Me compré un Toyota GR Yaris. Bueno, a esta altura de las negociaciones, tengo que claudicar y admitir que me lo compré en sociedad con mi hijo, Vito. Todo el proceso de compra, el proceso de entrega y otros intensos debates padre-hijo ya los conté en esta primera nota.
En algún momento pensé en escribir una crítica completa sobre el GR Yaris. Había varios motivos para hacerlo, teniendo en cuenta que Toyota Argentina no patentó ninguna “demo de prensa” para que lo probáramos los periodistas (leer nota).
Sin embargo, gracias a algunas unidades prestadas por propietarios que recibieron sus GR Yaris antes que yo, en Autoblog, Motor1 y MiuraMag ya pudimos publicar las completísimas críticas firmadas por dos expertos del volante: los pilotos Paul "Coloflow" Szbesta (leer opinión) y Julián Santero (leer opinión).
Además, ¿qué tipo de objetividad podría tener yo escribiendo una “crítica” sobre un auto que obviamente me encanta? Por eso mismo me lo compré. Sin siquiera haber visto un ejemplar en persona, lo reservé en febrero de 2021. Y me lo entregaron el 14 de diciembre. Con la compra del GR Yaris hice todo lo que siempre digo en mis notas y consejos que nunca hay que hacer con un auto: reservé a ciegas; compré en caliente; pagué sin pensar.
Por ese motivo, lo que se reproduce a continuación, no se parece en nada a una crítica completa.
POR FUERA
Tengo que confesar que, cuando se publicaron las primeras fotos del GR Yaris, lo que menos me gustaba era su diseño exterior. Lo veía un poco desproporcionado, con ese spoiler delantero tan grandote y ese tren trasero ensanchado. Es una mezcla de plataformas (tren delantero del Yaris europeo y tren trasero de C-HR) para competir en el Mundial de Rally.
Sin embargo, con el paso de los días, debo admitir que no lo veo más lindo, aunque sí me resulta cada vez más simpático. Es tal vez porque, al verlo, me recuerda lo genial que es manejarlo. No es lindo, aunque pude comprobar que al menos acá en Argentina resulta bastante exótico: es curioso ver cómo mucha gente -sobre todo adolescentes- le sacan fotos al verlo por la calle. Se acercan. Hacen preguntas. Es un autito que genera buena onda.
El martes pasado estuvimos en el evento que celebró Track Day Argentina en el Gálvez (ver Vlog del Colo). Fuimos como invitados, meramente espectadores. Y fue alucinante encontrarnos con casi diez GR Yaris corriendo en la pista. Casi todos habían recibido modificaciones: neumáticos, llantas, ploteos, accesorios originales y agregados caseros. No había dos iguales.
El más stock era el nuestro, que en estos tres meses recibió sólo algunas pequeñas modificaciones: le pegamos un sticker de Autoblog en el portón trasero y le compramos la cámara de retroceso. También le colocamos tuercas de seguridad en las cuatro ruedas, porque sabemos que esas hermosas Michelin Pilot Sport 4S hay que cuidarlas mucho. El otro accesorio fue un mimo: los amigos de Custom Covers nos confeccionaron una preciosa funda personalizada. Le queda tan sexy como una calza de lycra y tiene los logos de Toyota Gazoo Racing (adelante) y Autoblog (atrás). ¡Gracias, Gastón Álvarez y equipo!
POR DENTRO
¿Acaso dijiste "cámara de seguridad"? Sí, el GR Yaris tiene una configuración de equipamiento algo extraña. En algunos aspectos viene equipadísimo (butacas calefaccionadas, Head-Up Display, volante calefaccionado y todas las ADAS que incluye el paquete de seguridad Toyota Safety Sense).
Sin embargo, tiene algunos faltantes insólitos. La luneta trasera es diminuta, como corresponde a un auto deportivo. Y no tiene limpialuneta. Eso me lo banco. Pero tengo que admitir que es realmente complicado maniobrar en reversa, porque el paragolpes trasero está muy sobrasalido y porque el plástico con el que está confeccionado es más finito que un envase de yogur light. Todo está pensado para ofrecer el menor peso posible, pero todos sabemos que esa pieza no se aguanta ni el más mínimo apoyo en estacionamientos. Por eso, es incomprensible que no traiga sensores de estacionamiento ni cámara de retroceso.
