Texto y fotos de Jerónimo Chemes

Me tocó manejar por primera vez un vehículo chino. Tengo grabado a fuego la frase de mi amigo Leov -con quien compartí un asado en su casa en Bahía Blanca y les puedo confirmar que prendió el fuego con carbón y no con un dispositivo solar/eléctrico/eólico- que quedó en el bronce de Autoblog: “Tu próximo auto será chino y/o eléctrico”. ¿Lo será?

Justo después de mi nota de opinión sobre las SUVs y el downsizing (leer acá), me tocó en suerte una Haval H2 1.5 Turbo. Es una SUV, con motor chico, turbo… y china.

Antes de juzgar “uh, es un chino”, lean la nota. Luego saquen sus conclusiones. Aprendí que no todo lo chino es lo mismo. Algunos autos chinos que usé o viajé de forma particular eran realmente malos. Pero esta Haval no entra dentro de esa categoría. Vayamos por partes.

LA MARCA

Haval es una submarca de Great Wall. Sólo hacen SUVs, nada más. Ninguna otra cosa. Y se nota, mucho. Ahora, ¿saben cuántas vendieron el año pasado en todo el mundo? Más de 750 mil. Sí, leyeron bien: Haval vendió SUVs en cantidad equivalente casi a todo los vehículos del mercado argentino, de todas las marcas. Impresionante. Es muy conocida en China y opera en muchos países. Con esto quiero decir que es “nueva” para la Argentina, pero no para el resto del mundo. Ahora, el trabajo del importador será muy arduo porque debe hacer tres cosas a mi criterio: Voltear el prejuicio de “ser China”. Hacer conocida a la marca por medio de sus productos. Diferenciarse de las demás marcas chinas de autos, que cada vez son más.

¿Cómo? Fácil, mostrando y dejando probar al público el producto. Acercarlo físicamente al cliente.

¿Por qué digo esto? Porque absolutamente todas las personas a las que les conté que estaba manejando un Haval, me dijeron lo mismo.
-¿¡Un qué?! (palmas y hombros para arriba)
-Un Haval.
-¿Qué es eso? (ceño fruncido).
-Una SUV China.
-Ah, una chinita.
-Si, es China. Vení a dar una vuelta.

Al verla de afuera, nadie dijo: “Es fea”. Al subirse, todos se sorprendieron por el espacio, la comodidad y -sobre todo- la terminación. Al andarla, el “ride” los asombró. Al terminar el paseo y contestar preguntas, todos -sin excepción- quedaron sorprendidos para bien. Incluso gente que trabaja en la industria. Si hubiese sido de una marca “clásica”, la compraban.

Luego de usarla, podés decidir comprarla o no, pero definitivamente quedará en tu radar si buscás una SUV de ese segmento. Veamos porqué.

POR FUERA

Muchas marcas chinas “se inspiran” en sus competidores occidentales. En algunos casos, los copian descaradamente. Otras, ya se animan a usar diseños propios, con resultados poco felices.

El caso de la H2, el resultado es bueno. Está “prolija”. Transmite solidez por los cuatro costados y tiene personalidad propia. No promete nada que no entregue. No es deportiva ni pretende serlo. Es un vehículo de pasajeros, bien plantado. De frente, la grilla domina y da personalidad, tiene antinieblas y luces diurnas de led, que le quedan bien. El costado es limpio, sin estridencias con llantas de 18 pulgadas y neumáticos 235/55. Sólo el centro de la llanta no me gustó, que es negro y pareciera que le falta algo. Atrás es prolija (las letras de identificación de marca y modelo podrían ser más delicadas), pero la escobilla de la luneta no barría bien en esta unidad. El sistema de apertura del baúl es correcto. El techo tiene barras para poner un portaequipajes. No tiene, por suerte, exceso de cromados (me resultan muy feos).

Pesa 1.600 kilos. No tiene la onda de la Jeep Renegade ni pretende ser cool como las Nissan Kicks y Honda HR-V. Sólo pretende ser prolija y sólida, nada más. Y, a mi criterio, lo logra.

