Texto y fotos de Orly Cristófalo
@OrlyCristofalo

Dicen que no hay nada más mentiroso que un "Tour Despedida" de un artista dedicado a la música. Es más, existe un famoso chiste que dice: "Más larga que la gira de despedida de Los Chalchaleros".

Esta vez no estamos despidiendo a una banda, sino a la Mercedes-Benz Vito fabricada en la Argentina. El modelo se produjo en la planta bonaerense de Virrey del Pino entre 2015 y 2019 (leer obituario). En cierta forma, esta es una despedida mentirosa, ya que la Vito nacional será reemplazada en nuestro mercado por el modelo de fabricación española. De todos modos, me tocó decirle "adiós". Y nada mejor que un buen concierto de rock para decirle "gracias, totales".

Debido a mi otro trabajo, surgió la posibilidad de ir a cubrir el festival Rock en Baradero 2020 y, además, ser el transporte oficial de Eruca Sativa, la banda nacida en Córdoba, integrada por Lula Bertoldi, Brenda Martín y Gabriel Pedernera.

A continuación, un diario de viaje de despedida de una de las últimas Mercedes-Benz Vito 119 Tourer nacionales, ya que la crítica "convencional" la hizo el editor del blogcito hace unos años (ver nota) .

 

Minuto cero. A punto de salir de Mercedes-Benz Argentina rumbo al Rock Test.

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DÍA 1

Mi vida en los últimos años podría definirse así: mi trabajo normal es el que llena mi heladera y mis colaboraciones con Autoblog son las que llenan mi garage (aunque sea temporalmente). Pero, tengo un "problemita" por el cual siempre me gusta mezclar trabajos y situaciones. Por eso, Autoblog y mi agencia de marketing se convierten en una sola cosa varias veces.

Desde hace unos años, Rock en Baradero se ha ido convirtiendo en un festival cada vez más importante en la escena local. Sin lugar a dudas es, junto a Cosquín Rock, uno de los shows del verano y es casi la antesala rockera al Lollapalooza. Este año se sumaba la presencia de los españoles de Ska-P, algo entrados en años, pero con las mismas ganas de agitar de siempre (usen Google, no hagan enojar a un señor mayor).

"En el fondo hay lugar" y el acceso se facilita con el plegado de la butaca de la segunda fila.

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Lo concreto es que era una gran oportunidad para probar una van, combi, multi-asientos o como quieran denominarlo y C.C. ya me había hablado de la despedida de la Vito nacional. Un llamado a Mercedes-Benz Argentina -que siempre nos dice que "sí" a las ideas más disparatadas- y allá fuimos.

Domingo, 10 de la mañana, Palermo Hollywood. Los músicos y técnicos de Sol Pereyra y Silvina Moreno se suben a otra combi de 16 pasajeros con sus equipos. La Vito y yo estamos por las dudas que algo no entre o alguien se quede sin asiento. No hace falta, entran todos y parten. En la Vito se suben Mariana (responsable de prensa), y Flor (una todo terreno para asistir a los artistas). Obviamente, hay kit matero y bizcochos de grasa caseros, que amasé la tarde anterior (sigan jorobando con MorfiBlog, que en cualquier momento arranca en serio). El chófer, o sea yo, no toma mate. No porque no me guste, sino porque tratamos de respetar las normas y no se puede tomar mate mientras se conduce.

Suena Kapanga desde Bluetooth. También soporta pendrives y memorias SD.

