Texto de Paul “Coloflow” Szebesta
Piloto oficial de Motor1 y creador de Racing Films
Nota complementaria al video del Ranking de Motor1 (ver video abajo)

En general, los autos que probamos en Ranking Motor1 los llevan directamente al Autódromo. Ya sea que los estén probando C.C., Orly o Lucho para las críticas convencionales, o bien que sean de un lector. Por este  motivo mi contacto con esos autos suele ser bastante breve. Ojo, eso no quita que pueda llegar a conclusiones certeras al tener la posibilidad de exprimirlos a fondo dentro de la pista. Con la Mercedes-Benz GLC 300e se modificó esa ecuación. Me tocó tenerla una semana en mi poder, y contrariamente con otros autos que estuvieron guardados hasta el día de la prueba, decidí salir a manejar y disfrutar de andar en un vehículo Premium. Por eso, antes de pasar a la crítica en pista, les voy a contar mi experiencia con esta SUV fuera de ella. Empecemos.

Uso normal:

Al verla de lejos, mientras uno se va acercando para subirse y se le empieza a dibujar una sonrisa en la cara. Si bien no soy un fanático del segmento SUV, el diseño de esta 300e es imponente y a mi criterio le cayó muy bien este restyling. Que dicho sea de paso quedó viejo dado que en Europa ya se ofrece la segunda generación de este modelo. Lo primero que vemos cuando nos subimos es la pantalla principal, de gran definición como en todos los Mercedes-Benz, y un sinfín de teclas y comandos. Esta unidad equipa el paquete AMG-Line para el interior, donde el principal cambio son las butacas, con un diseño deportivo y muy cómodo.

Al manejarla tuve mi primer contacto con las ADAS y quedé fascinado. El control crucero adaptativo, el frenado autónomo y las alertas hacen que la conducción sea verdaderamente fácil, y también devela lo mal que manejamos, al menos en estos puntos geográficos de Argentina. Si bien la usé el fin de semana para dominguear como un campeón, constantemente escuché alarmas advirtiendo que tenía autos muy cerca. Seguramente no le avisaron a la 300e que los argentinos somos muy cálidos y afectuosos, y por eso andamos todos pegados unos con otros.

Lo bueno de estos sistemas es que te obligan a ser prudente y uno cambia de manera rotunda la forma en que se mueve dentro del tránsito. La otra característica que vislumbra es el confort de marcha. Nunca anduve en una alfombra voladora pero me la imagino lo más parecida a esta Mercedes-Benz. Tanto por su insonorización como por sus suspensiones blandas uno viaja completamente ajeno a lo que pasa de los vidrios para afuera. A eso hay que sumarle un equipo de audio que suena muy pero muy fuerte y con una gran definición. El resultado es viajar en una cápsula alemana en donde el exterior parece desaparecer.

No tuve mucha interacción con el sistema eléctrico. Cuando Orly me dio las llaves la batería estaba descargada y por supuesto que no tengo un cargador en casa. Enchufarla a la pared puede demorar muchas horas, por lo cual en primer lugar decidí usarla siempre en el modo ‘Battery Level’, gracias a los consejos que me dio Leov. Este modo lo que hace es no gastar la carga de la batería y usar el freno para regenerar cada vez que soltamos el acelerador. Pensé que de esa manera iba a evitar tener que ir a cargarla... pero no. Es realmente muy poco lo que carga regenerando desde el freno, y a diferencia de la GLC (leer crítica), no se puede usar el motor térmico para cargar la batería. Finalmente me vi obligado a cargarla antes de la prueba en el Autódromo y en una hora y media completó la carga. Se necesitaron de tres playeros para hacer funcionar el cargador ya que ninguno estaba muy familiarizado en cómo usarlo. Sin dudas, aún estamos muy lejos de las tecnologías eléctricas y su uso masivo. Ahora sí, con la batería cargada, y el tanque de nafta también, me fui para el Autódromo.

Posición de manejo:

Muy buena. En la mayoría de SUVs que probé, la principal contra que encontré es no poder bajar la butaca hasta donde a mí me gustaría y quedar en una posición un poco alta. Con esta Mercedes-Benz no sucede ya que pude acomodarme bastante abajo. Esto se combina con la regulación del volante tanto en altura como profundidad, logrando una posición cómoda pero también muy práctica. El volante, forrado en cuero, tiene un excelente agarre, y por detrás se encuentran las levas para pasar de marcha. El tablero es totalmente digital, con distintos modos de configuración, aunque opté por dejar el que viene predeterminado que emula las agujas para el velocímetro y tacómetro, no muestra las revoluciones del motor y sí el porcentaje de energía.

