La Mercedes-Benz GLC 350e 4Matic fue el primer híbrido enchufable que se lanzó a la venta en la Argentina. Y, en diciembre de 2018, tuve la oportunidad de probarla durante más de 2.000 kilómetros en una semana (leer crítica).

Ahora Mercedes-Benz Argentina nos prestó el restyling de la 350e (que ahora se llama 300e) para probarla en el Ranking Motor1. La crítica completa del "Colo" se publicará la semana que viene, pero antes pedí permiso a la Redacción para escribir un poquito acerca de este rediseño.

Mi contacto fue apenas durante un rato, pero intenso. Estaba llegando a la casa de Orly para devolver la Fiat Toro de la prueba de Larga Duración, charlar un rato, y que me acercara al aeropuerto para volver a Bahía Blanca. Me mandó las coordenadas, y una foto de su garage con una Mercedes GLC: "Le dieron el restyling", pensé. "¡Lindo bicho!".

Sin embargo, al llegar y estacionar detrás de ella, la reacción fue un: "¡Ahperoquebien, es la de pilitas!" En efecto, se trataba del restyling, pero en la versión GLC350e que ya habíamos tenido la oportunidad de probar hace ya largos tres años y medio. En ese entonces, la conclusión fue que muchas de mis expectativas habían quedado en “gusto a poco” y que más que un brillante híbrido enchufable que nos acercaba a las tendencias europeas, el verdadero valor de este SUV era ser un vehículo de grandes prestaciones, prácticamente al nivel de un AMG, pero con una significativa diferencia de precio a favor.

Esta vez, el contacto fue bastante más corto: un viaje por la Zona Norte del conurbano que incluyó partes de ciudad, autopista y avenidas. Ciertamente es una experiencia más breve, pero no pude evitar las comparaciones y acercarles algunas conclusiones.


Qué mejoró

Ciertamente, muchas cosas. En el período que pasó entre la primera prueba y este encuentro sucedió algo muy interesante: la suerte de “cartelización” que hizo que las marcas premium alemanas restringieran el equipamiento de seguridad activa, en particular los ADAS y su parafernalia de sensores y asistencias, se quebró probablemente por presión de vehículos de segmentos inferiores, como la brillante Toyota Rav4 Hybrid que probé unos meses después (leer crítica). Si un vehículo generalista bastante más accesible podía incluir un control de crucero adaptativo, ¿por qué no un verdadero premium alemán? Y ahí está. La nueva GLC incluye un completo paquete con todas las ayudas a las que ya nos hemos acostumbrado: control de crucero adaptativo, sistema de mantenimiento de carril, faros adaptativos, frenado autónomo de emergencia, entre otros.

El exterior sigue siendo sobrio, evidentemente imperceptible en cuanto a las diferencias con las versiones convencionales, pero el interior mejoró significativamente con la incorporación de un tablero completamente digital que, para mi mayor gusto, no se encuentra integrado en la forma de una mega tablet con la pantalla multimedia, sino que se establece independiente de una manera elegante por encima de los controles de climatización. El extraño touchpad sigue allí, pero ahora la interacción es mucho más sencilla y directa a partir de la pantalla táctil de muy buena calidad.


Qué sigue igual

No hay (casi) novedades en la mecánica. Es un híbrido naftero-eléctrico enchufable, con baterías de litio. Tiene un motor 2.0 turbo (211 cv y 350 Nm). El motor eléctrico ahora genera 120 cv y 440 Nm. Cuando trabajan de manera combinada entregan 320 cv y 700 Nm a las cuatro ruedas. Ahora la caja es automática de nueve velocidades como en el resto de la gama.

El interior sigue siendo acotado para lo que uno espera de un Segmento D (mediano), aunque ya sabemos que los premium en general no son generosos con el espacio en cada posicionamiento, o que los generalistas tratan de compensar en este aspecto. Como sea, la calidad de los materiales sigue siendo de primer nivel, y no quedan dudas de que estamos en un vehículo de la Estrella, con un detalle positivo que es que ambos asientos delanteros son completamente eléctricos y equipados con memorias, para no discriminar a una pareja, o a un jefe que gusta de viajar en el asiento de acompañante.


¿Y entonces?

Sigue siendo un buen híbrido enchufable para quien pueda pagarlo, y las performances también siguen siendo también estelares, pero no me toca a mí analizarlas en esta oportunidad. Con sus 104 mil dólares de precio de lista (billetes), si es posible conseguirla a ese precio se convierte en una de las mejores opciones de rendimiento por dólar, un poco por debajo de la increíble F150 Hybrid que pudimos analizar con Jero hace un par de meses (leer crítica), pero con ese encanto especial que solo los productos de Stuttgart pueden ofrecer, ahora con la novedad de no ser un juguete rabioso base-base, sino un producto a la altura de lo que se espera de él.

La crítica completa del Colo en pista se publicará la semana que viene.

L.V.

Producción: RacingFilmsHernando PollicelliJulián PodestaOrly CristófaloCiudad Autódromo y Motor1.


Galería: Box Ranking Motor1: Mercedes-Benz GLC 350e 4Matic (2022)


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