Esta no es una crítica convencional de Motor1 Argentina. Es una "crítica de larga duración", en la cual el vehículo de pruebas permanece en nuestras manos durante mucho más que una semana, el plazo tradicional. La idea es probar el vehículo durante varios meses, para aplicar usos (y abusos), encontrar virtudes (y defectos) que no afloran en una prueba convencional. Por eso, la Toro pasó por las manos de todos los integrantes de la redacción de Motor1 Argentina.
La Fiat Toro (2021) ya la probamos con el formato de crítica convencional en las versiones TD350 Ultra (leer nota) y T270 Volcano (leer nota). Y de la Fiat Toro TD350 Volcano realizamos los informes del primer mes (leer acá), del segundo (ver más) y el tercero (ver más). Ahora es el turno del cuarto informe mensual.
Semana 1 - Carlos Sueldo
Corría el mes de junio de 2016 cuando por alguna razón que ahora no recuerdo fui designado representante de Autoblog para la presentación a la prensa de la gran novedad de FCA, que “creaba” un nuevo subsegmento entre las pickups chicas y medianas. Recuerdo con agrado aquel viaje ya que fue la primera vez que vi el imponente Glaciar Perito Moreno, en una de las travesías que prácticamente es una obligación si se trata de un evento con sede en la ciudad de El Calafate. La nota de aquel primer contacto que tuve con las primeras versiones de Toro en los fríos paisajes santacruceños tuvo cientos de comentarios de los lectores, lo cual era un indicativo de la enorme expectativa que había generado este producto.
Seis años pasaron y mucha agua bajo el puente, pero con aquel antecedente como argumento suficiente, tuve el tupé de colar mi nombre en el final de la lista de miembros del staff de Motor1, para hacer la prueba de larga duración de esta TD350. Claro que C.C. no se conformó con eso y redobló la apuesta:
-Te llevás la Toro por un par de semanas, pero a cambio traes unas buenas fotos andando por las sierras.
-Dalo por hecho.
-…y escribís unos párrafos con tus impresiones de uso, problemas que hayas tenido, etcétera.
-Sí, claro.
-…y a la vuelta traés criollitos hojaldrados, de esos con manteca, que abrís la bolsa y te invade ese olorcito…
-C.C...
-…qué?
-Ya te dije que a los criollitos tenés que ir a comerlos a Córdoba. Si los traigo a Bs As se enfrían y ya no son lo mismo.
Así entonces, tomé la posta y me llevé la Toro con el odómetro en 29.620 km y la intención de sumarle como mínimo unos 1.600 km más en un viaje de ida y vuelta hasta Córdoba, más precisamente a Villa Carlos Paz, desde donde haría varios recorridos por circuitos serranos.
Afortunadamente (?) el indicador de combustible sólo marcaba una rayita, así que pude comprobar con precisión el precio de una carga full (entraron 46 litros) de Infinia Diesel. Superado el momentáneo infarto, salí directamente a la autopista, y me propuse estirar la autonomía todo lo que fuera posible. Si podía llegar hasta Córdoba con sólo esa carga, compensaría el fuerte dolor de billetera que me quedó.
Pero no pudo ser. A pesar de que nunca superé los 130 km/h y en general traté de “crucerear” lo más posible, tuve que parar a repostar en Villa María, cuando todavía faltaban unos 130 km para Córdoba. Eso sí, hay que tener en cuenta que antes de salir a la ruta tuve que ir desde el punto de entrega en Beccar hasta Villa Crespo y Plaza Italia, adonde me encontraría con los tres pasajeros que viajaron conmigo. (Recomiendo para esto la plataforma Carpoolear, en donde se puede compartir el viaje con gente que va al mismo destino, y de esa manera se comparten los gastos).
Es decir, tuve una autonomía de unos 560 kilómetros, lo que arroja un consumo promedio de casi 9 litros cada 100 km, en un mix de tramos urbanos con tráfico bastante cargado por la zona de La Rural; varios otros tramos en los que tuve que reducir la velocidad por la gran cantidad de camiones que últimamente saturan la autopista Buenos Aires – Rosario; y el agregado de que fuimos 4 pasajeros a bordo, con nuestros respectivos equipajes.