Al mes de tener el auto le tuvimos que hacer el service de los 1.000 kilómetros. Es una revisión de rutina, que incluye un repaso general del auto y la conexión del scanner para evaluar alguna posible falla. Es gratuito y lo hicimos en el GR Garage del Pilar, que está junto a Toyota del Pilar. Nos atendieron de maravillas, con lavado del auto y desayuno incluido (pude ver que todos los clientes recibieron el mismo tratamiento, no sólo los que tenemos GR Yaris).
Ahí mismo pedimos la instalación de la cámara de retroceso original. Nos costó 45 mil pesos y simplifica muchísimo las maniobras. También nos regalaron una linterna para la guantera, que incluye navaja para cortar cinturones de seguridad y rompe vidrios. Espero no tener que usarlos, ¡pero gracias familia Pigoni y equipo!
Antes de recibir el GR Yaris pude leer varias reviews de distintas partes del mundo y muchos periodistas criticaron la posición de manejo. Es cierto: es un poco más elevada que en un auto normal, porque así son los autos de rally (la idea es que tengas una vista más amplia del camino). De todos modos, no me pareció algo tan grave (y eso que mido 1.83 metros). Lo compensa la excelente butaca deportiva y el volante de tamaño perfecto.
Lo que sí es complicado es el acceso a las plazas traseras (por culpa del techo tan bajo). Además, el baúl es diminuto. Lo peor de todo: no tiene rueda de auxilio. Ni siquiera una finita, de uso temporario. Me compré una rueda del mismo tamaño que las titulares y la llevo en el baúl cada vez que salgo a la ruta. El problema: es un rodado tan grande que tengo que plegar la mitad del respaldo trasero. Es decir: si querés un GR Yaris con auxilio homogéneo, preparate para bajar al menos un pasajero.
SEGURIDAD
Es un auto deportivo, así que es algo incómodo. No hay problema, es algo que esperaba. Lo que no esperaba es que estuviera equipadísimo en materia de seguridad. Viene de serie con seis airbags, frenos ABS con EBD (con enormes discos ventilados y ranurados en las cuatro ruedas), control de estabilidad (totalmente desconectable), asistencia al arranque en pendiente, Head-Up Display y todas las asistencias a la conducción (ADAS) del Toyota Safety Sense: luces adaptativas (full led), control de crucero adaptativo, alerta de riesgo de colisión, frenado autónomo de emergencia, alerta de cambio de carril y sistema de mantenimiento de carril.
No esperaba tanto, aunque la seguridad siempre es recontra bienvenida.
No hay resultados pruebas de choque independientes que hayan sometido el GR Yaris a un crash test (y acá no cuentan los que ya se pegaron algunos interesantes “palitos”, en diferentes partes del mundo).
MOTOR y TRANSMISIÓN
Ya se escribió y se dijo mucho sobre el tres cilindros turbo con 1.6 litros de cilindrada. Tiene 272 caballos de potencia y 370 Nm de torque. Es el tres cilindros de producción más potente del mundo. Y es todo lo que ya dijeron nuestros expertos Szebesta y Santero: liviano (eso hace que el tren delantero sea muy ágil), explosivo (es simplemente fabuloso el empuje entre las 3.000 y 6.500 rpm) y con un sonido muy simpático (suena tipo Bóxer y el ruido del motor está amplificado en el habitáculo, por medio de parlantes que reproducen a mayor volumen el sonido captado por un micrófono bajo el capot).
La caja manual de seis velocidades es fantástica: precisa, crocante y con recorridos bien cortitos. A eso hay que sumarle el revolucionario (perdón por estos adjetivos exagerados, pero ya dije más arriba que me lo compré porque me encanta) sistema de doble tracción permanente. Tiene tres modos de reparto del torque: Normal (60% adelante y 40% atrás), Track (50/50) y Sport (mi favorito, con 30/70).
