Texto y fotos de Orly Cristófalo
Crítico D2 de Autoblog

Una vez más, mi "otra vida" y Autoblog se unieron en un Rock Test. Es eso que empezó como una joda y quedó. Por esta sección ya pasaron las siguientes bandas: The Magic Numbers, Los Nocheros, Jungle, Bacilos y Eruca Sativa. Y ahora estrenamos un nuevo episodio. Volvimos a salir de gira.

El 2020 fue un año muy duro para la industria del espectáculo en general y la música no se quedó afuera. La pandemia hizo que se cancelaran todo tipo de conciertos. Los streamings "desde casa" o desde un estudio sólo sirvieron para "no perder tanto".

Sobre fines del año pasado, se empezaron a habilitar los conciertos con público y, si bien no es el negocio al que se estaba acostumbrado, esto por lo menos permitió volver a pensar en ciertos números que empezaran a sacar del fondo las finanzas de artistas y productoras.

Ya para principios de 2021 las giras se volvieron a hacer realidad. Protocolos y permisos mediante, se pudo volver a recorrer algunas provincias para organizar conciertos. Y ahí llegó la batiseñal para activar a C.C.: "¿Habrá algo para 7/8 pasajeros disponible para fines de febrero?", fue el Whatsapp que recibió de mi parte. La respuesta fue: "Rezale a San Toyota, que para esa fecha lanzan la Hiace de pasajeros".

San Toyota dijo que sí y sólo puso como condición que la manejara alguien con licencia de conducir Categoría D2: la homologación de la nueva Hiace Wagon así lo exige. La crítica completa de esta van ejecutiva ya se publicó la semana pasada (leer acá).

Lo que sigue a continuación es un relato real de lo que sucedió en más de 3.000 kilómetros de ruta y seis días de gira con Bandana y 1915. Quizás quien escribe omita algunas cosas -para proteger la integridad de la hermosa amistad creada con los artistas-, sepan comprender.

Bandana en Rosario - Día 1

10:45 AM: desde finales de 2019, Bandana -el mítico grupo de mujeres creado a partir del reality show PopStars-, está integrado por dos cantantes: Lissa Vera y Lourdes Fernández. Este 2021, la banda cumplirá 20 años y siguen activas, incluso sobre finales de 2020 sacaron una canción nueva, "Fuego".

La cita era en Rosario, más precisamente en el Teatro Broadway, uno de los más importantes de la ciudad y cuyo origen data de 1927 (reinaugurado en el 2002).

Bandana se presentó en vivo con una banda de cuatro músicos: batería, teclado, bajo y guitarra. Si sumamos tour manager, sonidista y chofer estábamos casi completos para los diez asientos de la Hiace Wagon. Lo que nadie me confirmó fue cuál sería la cantidad de equipaje que traerían. Batería completa, dos teclados, dos guitarras, un bajo, pedaleras y, por supuesto, las valijas de Low (así le dicen todos a Lourdes), y Lissa con vestuario. Conclusión: al llegar al punto de partida del tour, ya había un vehículo de apoyo para ayudar a que entre todo.

Como ya leyeron en la crítica tradicional (ver nota), la Toyota Hiace Wagon no es un vehículo de carga y mucho menos para semejante cantidad de carga. Nos fuimos acomodando todos, cerré las puertas eléctricas desde el tablero y partimos. Al lado de la selectora se encienden y titilan ocho lucecitas. Son los 8 asientos ocupados de las filas traseras y la lucecita indicaba que ninguno tenía puesto el cinturón de seguridad.

Les pedí que se los colocaran y prometieron hacerme caso. Al carrancar, sonó una alarma porque aún quedaban dos rebeldes. Gente grande. Les llamé la atención por su nombre y me miraron con cara de: "¿Cómo sabés que soy yo?". Se pusieron los cinturones, se apagaron las alarmas y a la ruta.

Mi copiloto fue Pablo, el baterista y responsable de la dirección musical. Resultó ser un fanático de los autos. Así los kilómetros siempre pasan más rápido.