El conjunto mecánico de motor y caja no fueron novedosos para mí, pero sí me llamó la atención el layout interior, con una consola y tablero que parecen de una mini RAM. La central multimedia de 10 pulgadas colocada en forma vertical como si fuera una gran tablet, sumado al tablero 100% digital, son lo más.
Tienen mucha información y gran variedad de configuraciones. Tanta que al comienzo me mareó bastante y decidí no tocar ni cambiar demasiado las opciones hasta poder hacerlo con detenimiento (o bien, con el auto detenido).
Comencé por crearme mi propio perfil de usuario. El único que estaba creado era el de Jacinto Campos, con un avatar que creí que era de Meteoro, pero luego, al elegir el mío dudé de cual era el más meteórico.
Las opciones que brinda el sistema para la configuración de las preferencias son muchísimas: desde el idioma, la pantalla, el navegador, las luces externas e internas o el bloqueo de puertas, hasta las asistencias a la conducción y de seguridad, como la intensidad de vibración del volante al salirse del carril, el aviso del Lane Control o el aviso de riesgo de colisión frontal, que puede incluir o no la frenada activa.
Lo mismo pasa con la pantalla del tablero: hay muchas opciones de visualización, desde un formato parecido a lo convencional con dos relojes grandes de velocidad y revoluciones, a otros con la velocidad en formato numérico, vistas del GPS, la fuente multimedia, distintas informaciones del viaje A o B, la autonomía o avisos del sistema.
Lamentablemente acá tuve dos problemas: uno, no pude configurar mi perfil para que inicie con la pantalla que yo quería (los dos relojes) y dos, indicaba siempre una alerta por neumáticos bajos, que no cambiaba a pesar de revisar la presión de los cuatro.
Hasta acá, mi primera semana con la Toro.
Semana 2 - Carlos Sueldo
Abandoné la pretensión de configurar mi perfil de modo que la “pantalla de inicio” del tablero fuera con el formato del reloj de velocidad y cuentavueltas. Quedó configurado tal como lo encontré: en la opción de avisos al conductor, con un mensaje insistente de “baja presión en los neumáticos”.
Decidí hacerle caso y, una vez más, revisarlos uno a uno. Inflé con 35 libras cada uno y volví a poner contacto y presionar la tecla OK sostenidamente, para que la computadora vuelva a leer los datos. En el primer intento nada cambió y el mensaje seguía allí. Supongo que en este punto ya era mandatorio buscar ese objeto en desuso llamado “Manual del Usuario”, pero no logré vencer mi natural resistencia. En el segundo intento con el botón de OK, el sistema se reinició y el mensaje desapareció. ¡Albricias!. De todos modos, la pantalla de inicio del tablero siguió siendo la misma, y no la que yo quería configurar. De nuevo, era momento de consultar el manual. Igualmente, no creo que sea culpa de la Toro... me parece que estoy un poco viejo.
Por lo demás, en mi segunda semana fue todo color de rosas. O casi: a veces podía notar un ruido molesto en el interior del parante B, justo a la altura de mi oreja izquierda. Era un ruido como de algo suelto, que se sentía especialmente al transitar por calles de tierra o con desniveles. Eso me hizo prestar atención a varios otros sutiles rechinares en otros plásticos de la consola como el que rodea a la pantalla multimedia, o el de encima del tablero.
En la autopista, en cambio, la insonorización me pareció muy buena. Lo mismo con la conectividad del audio de Smartphones, que anduvo perfecta salvo por la molestia de tener que detener el vehículo y poner la palanca en ‘P’ si quería vincular un nuevo celular vía Bluetooth. También funcionó perfectamente el cargador inalámbrico y el navegador satelital, por mencionar dos de los aspectos de confort que más utilicé.
Creo que ya se ha dicho mucho sobre el conjunto motor-caja, que tiene una más que buena entrega de potencia y aceleración. Lo único para reprochar: me pareció un poco lenta en las recuperaciones en ruta, donde tras desacelerar, la caja tardó unos largos segundos para rebajar y volver a la velocidad anterior.
En segundo término, me sorprendió para bien la potencia y seguridad en el frenado, y aprecié mucho las suspensiones, especialmente en terrenos serranos, donde practiqué una especie de “off road light”, sin demasiadas exigencias, pero suficiente para sentir un poco de la tracción 4x4 y la fuerza de la ‘Low’ (que no es una reductora, sino una primera marcha bien corta). Lo que no pude conectar nunca (me pasó lo mismo en una prueba reciente con el Jeep Commander) es el control de descenso en pendientes.
