Texto de Orly Cristófalo
@OrlyCristofalo
Desde Cariló (Buenos Aires) - El atardecer en el centro de Cariló se estaba poniendo gris, con una lluvia que casi se olía. Llegamos al stand de Volkswagen sobre la calle Divisadero y allí nos recibe una Amarok V6 azul. No era una más: esta tiene el motor V6 potenciado a hasta 258 hp. Llegó importada de Alemania. La gente de VW nos contó que trajeron algunas unidades sólo para el verano y los test drives. Me ofrecieron manejarla al día siguiente, en los médanos de La Frontera. Se largó la lluvia. Trajo la esperanza.
La jornada siguiente amaneció soleada: cielo celeste, ideal para la playa. Desayuno y allá fuimos, directo a La Frontera, al parador Kota Beach, que es patrocinado por VW Amarok. Después de dejar nuestros autos en el estacionamiento, nos subimos a una Amarok 258 hp para cruzar el médano que nos separa del parador y la playa. Era temprano, los turistas recién empezaban a llegar. Ellos, a tomar sol; nosotros, a jugar en los médanos.
Me puse al volante de la V6 258. Mientras me acomodaba, El Flaco -mi instructor y guía- me hablaba del motor y de la posibilidad que tiene con el modo Overboost, que llega a entregar 272 hp durante unos segundos. Esto es bastante más de lo que ofrece la actual Amarok V6 nacional (224 hp y 244, con Overboost).
Hay algunos cambios estéticos en el interior y la radio "habla alemán", pero no voy a entrar en detalles porque no serán los definitivos para cuando esta versión llegue al mercado argentino. Se lanzará en el segundo semestre y será de producción nacional. VW anunció que, a partir de ese momento, todas las Amarok V6 cero kilómetro se ofrecerán en el mercado con este "remapeo" de potencia.
Arrancamos y nos metimos en unos senderos sobre terrenos privados, que VW consiguió específicamente para estos test drives. La idea es acelerar más tranquilos, aunque no falta alguna moto o cuatri que pasan a fondo. "Se mandan sin permiso", cuenta El Flaco. El paisaje se abre un poco y mi instructor me dice :"Ahora empieza lo divertido".
Comencé a darle más acelerador. El V6 responde. La Amarok copia y trepa. Escala, derrapa. Estamos en el Disney de los que nos gustan los autos. Creo que hay registros de mi cara de feliz cumpleaños, mientras la Amarok tira arena para los cuatro vientos.
La suspensión es muy confortable y se muestra segura en este terreno. La caja responde siempre y nos mantiene en régimen de buen torque. "Acelerá más, exigila", me ordena pide El Flaco y no me hago rogar. Los 580 Nm de torque (550 Nm, sin este remapeo) empujan y levantan arena para todos lados. Busco la pared de un médano para barrenar y allá voy.
Si alguna vez lo pueden hacer, en un lugar seguro y controlado como este, háganlo: ver que la arena llega hasta el techo es una sensación genial. Eso sí, traten de tener un instructor a mano para evitar lastimarse en una mala maniobra.
Tengo que ceder el volante. No quiero, pero me obligan. Me paso al asiento trasero, sólo para terminar de comprobar que las suspensiones no sólo ayudan a poner la potencia en el piso. También hacen más amables los sacudones del piso de arena.
Después de un rato de subir y bajar médanos, hay que volver. Otros periodistas esperan su turno para manejar lo nuevo de VW Amarok que llegará en este 2019. Se terminó el viaje a Disney.
O.C.
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