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Metemos una escala en Martínez para juntar al CEO de S'Music y encaramos para Panamericana-Ruta 9. Esta Vito 119 Tourer es el vehículo con más kilómetros que he probado para Autoblog. La normalidad es contar con autos de no más de 10 mil kilómetros. Incluso he probado vehículos que al momento de retirarlos tenían menos de mil. La Vito que nos llevará a Baradero tiene más de 50 mil y casi no se le notan. No hay ruidos raros abordo, aunque el motor es bastante rumoroso. Con las ventanillas cerradas, apenas se lo escucha. Los ocho asientos están impecables y sólo el del conductor denota algo de desgaste, si nos ponemos a examinarlo muy a fondo. El empedrado de cierta parte de Acassuso ayuda a comprobar que no se le notan los kilómetros ni las diferentes manos por las que debe haber pasado. Dato de color: cuando me la entregaron en Mercedes-Benz, me pidieron que pasara un poco más tarde porque "la tenemos que lavar y aspirar, hace un mes que está en la Costa". Ni rastros de arena. Premio para el mantenimiento de flota de prensa.

Simplicidad y caja de 6ta. El botón "Rear" es el que activa la llegada del aire acondicionado a las plazas traseras.

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Salir a la autopista, poner sexta y buscar el control de velocidad crucero... que no tiene. Bueno, algo teníamos que pedirle al Sr Mercedes-Benz y acá empezamos la lista. El andar es suave, cómodo, prolijo, sin sobresaltos, incluso en las lomadas de los puentes de la Ruta 9. Pasan los años, pasan los gobiernos, los saltos de entrada y salida de varios puentes de la Panamericana quedan ahí.

El tráfico nos trata bastante mal en más de la mitad del recorrido. Quizás salir cerca de mediodía de un domingo de sol no haya sido el mejor plan para la Autopista del Sol y su traza que sigue rumbo a Rosario. Llegando al peaje de Zárate y con una playlist de Charly García sonando vía Bluetooth, nos llegan noticias. Tenemos que hacer un desvío en Alsina, para dejar a uno de nuestros pasajeros allí. Lo invitaron a un asado en una casa de campo para hacer la previa del Rock en Baradero. ¿El resto del team? Sigue viaje, "porque algunos sí tenemos que trabajar".

Un mundo de 8 asientos y un detalle para los que hacen zoom.

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Alsina es un pueblo muy pequeño de la provincia de Buenos Aires, dentro del municipio de Baradero. Hacemos contacto con otro auto en una ruta paralela a la 9, pero varios kilómetros más cerca del río. Seguimos nuestro camino por una traza de asfalto muy venido a menos llamado "Camino Alsina-Baradero". Los neumáticos de 225/55 R17 absorben y copian, pero cada tanto algún desnivel me hace pegar un "ay", tan típico de nuestras calles y rutas. Sueño con asfaltos lisos y bien marcados en todo el país. ¿Lo veré algún día?

Al llegar al borde del vallado, donde la calle se hace peatonal, bajamos la ventanilla y chapeamos con un "venimos con las bandas". ¿Resultado? Nos mandan a dar toda una vuelta para encarar por la entrada de atrás del escenario principal. Descargo a mis pasajeros en la valla (sólo pueden entrar combis con artistas y hoy no llevo a ninguno), y voy a estacionar ahí cerca, una de las ventajas de llegar cuando todavía no arrancó la primera banda. El lugar no es muy amplio y la Vito no viene con sensores delanteros ni traseros, tampoco tiene cámara de reversa. Se complica lo que podría ser fácil con tecnologías al alcance en el año 2020.

¿Llegaste temprano el primer día? Marge, no voy a mentirte.

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Casi cuatro horas después, Silvina Moreno y Sol Pereyra ya dieron sus shows e hicieron ronda de notas con los distintos medios. Volvemos a subirlos a todos en su transfer y los mismos cuatro que vinimos nos volvemos en la Vito para Buenos Aires. El viaje de regreso es mucho más rápido que el de ida, gracias al poco tráfico. A dormir, que mañana volvemos a Baradero con nuevos pasajeros.

Sol Pereyra y Silvina Moreno en el Rock en Baradero.

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DÍA 2

Pasado el mediodía emprendo la primera parte del recorrido: Martínez-Palermo para ir a buscar a Brenda Martin, bajista de Eruca Sativa. La temperatura en la calle roza los 30 grados, adentro de la Vito la espero con el aire acondicionado prendido y con el botón "A/C Rear" en modo ON. Con esto se direcciona al aire a las salidas ubicadas sobre los marcos de las ventanillas traseras. Allí, cada pasajero puede moverlas o cerrarlas directamente.