Finalmente, hago un punto respecto a la polémica sobre el tipo de apertura del portón trasero. En lo personal me parece muy cómodo. Lo comprobé sobre todo en un par de salidas familiares en donde la caja se llenó de bicicletas y equipos náuticos: la carga y descarga fue muy fácil y rápida, ya que podía acomodar o sacar todo parado desde el borde, sin necesidad de subirme.
Después de dos semanas y poco menos de 2.000 kilómetros agregados al odómetro, era momento de devolver la Toro. Fue genial haber podido pasear por mi tierra natal con esta pick-up versátil y rendidora que me resultó totalmente útil y una gran compañera de ruta.




Semana 3 - Luciano Salseduc
La Toro volvió de Córdoba en un "momento justo". Me tocó mudanza y aproveché para cargarla con muebles, cajas y mil cosas más. Fue espectacular. La verdad es que si es algo que uno hace habitualmente (no mudarse... sino llevar y traer cosas) la Toro es un vehículo ideal. El tamaño alcanzó y también la posibilidad de cerrar la caja con la lona ayudó a hacerlo de modo prolijo y seguro. Y optimicé la cantidad de viajes. Mejor imposible. Además, comparto la opinión de Sueldo: la apertura del portón trasero está perfecta.
Después de haberme instalado en la nueva casa quedaron algunos días de changüí. La usé más que nada en ciudad con algunos viajes interurbanos y más que nada por la Zona Norte de Buenos Aires. Y confirmé la sensación anterior: me encantó. Se disfruta manejarla y termina resultando cómoda para el día a día. Por momentos te olvidás que estás arriba de una pick-up (y tenés toda su usabilidad disponible para cuándo la necesitás). Creo que es su mayor virtud.
Antes de hacer el "pase de manos", paré en la estación de servicio para cargar combustible. Y recién ahí me dí cuenta que prácticamente no habían bajado las "rayitas" del indicador desde que volví al volante. Consume poco (muy) en el uso citadino. Voy a hablar seriamente con LeoV para que hagamos la cuenta de cuántos cubanitos podemos comprar con lo que nos ahorramos y también con Jero Chemes para hacer la misma cuenta con los sámbuches de crudo y queso.



Semana 3.5 - Jaime Mayo
Tuve la Fiat Toro muy poco en mis manos, por eso más que nada me voy a concentrar en cómo le cayó el uso (y algún abuso). Primero y ante todo voy a destacar lo que más me gustó de las novedades. Del nuevo diseño exterior lo que más me gusta es el capot con musculatura estilo Ram, y eso es porque lo veo y disfruto desde el puesto de conducción. Pasando al interior, es interesante, se siente algo estrecho, pero las butacas son cómodas y hay suficiente espacio para guardar cosas en todo el “corredor central” incluyendo el apoyabrazos y el cargador inalámbrico, gran jugada cuando hay compatibilidad sin cable con el equipo de infoentretenimiento.
La pantalla principal vertical y grande es genial, además de usar los navegadores de los smartphones tiene el suyo propio. También podés personalizar un montón de funciones en la “Home”. Sólo me gustaría poder usarla con pantalla dividida en modo Android, cosa de, por ejemplo, poder ver reproducción de audio y GPS al mismo tiempo. Respecto del instrumental digital, siete pulgadas parecen poco para los estándares actuales, pero Stellantis (porque el Jeep Renegade también la usa) hizo buen aprovechamiento y te permite personalizar varios cuadrantes para tener una serie de datos que quieras siempre a la vista.
De todo el uso pude ver tres cosas, la caja tenía tierra, no sé si se filtró o fueron las cosas que le hayan cargado en las "excursiones camperas". Voy a charlarlo con mis antecesores. Aparecieron algunos crujiditos menores en las puertas o Pilar B. Los frenos traseros me resultaron difíciles de modular en tránsito, pasan de poco a mucho en milímetros de recorrido del pedal. Algún aullido me hace pensar que con más de 30 mil kilómetros y uso intenso, regular la cinta de los tambores podrían ser la clave para volver a la normalidad.