1:45 PM: Malas noticias. No salí con el tanque lleno de la Hiace y varios de mis pasajeros necesitan hacer una escala técnica. Mi sueño del viaje directo y sin escalas se desmoronó por todos lados. Hasta acá tuvimos cielo nublado y hasta una llovizna cerca de Zárate. Poco tráfico y la Hiace devorando kilómetros, mientras mis pasajeros iban de gran charla. Hubo un momento karaoke con Lowrdez haciendo canciones de Shakira y Lissa desplegando toda su voz para cantar algo parecido a ópera.

La parada incluyó una breve charla con un propietario de una Hyundai H1 que miraba y recontra observaba la Hiace Wagon por los cuatro costados. "Estoy feliz con mi camioneta, pero esta es otro nivel", me comentó. Charlamos un rato y se fue a contarle a la mujer lo que habíamos hablado. Todos a bordo, incluyendo choripán para dos de los ocupantes. ¿El chofer? Milagrosamente sin mucho hambre y con ganas de sumar kilómetros para llegar a Rosario de una buena vez. Nos espera un breve descanso y luego partir para el teatro, para el armado del show.

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Rock Test: salimos de gira con la Toyota Hiace Wagon (y las Bandana)
¡Hola Rosario! La gorra de Store Chango, siempre acompañando.

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3:40 PM: Llegamos a Rosario. Bajamos todo en el hotel, nos dieron las habitaciones y me avisaron que no podía dejar la Toyota estacionada en la puerta, a pesar de tener una dársena específica para huéspedes. El garage quedaba a la vuelta. Emprendí rumbo a la cochera que no era más que un estacionamiento cubierto, típico de centro de ciudad grande. Entré y me mandaron al fondo "porque es muy larga y acá me va a complicar el paso". Y llegué a mi primer desafío: espacio reducido y 5.3 metros de largo para acomodar. Sensores, cámaras y radio de giro hicieron su magia y la Hiace quedó perfecta en pocas maniobras, con la pintura intacta. Bueno, algo de crédito le podría dar a mis muñecas también, ¿no?

Volví caminando al hotel, llegué a mi habitación y recibí un mensaje: "¿A las 16:30 nos llevás con los equipos al Teatro?". Miré la hora: 16:05. La vida del rockstar nunca fue tan incómoda. La ducha que pensaba darme quedará para después. Apenas llegué a responder un par de mails y salí a buscar la Hiace, previa parada en un local de chipá (esa bolsita con 10 sería mi almuerzo).

Saqué la Toyota y fui para el hotel. Cargamos todos los equipos y me fui solo: sonidista, tour manager y stage manager fueron caminando, eran sólo cinco cuadras. Llegué primero y aproveché para meter foto y una Storie para Instagram, para pasarle a la CM de Bandana y que agitara el show de la noche (con agradecimiento a Toyota Argentina incluido)

Bajé todo mientras llegaban los muchachos. Los dejé armando y me fui para el hotel a descansar. Pero claro, estaba en Rosario con la Hiace Wagon, ¿cómo no iba a sacarle una foto en el Monumento a la Bandera? Waze me indicó que estaba sólo 10 cuadras. Si pensaba hacerlo, ese era el momento. Encaré para la Costanera.

Rosario, al menos en esa parte, está mucho más lindo de lo que recordaba de mi última visita, unos 10 años atrás. Llegué y metí unas fotos al estilo "rush hour" de Autoblog: rápido y efectivo. En una de las fotos acomodé la van en un lugar no-muy-legal. A pocos metros había un patrullero de Prefectura. Les hice señas de: "¡Una foto y me rajo!" Me respondieron con el pulgar en alto. Dato: no molestaba a nadie porque esa zona donde estaba es casi de cero tránsito, pero pedir permiso está bien siempre. Eso me lo enseñó mi mamá, La Jefa.

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Linda postal de Rosario. Ningún neumático o llanta fue dañado en la producción de esta imagen.

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Llegué al hotel, me di una ducha y me puse a laburar un poco con la compu. Ya me habían avisado que la banda se iría caminando al teatro, por lo que sólo me restaba llevar a Lissa y Lowrdez a las 19.

Como buen chofer, a las 18:55 estaba en la puerta del hotel con el motor en marcha y mandando Whatsapp a mis pasajeras. Bajaron "casi" producidas, pero me protestaron por la foto a bordo, porque no estaban con el make up final ni con la ropa del show. Fuimos hasta el teatro, las dejé y metí la Hiace en un estacionamiento a media cuadra. "¿Cerrás a la noche?", le pregunté al playero, que me respondió que cerraba media hora después de que terminara la función. Mientras charlábamos, un matrimonio que iba a buscar su auto no dejaba de mirar la Hiace y escuché un susurro "Es la camioneta que dejó a las de Bandana recién en el teatro".