A eso agregale algo que nunca había visto en un auto de calle: el freno de mano que desactiva el diferencial trasero. De esta manera, al agarrar un retome muy cerrado, tirás del freno y la cola derrapa totalmente libre, pero con las ruedas delanteras aún traccionando. Literalmente: el GR Yaris gira en una baldosa.
¿Algo más? Sí, el GR Yaris llega a la Argentina con el Circuit Pack de serie. Esto significa que, además de todo eso, también viene con llantas de aleación BBS de 18 pulgadas, suspensión configurada para circuito y diferenciales Torsen de deslizamiento limitado (en los dos ejes).
Es, por lejos, el mejor y más brillante conjunto mecánico que haya tenido en un auto propio (¡perdón, 205 CTi!).
Y ahora vamos a decir algo que ningún crítico mencionó hasta ahora: ¡cómo gasta! Cualquiera que piense que por el hecho de tener tres cilindros es un autito económico, ecológico, racional y “downsized”, se equivoca. Consume una media de 10.8 litros cada 100 kilómetros, llegando hasta los 13 litros en ciudad y bajando apenas a 9 en ruta. Y eso es con un uso racional del acelerador, algo que rara vez vas a hacer con este auto. Cuando te entusiasmás con el pie derecho, puede llegar a 15 o 18 litros cada 100.
Esto es porque el motorcito viaja siempre enroscado (y porque tiene 272 cv, ¿qué esperabas?). En ruta, a 120 km/h y en sexta marcha, el motor trabaja a 3.000 rpm.
COMPORTAMIENTO
Un ex piloto y actual jefe de equipo del automovilismo argentino (que no corre para Toyota, aunque sí trabajó para otras marcas japonesas) fue uno de los primeros en comprar y recibir su GR Yaris. Y también fue uno de los primeros en ponerlo a la venta, a pesar de que la marca había pedido evitar las reventas especulativas (ver los ocho requisitos).
Le pregunté por qué lo hizo. Esperaba encontrarme con una respuesta sobre urgencias económicas, pero no: “La suspensión me pareció durísima”, me dijo.
Por mi trabajo, manejo un promedio de 60 autos diferentes al año -todos 0km, todos lanzamientos recientes- y obviamente el andar del GR Yaris no es lo que se pueda definir como “blando” o “confortable”. ¿Pero “durísimo”? Tal vez este señor nunca se subió a un Mini John Cooper Works (leer crítica), a un Abarth 595 Turismo (leer crítica) o a un Renault Mégane RS III 265 (leer crítica). Todos esos autos tienen suspensiones más duras que el GR Yaris.
Es cierto que hay que cuidar las bonitas BBS en los baches y el spoiler delantero en algunas cunetas muy profundas, pero el andar está muy lejos de ser “durísimo” o "incómodo". Claro que no está pensado para la ciudad. No lo podés dejar estacionado en cualquier lado y no le gusta nada el empedrado. Ahí el problema no es la dureza de las suspensiones o el bajo perfil de los neumáticos. En el adoquinado, los cálipers de freno hacen un ruido espantoso, como cacerolas viejas en batucada. Consulté en el GR Garage y me dijeron que están al tanto del problema. Es algo común a todos los GR Yaris, aunque sólo los usuarios argentinos estamos reclamando (¿será porque el estado de nuestras hermosas calles acentúa la batahola de cálipers?). Por eso, hay una "campaña de saneamiento" en preparación para solucionar ese problema ("es un tema de ruido, no de seguridad, por eso no es un recall", me aclararon).
Más allá de eso, ¿cómo anda el GR Yaris?
Toyota declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.5 segundos y una velocidad máxima de 230 km/h. Y es mentira. Esos valores son un poco mejores todavía, según pude medir en mi unidad: 5.1 segundos y 232 km/h (con corte de inyección en sexta y a 5.500 rpm).
Pero lo mejor del GR Yaris no es cómo anda en línea recta. Lo divertido es cómo se mueve en las curvas. La dirección, los frenos, el chasis y el sistema de tracción están pensados para hacerlo bailar.