Usé la Toro para excursiones urbanas y conurbanas. En ciudad es cómoda y lo que perdés de movilidad por su largo, lo ganás por respeto. No será una pick-up mediana, pero tiene presencia en el tráfico. El extra de despeje y el confort de suspensiones fueron cada vez más apreciados a medida que me alejaba del prolijo asfalto porteño. Dirección suave, buen pique, caja y motor que responden rápido te dan fluidez en cualquiera de estos ámbitos, solo hay que cuidar el punto ciego que ni los grandes espejos llegan a cubrir. El resto queda cubierto entre sensores y cámara.

Semana 4 - Carlos Cristófalo
Me tocó hacerla la primera de las despedidas a la Toro de nuestra flota de vehículos de prueba de "larga duración". Esta no será la última nota, porque habrá una despedida más formal y fuera de la convencional, pero sí me tocó hacerle el último viaje. Decidí visitar a Jacinto Campos en la Cuenca del Salado. El hombre me había prometido una cena con cordero de su propio criadero, pero con una condición: yo debería hacerme cargo de asarlo en la parrilla. Es el mejor laburo que me pueden encargar.
Salí de Béccar temprano y en familia. Si bien la cabina de la Toro siempre me pareció un poco estrecha, el espacio es más que suficiente para V.C., Lola, yo y nuestro equipaje. La caja de carga viajó vacía.
Lo que más me gusta de la Toro es el comportamiento dinámico, el confort de marcha, el rendimiento del motor 2.0 turbodiesel y la excelente relación que mantiene la caja automática de nueve marchas.
Pude apreciar y confirmar algunos defectos que ya venían mencionando otros compañeros del equipo: hay un ruido molesto en el revestimiento interno de la puerta del conductor y la pantalla multimedia entra en falla de manera aleatoria cuando se conecta el Apple CarPlay. Hay que desenchufar y volver a enchufar para que desaparezca el error.
En lo de Jacinto, además de comer el cordero, hicimos una recorrida por el campo. Nos quedamos -una vez más- con las ganas de probarla en el barro. La tremenda sequía en la Cuenca del Salado ya acumula seis meses sin una gota. También aprovechamos para cargar un poco de leña: Don J.C. le dio un curso acelerado de uso de hacha de desmonte y hacha de corte a V.C. Lo mejor de todo: reencontrarnos con el querido Falucho, heredero de Trotsky, el perro oficial de Autoblog. El cachorro acaba de cumplir dos años y está enorme (ver foto de portada). Pero se sigue comportando como un bebé: sus expresiones de cariño consisten en lanzarse sobre el visitante hasta lograr tirarlo al piso. Un encanto.
El regreso a Béccar se demoró un poco por un percance: se encendió el alerta de pérdida de presión de neumáticos. En la Toro, no indica en qué rueda está el problema. Después de medir la presión en todas pude identificar que la trasera izquierda estaba pinchada: un clavito oxidado en el hombro del neumático. La gente de Gallo Neumáticos le puso un generoso parche, aunque sin garantía sobre la reparación: "Depende del uso, en el hombro el parche a veces no agarra bien". Era lo esperable. La sorpresa inesperada fue que la jaula con la rueda de auxilio (finita, de uso temporario, algo imperdonable en una pick-up 4WD), tenía el tornillo de agarre falseado. Solución precaria: el auxilio ahora viaja dentro de la caja de carga, hasta poder reparar el tornillo que sujeta la jaula. "Es un defecto común en la Toro, ya tuvimos varios casos", me comentó la gente de Gallo.
La Toro comienza a despedirse del garage de larga duración de Motor1 Argentina. Nos queda un informe más a modo de resumen. Será poco convencional, como corresponde a nuestro estilo. Hasta la próxima entrega.



Estadísticas
Fecha de ingreso de la unidad: 6 de mayo (con 21.695 kilómetros).
Kilómetros recorridos en el cuarto mes: 2.715
Kilómetros totales desde el inicio de la prueba: 10.639
Consumo promedio registrado en el cuarto mes: 7.9 L/100 km
Consumo total desde el inicio de la prueba: 7.8 L/100 km
Problemas registrados este mes: Ruidos en el revestimiento interno de la puerta del conductor. Los frenos traseros de tambor perdieron precisión. La pantalla multimedia falla de manera aleatoria usando Apple CarPlay. Pinchadura en neumático trasero izquierdo (reparado con parche). Se falseó el tornillo que sostiene la jaula donde se aloja la rueda de auxilio.