Entré al teatro ya con la prueba de sonido en marcha. Todo transcurría normal mientras agarraba la cámara de fotos. Sí, no sólo soy chofer, también hago de fotógrafo, como bien saben los que me siguen en Instagram (strong>@OrlyCristofalo</strong).

Fin de la prueba de sonido y todos a camarines. Las chicas se tenían que cambiar y hacer una nota con el Telenoche local, en vivo. ¿El resto? Un par se fueron de una escapada hasta el hotel a darse una ducha. Yo me quedé en el teatro, delante de un ventilador. El calor aprieta en el subsuelo donde están los camarines.

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Lissa y Lowrdez antes de salir para la prueba de sonido y show. El chofer les pidió que posaran y ellas le metieron onda.

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23:30 horas: El show terminó. Bandana hizo cantar y bailar a todos los presentes. Gran mayoría de mujeres entre el público (y de todas las edades). Es increíble como yo, sin haber escuchado a Bandana en su apogeo, me sabía casi todas sus canciones. Esa es la diferencia entre una banda que fue y es un hito del pop argentino. Y el resto.

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Bandana y su banda. a pleno en Rosario.

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Estacioné la Hiace Wagon en la puerta del teatro, gracias a unos conos que pusieron los de seguridad. Había una 50 personas en la vereda, esperando que salieran las chicas para sacarse fotos. Abundaban los barbijos. El distanciamiento social brillaba por su ausencia.

Me avisaron que estaban por salir y abrí la puerta del lado de la vereda, por si querían subir directo y huir. Mientras me hacía la película del chofer escapando a toda velocidad, las chicas salieron y se pusieron a charlar y sacarse fotos en la vereda. Punto para ellas. Yo me quedé con las ganas de ser Jason Statham, pero con pelo y unos kilos de más.

El regreso se dividió en dos viajes: el primero con las chicas y el novio de Lowrdez, que también fue parte de la gira. Los dejé y volví para cargar los equipos. Con todo a bordo, encaré para el hotel mientras el resto del team volvía caminando. Bajamos todo en el lobby y cuando estaba por encarar para ir a guardar la Hiace escuché: "Ché, tengo hambre, ¿nadie se prende con una pizza?". Que si pedíamos mediante app de delivery, que si la buscábamos, hasta que tiré un: "La van está en la puerta, salimos ya a buscar una pizzería y las traemos acá". Juro que hubo aplausos. El hambre te hace hacer cosas extrañas a veces.

El tour pizzero tenía cinco personas a bordo. Google Maps se encargó de la recomendación y en 40 minutos estábamos de vuelta, con tres hermosas pizzas, que fueron masacradas. Ahora sí, a dormir que mañana hay ruta.

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Bandana en Rosario - Día 2

7:58 AM: Ya estoy desayunando. Amo desayunar tranquilo y más si es en un hotel. El plan era salir a las 9 de la mañana y para las 8:30 ya estábamos todos desayunando. Cargamos todo y partimos, no sin antes llenar los 70 litros del tanque de la Hiace, así llegábamos tranquilos a Buenos Aires.

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Equipo Bandana completo, antes de emprender la vuelta a casa.

10:10 AM: Ruta 9, kilómetro "casi 200". Nuestros compañeros de ruta (con todo el equipaje e instrumentos) aprovecharon la agilidad de su vehículo en la salida de Rosario y nos dejaron atrás. ¿Yo? Control de velocidad crucero adaptativo en 130 km/h y escuchando mi Playlist Rutera en Spotify, creada a principios del 2020 con aportes tuiteros que siguen a Autoblog.

De pronto, vi a lo lejos un vehículo detenido al costado de la ruta, con las balizas. Levanté un poco y cuando pasé me confirmé que eran nuestros coequipers, con una goma destruida. Balizas, freno y a la banquina, para poder asistirlos. Como buen representante de Autoblog, me arremangué y coloqué el crique y empecé a levantar el auto, mientras el conductor aflojaba las tuercas. Cambiamos la goma y dejamos un registro menor al de un equipo de TC en los 1.000 kilómetros de Buenos Aires (?).

