Por Jacinto Campos
Crítico rural de Autoblog

C.C. me acercó hasta la Cuenca del Salado el nuevo Citroën C4 Cactus. Me dijo que él ya lo había manejado en Brasil (leer crítica). Y que ahora quería conocer mi opinión. Nací y vivo en el campo. Salgo mucho a la ruta y cada tanto me hago una escapada a la ciudad, pero básicamente mi recorrido diario es por los caminos rurales vecinos.

Así que me subí al C4 Cactus y salí a manejar. Fue manejar unos metros y agarrar los primeros pozos, que volví a sentir la emoción de estar de nuevo en mi viejo Deux Chevaux. Como muchos de mi generación, el 2CV fue mi primer auto. También el segundo. Después, me fue un poco mejor y pude dar el gran salto: pasé por otros dos 3CV. Es decir, mis primeros años como propietario de vehículos fueron siempre sobre modelos de Citroën: dos grises, uno verde y uno rojo. Menciono los colores porque los autos no eran más que eso: un motor, cuatro ruedas y una carrocería pintada.

En esa época, era el auto de inicio para los que recién llegaban a comprar su primer vehículo. La otra alternativa era el Fiat 600, pero nunca me gustó. No era un auto que la pasara bien en el campo. Con el Citroën era otra cosa: liviano, con ruedas finitas, suspensiones suaves y buen despeje del suelo.

En el 2CV, las puertas se abrían hacia adelante. Si te quedabas patinando en el barro, te bajabas, ponías el cebador de mano, lo empujabas un poquito y saltabas adentro cuando el auto comenzaba a avanzar. Claro, en esa época yo era joven.

Este C4 Cactus me recordó mucho a los primeros Citroën, comenzando por los asientos flotantes: las butacas son muy mullidas. Citroën comprende mejor que ninguna marca que gran parte del “confort de marcha” de un vehículo no es responsabilidad exclusiva de la amortiguación. El asiento juega un rol fundamental. En mis 2CV, los asientos rebotaban mucho. Parecía insólito cuando manejabas en el pavimento, pero entendías el motivo cuando entrabas a la tierra: la estructura del auto copiaba el terreno y la butaca se encargaba de absorber todos los saltos. En el C4 Cactus pasa algo parecido. El andar sobre terrenos desparejos es excelente y el tren delantero se siente bien robusto.

Los 2CV y 3CV impusieron una moda en el campo. Sobre todo en las zonas muy lluviosas, donde era habitual manejar en el barro. Se recortaban los guardabarros traseros, para evitar que acumularan mucho barro. También se colocaban "cubiertas suburbanas”, que sin ser pantaneras tenían un buen dibujo. Eran imparables en el barro pegajoso de la Llanura Pampeana y la Mesopotamia.

Ahí el C4 Cactus ya no es tan parecido. Viene con neumáticos de asfalto y si le llego a cortar los guardabarros C.C. me mata. Pero ya en esta nota puse mi opinión sobre la necesidad de que las marcas comienzan a ofrecer diferentes tipos de neumáticos en opción. No quiero que me regalen nada, sólo quiero poder elegir el tipo de neumático más apropiado para cada uno.

El C4 Cactus no tiene esta opción, desde ya. Citroën lo presenta como un Sport Utility Vehicle (SUV) y tiene tracción delantera. No hay versiones 4x4. Entre los SUV de este segmento, el mejor entre los que tienen 4WD es el Renault Duster. Mi mujer tiene uno y es el auto que usa para entrar y salir del campo, incluso después de semanas enteras con lluvias. Eso sí, no tiene ESP y ya saben: Autoblog no recomienda la compra de autos sin ESP.

Este Citroën no tiene doble tracción, pero al menos tiene una ruedita simpática. Se llama GripControl. Es un sistema que permite programar la electrónica del control de estabilidad y los frenos en función del terreno. En el modo para barro, desconecta por completo el control de estabilidad. Pero sólo hasta 50 km/h. Al superar esa velocidad, vuelve a conectarlo otra vez. Debería ofrecer la posibilidad de desconexión total: cuando manejás en el barro, no podés andar fijándote si pasás o no de los 50. Lo único que pensás es en no terminar adentro de una zanja.