Decidan ustedes, pero seguro fea no es. Resultado: Bueno

POR DENTRO

Acá empieza lo bueno. La cantidad de equipamiento de confort es muy completo, lean la ficha técnica para el detalle (descargar abajo). Adelante, el espacio disponible es muy bueno. Los asientos son cómodos y mullidos, orientados al confort. El del conductor tiene todo eléctrico, hasta ajuste lumbar. Sentarse al volante es agradable, hay mucho vidrio y se ve para todos lados, no da la sensación de encierro de algunos diseños más deportivos, que cada vez tienen menos vidrio.

El puesto de mando es correcto, el volante es multifunción, la consola central es prolija, no derrocha diseño, pero cumple. Solo algunas teclas son medio antiguas, como los mandos de los espejos. Es sorprendente cómo mejoraron los interiores de los autos chinos. Tal vez no tengan “onda”, pero son muy prolijos y hay de todo. La consola central está dominada por la pantalla, que es lo único malo del habitáculo. Es lenta, no tiene navegador, las funciones son limitadas y la definición es medio antigua. Todo es tan prolijo que merecería una pantalla más moderna.

El techo corredizo es excelente, tiene tres posiciones y el comando es simple de accionar. El tablero tiene cuatro agujas y pantalla central con los gadgets normales, pero uno excelente: tiene monitor de presión de neumáticos con medidor de temperatura de los mismos. Puede parecer tonto, pero en ruta llegaron a 75 grados mientras que en ciudad no pasan los 33. Otra cosa que tiene esa pantalla es que te avisa que debés cargar nafta indicando la distancia a vacío. Hasta ahí, algo ya conocido. Pero, cuando te quedan 50 kilómetros de autonomía, el indicador desaparece y no muestra nada. Cuando estás “corto” es cuando más necesitas saber la distancia que te queda. Camino, a la Costa, en recambio de enero-febrero, ruta hasta las manos, fui por la 41 y estuve pasando autos que iban a 70 todo el día, usando todo el motor y en el peaje de La Huella me avisó que debía cargar. Al ratito, desapareció el medidor y llegué a Madariaga con el olor. De los 55 litros del tanque entraron 54. Estaba con toda la familia y estuve a metros de quedarme tirado. Menos mal que fui levantando.

Si adelante es muy bueno, atrás es extraordinario. El espacio disponible es enorme, todos los que viajaron, de todos los talles, quedaron sorprendidos por la comodidad y la luminosidad. El ángulo de apertura de las puertas es excelente, la altura al techo también. Parece que es más cómoda atrás que adelante. Es un ejemplo en su clase y “le moja la oreja” a los de arriba.

El equipamiento de confort es excelente (ver ficha abajo), pero quiero destacar un ítem que parece tonto, pero para los novatos les va a salvar las llantas: tiene cámara de marcha atrás pero además tiene cámara en el espejo del acompañante, que se puede cambiar desde el volante para ver cuán cerca estás del cordón y no rayar la llanta. En la pantalla central proyecta el lateral delantero del acompañante enfocando la rueda. Muy buena idea y muy útil.

Ahora, dejé al final la terminación e insonorización. Uno de “un chino” espera poco. Bueno, pongan la pera porque viene gancho a la mandíbula: la terminación e insonorización son muy buenas. Es muy superior a los competidores del Mercosur e igual a los mejores mexicanos. Viajar en este aparato de noche a 130 km/h es un placer. Tablero y contrapuertas con superficies blandas, nada hace grillitos aún en los serruchos de Cariló. Todas las puertas tienen doble burlete. Y, para que queden asombrados, tiene un agradable detalle: luz mood de led en las contrapuertas, que iluminan hacia abajo los apoyabrazos. Las luces de lectura son también de led. Cool.

Leyeron bien: un chino que está mejor terminado que sus rivales y tiene detalles con “onda” (aunque pocos). El baúl es apenas correcto y con cinco pasajeros de vacaciones hay que cargarlo hasta el techo.

