Texto de Carlos Cristófalo
La Amarok se fue. Después de tres meses en el garage de Autoblog -y con una cuarentena que obligó a publicar una crítica en dos partes (leer primera y segunda)- la V6 258cv volvió a los cuarteles generales de VW Argentina.
Al ingresar a la recepción de Pacheco, una alarma sonó estridente en todo el edificio. Me quedé parado en una baldosa, esperando a ver qué ocurría. Me llamó un guardia de seguridad.
-Por acá, señor: acérquese, por favor.
-Sí, claro. ¿Todo bien? ¿Qué fue esa alarma?
-¿Ve ese aparato que está ahí? Mide la temperatura de las personas que ingresan al edificio. La alarma se activa cuando detecta a alguien con fiebre. ¿Se siente bien?
-Sí, perfectamente. De hecho, cuando pasé por el portón de entrada a la planta me tomaron la temperatura y dio 36.3 grados
-No se preocupe, a veces hay lecturas erróneas. Acá tengo otro medidor. ¿No le digo? Este medidor también marca 36.3. Bienvenido, ¿en qué puedo ayudarlo?
-Sólo vine a devolver un auto y a llevarme otro. Ya me voy...
La mayoría de las fábricas de autos volvieron a la producción hace dos semanas, pero la pandemia por el Coronavirus no se fue. Por eso, en todas las automotrices están trabajando con un equipo de personal mínimo -en Volkswagen ayer se veían muchas oficinas y pasillos vacíos- y con medidas de prevención estrictas.
Un caso de Covid-19 podría obligar a poner a todo un grupo de trabajadores en cuarentena. En Toyota Argentina ya pasó (ver nota).
En la recepción me encontré con un Carlos F. Figueras -histórico director de la revista Auto Test-, que también había ido a buscar un auto.
Soledad Cena, una cordobesa que desde hace más de una década maneja las Comunicaciones de Audi Argentina, nos explicó: “Ustedes, los dos Carlos, son nuestros primeros invitados a probar los autos en esta nueva etapa. Hoy estamos retomando los préstamos de autos de prensa. Las unidades que se van a llevar hoy fueron tratadas con un proceso de sanitización. Y, por protocolo, cada vez que un periodista devuelva una unidad, el auto quedará parado tres días y recibirá otra vez el mismo tratamiento”.
Nunca me habían dicho -con tanta elegancia y ciencia- que debemos cuidarnos entre todos.
No me ofendí, agradecí el cuidado: yo me trataría a mí mismo con la misma precaución (y una rociadita de Napalm también).
Esas oficinas de Pacheco eran las mismas donde hace tres meses había retirado la Amarok V6 258cv (leer historia), pero está claro que el mundo en el que vivimos ya no es el mismo.
Pasamos a saludar a Conrado Wittstatt, gerente general de Audi Argentina, y cada uno se subió a su auto. El Audi que se llevó el Colorado Figueras es más caro y grandote que el A1 que me tocó a mí, pero ya habrá tiempo para probar más. Lo importante: estaba feliz de “volver al ruedo”.
Eso sí, cuando llegué a casa y guardé el A1 en el garage, me volví a tomar la temperatura: 36.3 otra vez.
La misma cantidad de grados que el Gin Tonic con el que brindé por el regreso al trabajo.
La crítica completa del Audi A1 Sportback 35 TFSi S-Tronic se publicará la semana que viene.
C.C.
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