Con Vito tenemos muchas diferencias a la hora de hablar sobre el GR Yaris (ver debates anteriores), pero existen dos grandes puntos de acuerdo. Primero: el auto nos encanta (hasta competimos para ver quién inventa el elogio más cursi, cringe y exagerado). Segundo: es un auto de rally, antes que de autódromo.
Por eso, no dudamos ni un segundo y nos hicimos socios de una vieja pista de TC del Oeste, donde lo estamos disfrutando sobre la tierra y con todas las medidas de seguridad de un circuito. En modo Sport y en un recorrido de tierra -bien trabado y compactado-, no es necesario ir a más de 60 km/h para ver cómo el GR Yaris se desliza con suma facilidad y control:
-Es tan fácil como driftear en el GTA, opinó V.C.
-Te hace sentir un Kankkunen, por más que seas un Marquito, acoté.
-¿De quiénes estás hablando, Boomer?
El otro día veíamos a un conocido YouTuber yanki que le puso un 6 (sobre 10) al GR Yaris en “Handling”. Lo hizo después de haberlo manejado un ratito por las calles de San Diego (California). ¿Un seis? Yo no soy YouTuber, pero algunos autos manejé: no hay nada hoy en el mercado (al menos en Argentina) que supere en handling a este autito. El comportamiento dinámico es perfecto, casi surrealista.
¿El único riesgo? El exceso de confianza. Te hace sentir mucho mejor piloto de lo que en realidad sos. Es un autito chiquito y muy simpático, pero los 272 burros son cosa seria y merecen mucho respeto.
CONCLUSIÓN
Trabajo como periodista desde hace más de 30 años (ver nota) y por ese motivo en el garage de mi casa siempre hay autos prestados: grandes, chiquitos, caros, baratos, lindos y feos. Son parte del paisaje cotidiano de mi vida, mi trabajo y mi familia.
Vito tiene 15 años y nació en ese ambiente. Por eso, durante años, detestaba que mucha gente le preguntara: “Y con el trabajo que tiene tu papá, seguro que a vos también te encantan los autos, ¿verdad?”.
Detestaba esa pregunta porque no era cierto. A lo largo de su corta vida fue fanático de muchas cosas -Lego, Minecraft, Nerf, Animé, Manga, Roblox y un largo etcétera-, pero nunca se identificó a sí mismo como fierrero.
Yo tampoco lo quise forzar. Si bien muchas veces me acompañó a eventos, carreras y test drives, jamás lo obligué. De hecho, ignoraba olímpicamente los autos de prueba que había en el garage de casa (sobre todo los Made in Mercosur). Pero hace poco hubo un quiebre. En plena cuarentena cerrada del Coronavirus -cuando yo dormía y él pasaba largas noches chateando con amigos y surfeando la web- me empezó a hablar en un lenguaje extraño: JDM, GC8, ID, R32, AE86 y muchas siglas más.
Resulta que, en esas noches interminables de encierro, se había sumergido en el mundo de los autos deportivos japoneses. Confieso que, a pesar de tener algunas décadas en este oficio, hoy sabe de JDM mucho más que yo. Y la cosa se pone divertida cuando encontramos temas en común, pero que los dos descubrimos de manera diferente y en tiempos muy distintos.
Por ejemplo, el otro día me mostró uns videos y un juego que se había descargado sobre su nuevo ídolo. Se llama Colin McRae. Por supuesto, le respondí con un libro que tengo en mi oficina (en papel) y unas revistas viejas (también en papel) sobre la vida del Escocés Volador. Así ya nos pasó varias veces, con distintos temas: Grupo B, Rendez-Vous, Top Gear, Lancia Stratos.
Por eso, con el GR Yaris siento que nos compramos mucho más que un auto: nos trajimos a casa un nuevo tema de conversación.
C.C.
Fotos: V.C.
El 14 de diciembre de 2021 fue la entrega del Toyota GR Yaris de la Colección de Autoblog (leer nota).
Gracias a Custom Covers por la funda personalizada.
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