Con mis viejos 2CV y 3CV viajé mucho. Recuerdo cuando iba “chupado” detrás de un camión, a 70 u 80 km/h. De repente aparecía una recta, sin nadie que viniera de frente. Tomabas coraje, salías de la “chupada” decidido a pasar el camión y… ¡te frenaba el viento! A esa velocidad, el motor de esos Citroën no daba para empujar mucho más. Sobre todo con el 2CV, que tenía muy poca potencia. El 3CV tenía un poco más de polenta. Pasar de un modelo a otro era sentirte como Gardel.

Con el C4 Cactus eso no pasa. Tiene un motor 1.6 turbo con 165 caballos. Una maravilla. Se puede viajar a muy buena velocidad por el Camino Real, pasando de una huella a otra del camino. Es muy estable y confortable. La caja automática acompaña muy bien. Aunque C.C. me tiene acostumbrado a traerme autos con levas al volante y este no tiene. ¡Que no decaiga el nivel, Autoblog!

El recuerdo más lindo que tengo de mis viejos Citroën era cuando comenzaban los días lindos de la primavera, como ahora. Le abríamos la capota, le sacábamos el asiento de atrás y poníamos dos banquitos. ¿Para qué? ¡Para salir de cacería, por supuesto! Nos metíamos por los potreros llenos de pozos y barro. De repente prendíamos las luces y salían disparadas todas las perdices. El 2CV era el mejor coto de caza. Podía tirar de pie y con el auto en movimiento. No era difícil hacer puntería: otra vez ese andar mullido, perdonaba a todos los pozos.

Al C4 Cactus le hubiera venido bien un techo corredizo. No para salir de cacería, pero sí para disfrutar mejor los paisajes del campo. La verdad es que lo probamos y lo exigimos bien por los caminos rurales. Resultó un auto muy placentero por la suspensión y el motor, que realmente empuja mucho.

Bienvenido, Cactus. Superaste la prueba y, de paso, me generaste nostalgias agradabilísimas. Hasta la próxima.

J.C.

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ADEMÁS Las mediciones de Autoblog

Cuando probamos el C4 Cactus 1.6 THP Automático en Brasil (leer crítica), mencionamos que no fue posible realizar mediciones de performance. Después de pasar una semana con el mismo modelo en la Argentina, acá está los valores de performance medidos por Autoblog.

Alcanza una velocidad máxima de 209 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos, son la caja de cambios en modo S. El consumo en ciudad es de 11,1 litros cada 100 kilómetros. En ruta, a 120 km/h constantes, gasta 7,9 litros cada 100 kilómetros. Estos valores son con la caja en modo Eco. La media de consumo durante la semana de prueba y utilizando los diferentes modos de la caja fue de 9,7 l/100.

Un detalle que también apreciamos en la unidad probada. La rueda de auxilio tiene llanta de 15 pulgadas. Es un auxilio de uso temporario. Con esa rueda colocada, la marca no recomienda circular a más de 80 km/h. En la unidad que habíamos probado en Brasil, el auxilio era igual a las cuatro ruedas titulares.

C.C.

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Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
Ahí va Jacinto Campos por la Cuenca del Salado, con el C4 Cactus y sus nostalgias del 2CV.

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
De cero a 100 en 8,3 segundos. Eso sí que el 2CV ni lo soñaba.

La unidad probada fue la Shine que ya está en preventa por 798 mil pesos (ver todas las versiones y precios).

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
J.C. elogió las butacas, por mullidas y por ser parte fundamental del "confort de marcha".

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
Atrás no se subió. Pero hay espacio cómodo para dos adultos o tres niños.

La caja automática tiene modos de manejo S (para un manejo más deportivo) y Eco (para economizar combustible).

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
Pantalla multimedia con Apple Car Play, Android Auto, GPS y cámara de retroceso.

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
El GripControl tiene un "Modo Barro" que desconecta el ESP, pero lo vuelve a conectar si el vehículo supera los 50 km/h.

El baúl tiene 320 litros de capacidad.

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
En la configuración para el mercado argentino viene con rueda de auxilio con llanta de 15 pulgadas. Es de uso temporario.

Todos los elogios de J.C. para el motor 1.6 THP de 165 caballos.

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
Buen equipamiento de seguridad. El C4 Cactus es el auto con frenado autónomo de emergencia más accesible del mercado argentino (leer más).

Crítica de Jacinto Campos: Citroën C4 Cactus
Se posiciona por encima del C3 Aircross y por debajo del próximo Citroën que llegará a la Argentina: C5 Aircross (leer más).

No es 4x4, pero Jacinto Campos asegura que tiene el espíritu aventurero de los viejos 2CV y 3CV.

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