Bueno, quizás exagero un poco.

Volvimos a la ruta y directo a casa. Dejé a todos en el punto de encuentro original. Saludos de puño, agradecimientos y me llevé una felicitación de Lowrdez por mi manejo durante el tour. Casi le respondo con un: "No es para menos, no te olvides que soy Crítico D2 de Autoblog", pero no iba a entender el chiste.

Regresé a mi casa con la Wagon llena de bichitos de ruta y con el placer del trabajo cumplido. Llamé a Yino, mi lava autos a domicilio favorito, para que le diera una buena lavada de cara. En un par de días saldría de gira otra vez.

1915 - Córdoba-Santa Fe-Rosario - Día 1

5:30 AM: Hace muchos años que me levanto temprano. Muy temprano. Por eso, cuando me dijeron a qué hora salir rumbo a Córdoba, para el inicio de la gira de la banda 1915, no dudé en responder :"5:30, todos en mi casa. Salimos a las 6". A las 5:30 ya estaban los cuatro integrantes de 1915 en la puerta, junto al sonidista, stage manager, tour manager, guitarrista invitado y trompetista invitado. A ellos se sumaba un chofer para la segunda unidad, porque una vez más, la realidad de equipaje superó toda expectativa.

A pesar de la puntualidad, un par de hechos desafortunados nos demoraron. Hechos que incluyeron un viaje de un integrante hasta CABA y volver y la intervención del Automóvil Club Argentino y su servicio de remolque. No ampliaremos mucho, sólo vamos a decir que la Toyota Hiace no fue protagonista de ninguno de esos inconvenientes. ¿Nuestros pasajeros? Poniéndole onda con charla, mate y filmaciones para las redes.

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¿Problemas en el comienzo de la gira de 1915? Que no decaiga y salen Stories para Instagram.

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Esta vez íbamos más completos. En la Hiace éramos nueve, sólo venía despejado el asiento central delantero. Mi copiloto esta vez fue Flor, nuestra tour manager y la única mujer del viaje. Los 1915 son Jere, Cruz, Alejo y Penzo, cuatro jóvenes de entre 22 y 25 años, que llevan adelante una de las bandas más renombradas dentro de lo que se conoce como La Nueva Generación.

¿Influencias? Sonaron desde la mitad de la mañana, cuando ya pasábamos Rosario en forma de playlist, que mandaba Cruz desde la última fila de asientos: Spinetta, Charly García, Cerati, sonaban en los parlantes de la Hiace.

Parada a mitad de camino para completar el tanque, juntar algo parecido a comida y seguir. La idea era estar en Córdoba para un almuerzo tardío en el hotel y de ahí al Club Paraguay, para armar todo y probar sonido.

Llegamos a Córdoba Caaapital (leer con tonada, por favor), bajamos todo y fui a dejar la Hiace en el estacionamiento enfrente a nuestro alojamiento. Si en Rosario, con Bandana, había tenido que maniobrar, ahora aquello me parecía un juego de niños. En Córdoba me tocó el segundo subsuelo, lleno de columnas de concreto y un sector donde me dijeron: "Dejala de ese lado, porque en los demás va a sobresalir mucho". Espejos, sensores, cámara. Todo activado y a tenerle fe a la Hiace (y al chofer). Entró perfecta, me bajé, miré la hora y dije: "En 40 minutos la tengo que sacar de nuevo". Casi se me pianta un lagrimón.

Almuerzo, ida y vuelta del "venue" (así se le dice en inglés a los lugares para tocar y acá se usa seguido en la jerga), una ducha en el hotel y nos fuimos para el Club Paraguay. El show fue impecable, los chicos se suenan todo y el lugar estaba lleno (dentro de los protocolos vigentes). ¿Pocos barbijos? Y sí, es complicado tomar una cerveza o comer una hamburguesa con el tapabocas puesto.

Saludo final en Córdoba retratado por el chofer de Autoblog.

Final del show y había pizza en el camarín, pero les recordé a los chicos que nos esperaban con un asado en la casa del director de marketing de S-Music, cordobés él. Fotos con la banda soporte, saludos, abrazos y salimos. Todo el equipaje al auto de apoyo y todo el Team 1915 a la Hiace. Viajamos diez y muy bien. Asado, charla, brindis por el buen show y a dormir que mañana hay ruta otra vez.