La puerta lateral corrediza abre más fácil de afuera que de adentro. O por lo menos a los pasajeros se les complica más poder salir que entrar. Nada grave, pero a veces recuerdo qué buen opcional son las puertas corredizas eléctricas.

Nos vamos hacia la República de Béccar. Allí se encuentra la Torre de Autoblog, pero a unas cuadras de ahí también viven Lula Bertoldi (voz y guitarra) y Gabriel Pedernera (batería). Allí también se sumará el CEO de S'Music. El viaje transcurre entre autopista y charla sobre la pequeña hija de Brenda y sus pucheros, porque mamá se iba a tocar. Cargamos al resto de los pasajeros, un par de mochilas y a la ruta.

Algo más de 5.10 metros de largo para alojar cómodamente a 8 pasajeros.

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Gaby Pedernera mide más de 1.90 y entró directo a sentarse en la última fila y contra un rincón. Lo alerté de que quizás iba a viajar más cómodo en la fila del medio y su respuesta fue contundente: "Estoy más cómodo que en un avión, me sobra lugar". Sumado el staff del Día 1, somos siete abordo de la Vito y se nota el cambio de sensaciones al volante. Va más aplomada, pero no se pone pesada. A la caja de 6 velocidades, cada minuto que pasa, la quiero más, aunque en el tráfico extrañe una versión automática. Las seis relaciones están bien escalonadas y puedo viajar en sexta y a 2.000 rpm sin ningún drama. El motor de cuatro cilindros en línea, dos litros turbo y 211 cv responden muy bien y no consume mucho. Es un poco ruidoso regulando, pero en marcha y con todas las ventanillas cerradas casi no se escucha.

Tiene turbo e inyección directa, pero nunca sentí "la patada" ni te va a pegar la espalda contra el asiento. Es un vehículo de pasajeros y se comporta como tal: suave, dócil, confortable. La posición de manejo ideal nunca la terminé de encontrar. O el respaldo me quedaba demasiado recostado o muy derecho, o estaba lejos o cerca. No estuve incómodo ni me bajé con dolores, pero no me pude sentar como me hubiese gustado.

Silencio, gente mirando el próximo video de Eruca antes de salir a la ruta.

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La ruta hoy es un placer. Pocos autos, tránsito fluido. Tan tranquilo todo que, en la parte trasera, aprovechan para ver partes de la filmación del nuevo video de Eruca. Protesto porque me discriminan. Nadie hace lugar a mis quejas. Necesito hablar con el sindicato, pero no sé si ir con el de Camioneros o con el de Periodistas.

Llegamos a Baradero antes de lo calculado y tenemos tiempo de ver a los artistas de S'Music que tocan antes de Eruca: Andando Descalzo y Todo Aparenta Normal agitan dos escenarios distintos durante la tarde. Ahí estamos, para verlos y hacer algunas fotos.

Mientras tanto, los Eruca Sativa pasean por el backstage y se suman a nosotros para ver a las otras bandas. Salen selfies con fans que los reconocen entre el público. Volvemos al backstage y es hora de notas. Hay varios medios cubriendo el Rock en Baradero 2020 y la banda se divide para atender a todos. Se mezclan según el momento: van Brenda y Lula juntas a una nota y Gaby a otra, y momentos más tarde Lula va sola mientras Gaby y Brenda atienden a otro medio. Y así hasta que les avisan que hay algo para picar en el camarín. En una hora salen al escenario y es un buen momento para poner algo en el estómago (más allá de los mates del viaje en la Vito).

Dos días a puro rock y con full access.