Suspensión:

Buena. Digo buena ya que tuve la posibilidad de usarla en la calle, donde para ese terreno es ideal. Para la pista, sin dudas, es lo que más perjudica el desempeño de esta GLC. Con paralelogramo deformable, barra estabilizadora y resorte helicoidal tanto atrás como adelante, la 300e todo el tiempo está inclinándose tanto para atrás, como para adelante y también para los costados en los pasos de curva. Esto torna el andar muy ineficiente ya que tenemos que esperar a que los amortiguadores lleguen a su máxima compresión para encontrar la adherencia buscada. Si a esto le sumamos la intervención del ESP, frenándonos de manera involuntaria, se hace difícil lograr una conducción prolija y evitar tener que hacer correcciones constantes con el volante. En otros mercados existen tres suspensiones distintas para elegir a la hora de configurar esta SUV: neumática, regulable y la que sin dudas yo elegiría, deportiva. Estos opcionales no están disponibles en nuestro mercado y solo se ofrece la que equipa esta unidad con una orientación hacia el confort.

Frenos:

Muy buenos. Con discos ventilados atrás y adelante, hacen un gran trabajo en parar esta mole de 2080 kg, la cual adquiere velocidad de manera muy rápida. Eso sí, la fatiga de este elemento se hizo presente en la segunda vuelta a velocidad lanzada, no solo por el trabajo de frenar tanto peso, sino también porque son utilizados por el ESP para corregir la trayectoria, aumentando aún más el trabajo que deben realizar.

Dirección: Muy buena. De piñón y cremallera con asistencia eléctrica. Si bien la dirección es bastante dócil debido a la orientación hacia el confort del vehículo en general, no deja de ser una dirección bastante directa y precisa. Como dije antes, hay que esperar a la suspensión para que la dirección nos obedezca, pero cuando lo hace, nos trasmite muy claramente que es lo que está sucediendo en el tren delantero.

Caja:

Buena. Automática de nueve marchas, con tracción a las cuatro ruedas. En este ítem no hay mucho para criticar ni preponderar. Es una caja normal, con relaciones destinadas a bajar consumos. La velocidad entre cambio y cambio es normal para un vehículo de este segmento, donde para cambios ascendentes encontramos buena respuesta, pero para los rebajes demora hasta que el motor baje de revoluciones y se encuentre en un ritmo ‘tranquilo’.

Motores:

Muy buenos. Por un lado tenemos el térmico: un 2.0T de 211 CV y 350 Nm, mientras que el eléctrico genera 120 CV y 440 Nm. La combinación de ambos da como resultado 320 CV y 700 Nm, los cuales se sienten bastante. Si bien es un vehículo de dos toneladas de peso, la potencia que tiene es muy buena, y nos hace alcanzar altas velocidades en poco tiempo. A su vez, encontramos un impecable torque gracias al motor eléctrico, haciendo que las recuperaciones en las salidas de las curvas sean rápidas y constantes.

Ayudas electrónicas:

Se puede desconectar el control de tracción pero no el ESP. Esto da como resultado que las ruedas patinen un poco: de todas maneras interviene para recuperar la tracción. A su vez, en cuanto detecta una pérdida de adherencia mientras dobla, inmediatamente acciona los frenos para recuperarla. Esto hace un tanto difícil la tarea de llevarla prolija por las curvas ya que constantemente la camioneta estará frenando y soltando el freno a medida que pierda o recupere grip. El resultado es que se transfieren pesos para atrás y para adelante, haciendo que tenga un paso de curva un tanto errático aunque siempre manteniendo la trayectoria.

Comportamiento:

Bueno. Le falta la suspensión deportiva, con eso sería un misil. Como mencioné antes, no se ofrece ese opcional en nuestro mercado por lo cual hay que conformarse con la suspensión blanda, que para la calle es genial pero para la pista le juega en contra. Muestras de esto se ve en el video de la vuelta a bordo, donde constantemente tengo que hacer correcciones con el volante ya que cuando la camioneta apoya con toda su fuerza adquiere buen grip, pero en cuanto desliza acciona el ESP y la frena: la camioneta se agacha de trompa y obtiene más grip por lo cual hay que sacarle volante. Entonces el ESP la suelta y tendremos que volver a darle volante para que doble. Así sucesivamente.