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El "Gato" Fernández, Penzo (teclados en 1915), y Pedro (Stage manager), en la adoración al gran asado con que nos sirvió el Gato, post-show en Córdoba.

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1915 - Córdoba-Santa Fe-Rosario - Día 2

El cronograma indicaba que a las 10am teníamos que estar todos arriba de la Hiace para salir a la ruta. La llovizna matutina y algunas trasnochadas nos jugaron una mala pasada y finalmente vimos la ruta cerca de 11:30. Con rumbo a Santa Fe tratamos de ir lo más "en ritmo" posible, para recuperar algo del tiempo perdido. Siempre respetando los límites de velocidad establecidos, porque hay que es lo que corresponde (y porque las multas en Córdoba florecen de abajo de la tierra).

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Los 1915 y staff a bordo de la Hiace. Los 7 asientos "traseros" ocupados.

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Cuando más kilómetros sumaba arriba de la Toyota Hiace Wagon más me convencía de que fue pensada para ir cargada. El cambio de kilaje ni se siente. De hecho, la hace viajar más aplomada: frenos, dirección, estabilidad, todo está en su lugar, nada nos hace notar que venimos muy cargados. Llevaba nueve pasajeros, dos bajos, una guitarra, unas 60 remeras de merchandising, cinco equipos de mate y, no: los bizcochos caseros que preparé antes de salir murieron antes de llegar al kilómetro 150 de Panamericana.

¿Ášnica queja del chofer? A la Hiace Wagon le cuesta recuperar. Pasar de 80 a 120 km/h puede ser largo y hay que tenerlo en cuenta en los sobrepasos. Por suerte, la gran mayoría de las rutas que utilizamos eran autopista y no lo sufrimos tanto.

En este tramo volví a mi playlist rutera y fue un éxito, al punto que volvieron a pedirla en el trayecto final entre Rosario y Buenos Aires. ¿Nace un musicalizador D2?

Almuerzo en el hotel de Santa Fe, una hora libre y los técnicos, equipos y la Hiace nos fuimos al venue. La Moreno es una sala ubicada en el mismo espacio que la biblioteca popular Mariano Moreno. Allí descargamos todo y me quedé a dar una mano, hasta que me avisaran para ir a buscar a los músicos, para probar sonido.

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La Toyota Hiace Wagon. esperando por los artistas en la puerta de La Moreno, Santa Fe.

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Después de setear todo (confieso que yo hice casi nada), salí en búsqueda de los 1915. Al llegar al hotel, me encontré que algunos se habían ido caminando: eran sólo siete cuadras, así que cargué a media banda y partimos. El show salió genial, hubo sesión de fotos post-recital con una fotógrafa local y de vuelta al hotel. Nuestro alojamiento disponía de sólo dos cocheras y muy justas, tanto de largo como de ancho. Me dijeron: "Creo que entra, pero demasiado justo". La encaré, me bajé a medir como todo chofer profesional, y la acomodé con el espacio suficiente para salir por la puerta del acompañante. Confieso que hubo una mini ovación al terminar la maniobra, pero no quiero hacer alarde.

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El rock da hambre. Crédito de la foto Joselina Brignone.

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1915 - Córdoba-Santa Fe-Rosario - Día 3

A horario, como nunca hasta ahora, partimos hacia Rosario. Un tirón corto, el más breve de esta gira. Había caras de cansancio, a pesar de que anoche no se quedaron hasta muy tarde. En Santa Fe a la 1 AM cierra todo y la policía "pasea" por la ciudad, invitando a todos a volver a casa. Seguimos en pandemia.

En menos de lo que esperábamos ya estábamos entrando a Rosario. Nuestro alojamiento sería un hostel y el venue quedaba lejos esta vez: unas 20 cuadras en auto y algo menos a pie. Dejamos a los músicos y sin pausa encaramos para el Centro Cultural Güemes. Esta vez dejamos a los técnicos armando, todo mientras fuimos a buscar el almuerzo. ¿Destino? Un carrito al paso en la Costanera rosarina. Con Flor (tour manager), devoramos sendos sandwiches de bondiola con vista al río y volvimos al CCG con la comida para los técnicos, justo en el momento en que terminaban de armar. El timming es todo en estas giras.