Lo feo: la pantalla. De los cuatro levantavidrios solo el del conductor tiene one touch y para bajar solamente, la radio cuando la prendés siempre arranca al 75% del volumen y te asusta (aunque la hayas apagado bajito, además tarda en bajar y aturde unos segundos). Faltan lugares donde “tirar bartulos”. Resultado: Excelente, muy superior sin dudas a los Mercosur.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Nos encontramos con un moderno 1.5 Turbo acoplado a una caja automática de seis marchas, con convertidor de par. Todo moderno, acorde a los tiempos que corren. Desarrolla una máxima de 171 km/h, dónde los últimos 10 km/h le cuesta llegar -y si hay viento en contra- no puede mantener. El motor va muy bien de abajo, un placer cómo sale y responde en ciudad. El consumo mixto es de 10 litros cada 100 kilómetros. A 100 km/h gasta 6.7 litros y a 130 km/h llega a 10. De eso valores se desprende que el motor, a medida que tiene que hacer fuerza, empieza a consumir y la ecuación se derrumba.

Dato: ruta pesadísima, plena carga, selector en secuencial, pasando autos que se arrastraban, usando todo el motor y aire acondicionado, ¿saben que? Supera los 17 litros cada 100: una draga de nafta. Este aparato, a plena carga, supera los 2.000 kilos, tiene área frontal grande y es alto. Gancho al hígado a los que dicen que el downsizing de motores ayuda a reducir el consumo de combustible.

El 1.5 turbo arrastrando ese peso en ruta, si le pedís fuerza, se desespera por nafta.

Lo sostengo cada vez mas: el downsizing solo es ”eficiente” usándolo tranquilo, crucereando a 100, escuchando música. Ahora, si empezás a pasar camiones en ruta pesada, o viajás viento en contra fuerte o en subidas eternas, como en la Cordillera o el Norte, no te alcanza Vaca Muerta para llenar el tanque.

La data fría del motor dice que tiene 141 cv (no se informó el régimen) y 210 Nm de torque entre 2200 y 4500 rpm. La verdad es que, desde 1000 a 2000 vueltas, mueve suave. A 2000 acopla la turbinita (y se siente), hasta las 3500/3800, donde ya empieza a mermar la fuerza. Después de las 4000 ya no hay tanto y a las 4700 se cae todo y solo es ruido y vueltas hasta el corte. Resumiendo, de 1000 a 3500 vueltas es ágil y “nerviosito”, pero después es un pequeño 1.5 moviendo 1600 kilos.

Tiene tres modos de conducción: Nieve (enero en Buenos Aires, no había mucha), Económico y Standard. No tiene -e insisto que no pretende serlo- modo Sport. La diferencia entre modo Económico y Standard es la respuesta del acelerador. Recomiendo en ciudad modo económico y en ruta Standard. Si no, hay que apretar mucho el pedal para tener “vida”. No hay diferencias de consumo notorias entre un modo y otro.

La caja AT tiene la quinta directa 1 a 1 y la sexta es larga, sobremarcha, que junto con la caída de torque del motor en alta hace que sólo sea para crucerear tranquilo sin reacciones apuradas. En ruta si necesitas chimichurri, todo es cuarta y quinta. Si hay viento patagónico de frente, le va a costar mantener la velocidad en sexta. El conjunto anda bien, pero el vehículo es alto y pesado.

Atenti con este dato: tiene suspensión trasera independiente, con brazos multilink. Poner multilink es muy caro, de ahí que casi todos usen eje de torsión. Adelante, el clásico McPherson. Los bujes se ven robustos y bien dimensionados, el conjunto parece pensado para durar en el tiempo. Sin estar pensada para hacer fuera de camino, está toda bien protegida y hasta el filtro de nafta tiene un chapón para bancarlo de los golpes (una solución cara de implementar)

Dato: la gestión de motor es con módulo Bosch (chino) y la batería Varta (china) ambas marcas de primera. Resultado: bueno (por estar montado en algo de este tamaño, si no sería muy bueno).

SEGURIDAD

Tiene de todo, incluso más que los rivales del Mercosur: frenos a disco en las cuatro ruedas, con ABS. Control de estabilidad de serie. Seis airbags. Cinco cinturones inerciales. Anclajes Isofix. Corte de combustible post accidente. ANCAP (el organismo de seguridad de Australia) la sometió a crash test y le dio cinco estrellas.

Las luces son muy buenas y regulan desde el interior. Con las bajas, alcanza. Tiene antinieblas delanteros y traseros. Resultado: Muy bueno.

COMPORTAMIENTO

Uno de los puntos destacados de la H2 es la suspensión. En ciudad, realmente filtra muy bien, es un placer cómo absorbe lo que queda del asfalto. En serruchos desparejos, como en Cariló, aún con presión de ruta, es confortable también.