La contra de este ESP es que es muy poco predecible. No sabemos bien cuando nos va a dejar deslizar y cuando no. Prueba de ello es que entrando a la Bajada del 8 la camioneta se corrió un poco de cola, pero sin intervención del ESP, teniendo que corregir con volante y sacándome de la trayectoria ideal.

Otra contra de las suspensiones blandas se da en las maniobras de frenado. Cuando nos paramos en el freno en las curvas lentas, la 300e se agacha totalmente de trompa y tiende a moverse un poco, teniendo que corregir con el volante para mantenerla derecha. Sacando de la ecuación a la suspensión, el resto es excelente. El motor empuja muy bien en todo momento y los frenos hacen un trabajo perfecto teniendo en cuenta el peso y las velocidades que desarrolla esta SUV.

Robustez:

Muy buena. La GLC 300e no sufrió desgaste, aunque si los frenos se fatigaron en la segunda vuelta rápida y la batería disminuyo a la mitad de carga luego de cuatro vueltas a velocidad lanzada.

Neumáticos:

Muy buenos. La Mercedes-Benz GLC 300e equipa unos Bridgestone Dueler H/P Sport 235/55R19. Estos ofrecen buen grip y no se desgastaron frente a la exigencia en circuito. Eso si, sufren una gran deriva a la hora de doblar debido a su alto perfil, el cual otorga el gran confort de marcha pero que perjudican en la pista.   

Relación precio/deportividad:

Puedo sonar reiterativo, pero si sacamos a la suspensión de la ecuación, encontramos una SUV bastante deportiva. Buena potencia, buenas prestaciones y buenos frenos. Aunque todo se ve opacado por una suspensión que busca todo lo contrario a la deportividad. Con un precio de 104 mil dólares, sobran las opciones deportivas a elegir. Quien busque o compre este vehículo, lejos estará de darle un uso deportivo.

Conclusión:

Mi experiencia con esta Mercedes-Benz GLC 300e fue genial. Admito que la disfruté mucho más fuera de la pista que adentro. Sin dudas que todos sus sistemas de asistencia a la conducción, sumado a la excelente calidad del interior y todo el confort que ofrece, la hacen un vehículo ideal para salir a la ruta y manejar sin más pretensiones que disfrutar del viaje.

En la pista hizo un muy buen tiempo y se defendió muy bien en un terreno que no es el suyo. Y sé que a esta altura de la crítica alguno dirá: ¿no va a decir nada respecto a la DS7 Crossback? Bueno, aquella SUV no tuve la posibilidad de usarla fuera de la pista, pero aun así puedo hacer algunas comparaciones respecto a su comportamiento dentro del autódromo.

¿Por qué ganó la 300e? Principalmente por esos 20 caballitos más que encontramos en la Mecha. Si bien la DS7 transita mucho más firme la vuelta, a la hora de acelerar la Mercedes le hace una notable diferencia. Eso se notó también en la velocidad final, donde la DS7 alcanzó los 186, 7 km/h, mientras que la 300e llegó a 190,64 km/h a la Curva 1.

En los pasos de curva la DS7 va mucho más firme que la Mercedes, y esos 200 kilos más de peso respecto a la DS7, se notan en las inercias que tiene la 300e, sobre todo en las curvas de alta velocidad, donde debemos ser cautelosos y no excedernos ya que debido a su elevado peso la Mercedes querrá seguir de largo.

Mediciones:

Tiempo de vuelta en el Circuito 6, 2:15.302. Velocidad máxima en recta, 190,64 km/h. Velocidad media, 113,2 km/h.

Coloflow (@PaulSzebesta_)
Producción: RacingFilms, Hernando Pollicelli, Julián Podesta, Orly Cristófalo, Ciudad Autódromo y Motor1.
Agradecimiento: Pinturerías Gastón3mc Designs.

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La Mercedes-Benz GLC 300e es ideal para viajar.
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Aunque las suspensiones blandas no la beneficien en la pista.
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El Colo la llevó en el aire.
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Y marcó un buen tiempo de vuelta.
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Mirá la galería completa con fotos de Hernando Pollicelli y Orly Cristófalo.

Galería: Mercedes-Benz GLC 300 Ranking

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