marca. Pese a todo, la Equinox no se mancha.
C.C.
Fotos: Orly Cristófalo
Galería: Crítica: Chevrolet Equinox RS
Chevrolet Equinox