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Si hacen zoom verán los bichos ruteros pegados en la trompa de la Hiace. No, el sándwich de bondiola no se ve. Pero estaba genial.

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Con los músicos a bordo, volvimos al venue, no sin antes doblar mal en una calle y hacer como 20 cuadras de más. Me gané un aplauso y varias gastadas, como corresponde. Prueba de sonido, show y a brindar fuerte porque terminábamos la gira sin inconvenientes y con muchas ovaciones del público. ¿El chofer? Brinda con gaseosa, como corresponde a todo profesional D2.

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Brindis de fin de gira en el camarín de Rosario con 1915 y equipo completo.

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La noche no terminó. Volvimos al hostel y se armó gran ronda de charla en el patio interno. Cuando estaba dejando la Hiace en el estacionamiento, encontré dos six-pack de cerveza en la parte trasera. Los agarré y aparecí con ellos, para llevarme un nuevo aplauso. Me quedé un rato en la charla. La ronda se hacía más grande, con la llegada de la banda que tocó en el primer turno. Era hora de que el chofer se fuera a dormir. Mañana nos quedaba el último tramo de ruta: regreso a casa.

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1915 - Córdoba-Santa Fe-Rosario - Día 4

Creo que todavía me odian los 1915 y staff. Los hice madrugar un domingo para poder estar cada uno en su casa, para el almuerzo familiar. Muchos me miraron con cara de: "No suelo almorzar un domingo en familia". Claro, son jóvenes y yo soy un señor, con mujer y dos hijos. A pesar de ello, todos estaban puntualmente listos a las 7am. Acomodamos, subimos y encaramos derecho a una estación de servicio, donde cada uno juntó su desayuno. Partimos a la ruta.

Los protocolos a bordo se cumplieron y todos los materos teníamos nuestro propio kit de mate de uso propio y particular. Muy aburrido para los que nos gusta compartir, pero la nueva normalidad es así. "Orly, ponés tu playlist?", me gritaron desde el fondo. Y allá fuimos, con Gorillaz en los parlantes y devorando kilómetros, rumbo a Buenos Aires.

Llegamos para cumplir la promesa de almuerzo familiar. Todo son risas, saludos y ganas de abrazarnos, pero el Covid no nos deja, a pesar de haber compartido cuatro días juntos (hisopados mediante). A los 1915 los esperaba un nuevo show esa noche, en el Hipódromo de Palermo. Ahí habría reencuentro y anécdotas para recordar. Fue un gran "viaje de egresados", pero con mucho rock en cada parada.

¿La Toyota Hiace Wagon? Lo mejor que podemos decir de ella es que todos la recordarán por la comodidad de sus butacas.

Si los únicos recuerdos son buenos, no hace falta agregar nada más.

O.C.

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Foto final en Martínez. Si ven caras de cansados es porque fue una gira de 4 días.

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Opinión del pasajero - Alejo Freixas (Bajista de 1915)

"Me encantó por varias cosas: asientos regulables eléctricamente (NDR: viajó siempre en la primera fila trasera), las puertas automáticas, el tamaño de las mismas que nos permitía acceder incluso con los instrumentos. Yo mido 1.90 y mi normalidad es golpearme la cabeza o tener que viajar con las rodillas apretadas. En este caso viajé siempre muy cómodo y sin incomodar al resto. Me gustó mucho el tema de tener alarmas de cinturones no colocados en los 10 asientos. Es una camioneta ideal para este tipo de giras, donde pasamos más tiempo en la van que en los lugares donde tocamos."

Alejo y Claudio como cebador de mate. Aclaración: el servicio de mate sólo está disponible cuando el vehículo está detenido.

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Crítica: Toyota Hiace Wagon
La crítica convencional de la Toyota Hiace Wagon se publicó la semana pasada en Autoblog (leer acá).

Crítica: Toyota Hiace
También probamos la Hiace Furgón (leer crítica).

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VIDEO: "Los Años Futuros" - 1915

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VIDEO: "Fuego" - Bandana

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Rock Test en una Kia Carnival: fuimos choferes de The Magic Numbers
Todos los #RockTest de Autoblog.

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