Cuando se lanzó a la venta en junio, escribí acá en Autoblog: “Si nos dan a elegir, la Outback 3.6R es todo lo que necesitamos en esta vida” (ver nota). ¿Por qué? Todo se remonta a abril de este año, en Japón.
En Semana Santa viajé al centro de esquí de Nagano, cercano a Tokio, para probar la nueva generación del Subaru XV (ver notas). Cuando ya habíamos pasado toda la mañana manejando ese modelo -en asfalto, ripio y nieve-; y cuando ya habíamos completado los cursos de introducción técnica y mecánica, hicimos un alto para almorzar.
Estaba fresco, pero había sol. Y era mi tercer día en Japón. Nunca había visitado ese país en toda mi vida. Así que, en vez de sentarme a almorzar con otros colegas latinos, me agarré un par de sánguches y salí a caminar por Nagano. Por la presentación internacional del XV, el lugar estaba tomado por completo por gente de Subaru. Pero no todos estaban concentrados en el mismo modelo de la marca.
En una playa de estacionamiento del centro de esquí encontré a un grupo de ingenieros probando la nueva Outback 3.6R.
Nueva para mí, pero ya bien conocida por ellos.
Eran los integrantes del equipo que, desde hace décadas, se encarga del desarrollo de uno de los modelos más clásicos y emblemáticos de Subaru: la famosa rural AWD, mitad vehículo familiar, mitad todo terreno.
Es una fórmula que Subaru inventó hace décadas y que ya copiaron varias marcas: desde Audi (Allroad) hasta Mercedes-Benz (All Terrain), pasando por Volvo (XC70), Volkswagen (Alltrack) y sin olvidar al simpático “homenaje brasileño 2WD” de Fiat (Palio Adventure, después copiado por la VW Suran Cross).
“¿De Argentina?”, me repreguntó uno de ellos cuando me presenté. “En el archivo tenemos registros de Leone en Argentina desde los años ‘80”, me contestó el más veterano de todos. Así le dicen a Japón a la Station Wagon 4WD, que fue bastante conocida en nuestro país.
Fue uno de los primeros vehículos de pasajeros –no utilitario- que se vendió en Argentina con doble tracción. Era el auto soñado por las familias del Sur argentino. Y también el elegido por los chacareros –“con algo de vento”- de la llanura pampeana, por su capacidad para encarar el barro y la ruta en equilibrio justo.
El ingeniero había visitado varias veces la Argentina. De hecho, había dado varias vueltas al mundo. Se conocía todos los mercados donde se vende la Outback.
Me habló, en especial, de las características peculiares de los caminos rurales argentinos: “El barro que tienen ustedes no lo he visto en otros rincones del planeta. Es pesado, pegajoso y la gente puede manejar decenas de kilómetros en esos caminos destrozados. No es fácil para la mecánica de ningún auto”.
Iba a preguntarle si en otros rincones del planeta había conocido funcionarios encargados del mantenimiento vial tan dejados como los nuestros, pero preferí seguir hablando de fierros.
Me mostró la nueva Outback, con dedicación. Me señaló hasta los más pequeños detalles donde habían hecho mejoras. Y me presentó su mayor orgullo: el motor seis cilindros Bóxer que alimenta a la versión 3.6R. Es atmosférico, tiene 260 caballos de potencia y 350 Nm de torque.
Le pregunté por qué seguían ofreciendo un motor atmosférico y de alta cilindrada, cuando la mayoría de los competidores optaron por el camino del “downsizing”: menos cilindrada, pero con un o dos turbos.
Su respuesta fue encantadora: “Porque todavía podemos".
Y agregó: "Trabajamos mucho para reducir los consumos y las emisiones, pero sin reducir la cilindrada y sin utilizar turbos. Incluso con 3.6 litros podríamos ofrecer más potencia, pero preferimos dejarlo así. El cliente de la Outback busca confiabilidad, ante todo. Es el auto con el que sabe que puede atravesar caminos difíciles, llevando a su familia. Para muchos de nosotros, una Outback 3.6R es todo lo que necesitamos en esta vida”.
Ahí está, lo confieso.
La frase que escribí en junio en Autoblog no es mía. Se la robé a un veterano ingeniero japonés en Nagano. A uno de los padres históricos de la Outback.
Venerable Ingeniero San, si me está leyendo, yo sé que me va a perdonar.
La crítica completa se publicará la semana que viene.
C.C.
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