No piensen entonces que ese seteo la convierte en inestable en ruta. Dobla bien y, ante alguna maniobra de esquive, siempre tiene las “cuatro patas” apoyadas, aunque como toda SUV, rola la carrocería. Realmente, andar en la H2 en cualquier terreno es un placer. Solo que, insisto, no es deportiva. Recuerden que tiene atrás suspensión independiente, eso lo cambia todo.

CONCLUSIÓN

El valor de lista con impuestos es de 19.250 dólares para la versión con caja manual y 25.400 para la H2 con caja automática. La Honda HRV más equipada vale 1.050.000 pesos y la Chery Tiggo5 oscila entre 900 mil y 1.07 millones.

No me parece cara, pero al ser una marca desconocida, si costara unos dos mil dólares menos en promedio, tendría muchísimo más “gancho” para la compra.

Hace casi 30 años viajé por primera vez a Australia, dónde vivía mi vieja, y en esa época manejé su espantoso, incómodo y duro -pero indestructible- Hyundai Accent Hatchback, modelo 88. Luego de darle rosca desde Sydney a Camberra, con algo de tierra áspera, me sorprendió y pensé, me acuerdo patente: “Estos pibes llegan a aprender y van a romperla”. Hoy Hyundai y Kia aprendieron y son marcas con productos extraordinarios en todo aspecto. A los coreanos les llevó unos 30 años.

A Haval le llevó muchísimo menos tener este buen producto. Y les aseguro que, en muy poco tiempo más, tendrán un producto de vanguardia que será mejor que la competencia. Falta muy poco, muy-muy poco.

La Haval H2 es una sorpresa. No tiene la onda de la Renegade. No es cool o deportiva como la HR-V. Pero es “prolija” en todo y tiene muchas cosas mejores que esos productos de marcas consagradas.

¿Qué tiene excelente? Espacio interior, insonorización. Seguridad. Suspensión trasera. ¿Qué tiene muy bueno? El “andar”, en general, las terminaciones y el equipamiento. ¿Qué tiene bueno? El motor (le cuesta, si estás apurado). ¿Qué tiene malo? La pantalla multimedia debería ser más moderna.

¿Qué tiene urgente que mejorar? El desconocimiento de la marca en la Argentina. Nadie queda impresionado cuando le decís “me compré un Haval”, pero ojo: sí quedan impresionados, y mucho, cuando suben y dan una vuelta.

¿Me la compraría? Definitivamente esté en mi radar, si el importador hace las cosas bien desarrollando red y sobre todo respaldo técnico y repuestos de postventa. Porque el gran desafío de CarOne es desarrollar la marca en la Argentina, darle identidad propia y estructura. Los fierros ya están. Y son de primera, hermano.

J.Ch.

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Crítica: Haval H2
La Haval H2 Automática cuesta 25.400 dólares, pero hay versiones desde 19.250 dólares.

Crítica: Haval H2
Es el modelo intermedio de las Haval que se venden en la Argentina.

Crítica: Haval H2
Diseño correcto. Ni feo ni ultra-cool.

Crítica: Haval H2
La calidad del interior está un escalón por encima de las SUVs fabricadas en el Mercosur.

Crítica: Haval H2
Butaca del conductor con ajuste eléctrico.

Crítica: Haval H2
Hay mucho espacio en las plazas traseras. Un claro punto a favor.

Crítica: Haval H2
Caja automática de sies velocidades, con convertidor de par.

Crítica: Haval H2
Merece una pantalla multimedia más moderna.

Crítica: Haval H2
Una SUV sin grandes lujos, pero con detalles bien cuidados.

Crítica: Haval H2
Tablero con muy buena información: presión (y tempratura) de neumáticos en tiempo real.

El baúl es generoso para viajar con cinco pasajeros.

Crítica: Haval H2
Flojo: rueda de auxilio de uso temporario.

Crítica: Haval H2
Motor 1.5 turbo, de buen rendimiento.

Si notaste el cambio de unidad en algunas fotos es porque "alguien" perdió parte de las imágenes y hubo que hacer la producción de fotos por segunda vez (inserte emoji de tipito agarrándose la cabeza).

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Archivo para descargar: Ficha técnica Haval H2

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