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Los dejo solos en el camarín y me voy al predio a encontrarme con un viejo conocido: mi primer ahijado (tengo tres), vino a Baradero y está entre el público. "El nene" tiene 32 años, ya que sus padres me nombraron padrino cuando yo recién tenía 17. Charla en medio del show de Massacre, donde Wallas se pasea con su panza asomando entre la camisa leñadora que lleva. Me vuelvo al backstage. Los Eruca deben estar por salir.

Ášltimos ajustes y al escenario. El staff de la banda está en el predio desde las nueve de la mañana. Son las 21 y todo está en su lugar, chequeado, probado, testeado. El profesionalismo también hace la diferencia.

El show es corto, apenas 30 minutos. Fue una decisión de la organización del festival: todos los shows duraron ese tiempo. Eso hizo que las bandas pusieran toda "la carne al asador" en ese rato y el rock se hizo escuchar. No había tiempo para crear climas, para canciones más tranquilas, tal como me dijo Nico Alfieri, cantante de Todo Aparenta Normal.

Nuestros pasajeros sobre el escenario.

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Me subo al escenario para la foto final. Normalmente hago dos: una con la banda (mirando al público) y otra en modo selfie, con la gente detrás. Esta vez sólo tenemos la primera. No hay tiempo para más, empieza otra banda en el escenario de enfrente. Volvemos al backstage, nos cruzamos con los integrantes de Kapanga, que sonarán en un rato.

"¡Gracias, Baradero!"

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Casi media hora más tarde llega el aviso por Whatsapp: a buscar la Vito, que nos volvemos. Esta vez la dejé un poco más lejos que el Día 1, lo cual implica dar una vuelta manzana que se termina estirando a dos, porque un micro quedó "atorado" en una esquina y cortó el paso.

Maniobrar en calles angostas no es mayor problema para la Vito, la dirección ayuda mucho, los espejos también. Sólo extraño tener sensores de estacionamiento o una cámara (perdón por lo repetitivo). El recorrido incluye pasar por varias casas donde los dueños salieron a la calle a ofrecer comida al paso. Casi me bajo a buscar un choripán para el camino, pero soy un profesional y sigo con rumbo al estacionamiento del backstage.

Entro, acomodo los 5.140 mm de largo de la Vito y aguardo que vayan llegando los pasajeros. Gaby es el primero y vuelve a su lugar, en el fondo. Evidentemente viajó cómodo. Esta vez se suma el operador del sonido de Eruca. Ahora sí, vamos completos, los ocho asientos de la Vito Tourer están ocupados.

La noche es bien oscura, pero las luces de la Vito iluminan bien nuestro camino por la Ruta 9, rumbo a Buenos Aires. A la mañana, antes de salir, llené el tanque para estar más tranquilo, pero los seis litros cada 100 kilómetros a 100 km/h son tranquilizadores por sí solos. La adrenalina post show se traduce en un mar de luces de pantallas de celulares que veo por el retrovisor. Los tres integrantes de Eruca revisan y comparten lo que los fans subieron durante el show. Responden mensajes, re-instagramean (?) videos y así. También suben algunas fotos que ya les pasó su propio staff de material audiovisual y etiquetan a las marcas que los acompañan. Ropa, instrumentos, todo lleva su arroba para agradecer, como marca la Ley del PNT digital.

Varias tomas de 12v en la cabina y un resto de "la gira".

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La musicalización corre por mi cuenta, con una playlist (escuchar en Spotify) que armé hace poco y que hace hablar y opinar a todos a medida que pasa. Surgen anécdotas sobre algunas canciones y chistes sobre métricas y arreglos. O sea, "Chistes de Músicos". Entre charlas, risas, coros y mates el regreso se hace muy corto y el camino a desandar es el mismo de la ida: Béccar-Palermo-Martínez. Sí, Martínez en último lugar, porque ahí vive el chofer.

Vuelvo a casa con la Vito vacía, con un poco más de eco adentro, pero con una buena gira en su haber. Una buena gira de despedida para un modelo que ya no se fabrica más, pero la sigue rockeando.

O.C.
Agradecimientos: Eruca Sativa, S'Music, Garage Creativo.

 

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