Desde Torino (Italia) - Estamos de acuerdo en que no soy original si arranco diciendo que "ya escribimos muchas cosas sobre la Giulietta". Incluso su última nota arranca así.
Se habló del diseño, del andar, de la calidad de terminación, sobre sus motorizaciones y hasta le discutimos el género en todas estas críticas: Giulietta 1.4 TBi (leer crítica), 1.4 TCT (leer crítica), 1.4 Sprint (leer crítica) y Quadrifoglio Verde (leer crítica).
Incluso cuando se presente este nuevo restyling en Argentina, con la configuración final elegida para nuestras pampas, será motivo seguramente de una nueva prueba de manejo y allí C.C. tendrá que usar toda su creatividad para crear un nuevo arranque de nota.
Justamente, como aún no sabemos cómo serán las configuraciones elegidas para nuestra región, nos despojamos de los datos técnicos y aprovechamos para disfrutar la oportunidad que nos brindó FCA, por intermedio de Centro Milano, de manejar durante una semana la Giulietta 2017 en su tierra natal.
POR FUERA
Como anticipamos la semana pasada, se trata un restyling leve de partes blandas, una actualización de accesorios, incorporación de nuevas plantas impulsoras y cambios en las denominaciones: Giulietta, Giulietta Super, Giulietta Business y Giulietta Veloce.
Cada una de estas con diferentes motorizaciones y equipamientos, pero a su vez con dos packs de personalización: Veloce y Lusso. Además, se pueden agregar opcionales que logran que todos los modelos puedan lucir casi iguales.
El cambio más significativo está en el formato del Cuore de la trompa, que responde a un rediseño global de la marca, que se presentó con la nueva Giulia y que luego incorporó el Mito y esta Giulietta 2017. Abandonó el Cuore cerrado y cromado por una V -que en la mayoría de los modelos es de color cromo opaco o titanio- y el logo flotante.
La parrilla adopta un formato tipo panal de abejas, de tamaño generoso, que además lo repite no solo dentro del Cuore, sino también en cada una de las tomas de aire: este solo detalle logra una trompa mucho más integrada, unificando todos los elementos.
Todas las versiones de la Giulietta incorporan un aplique negro bajo el Cuore, que visualmente unifica las tomas de aire, tanto la central como las ciegas, que alojan las luces antiniebla y que logra que los característicos “bigotes” parezcan más grandes. En los modelos Super y Veloce, además, se suma un vivo color Rosso Alfa en la toma de aire inferior y en la periferia del deflector de aire trasero.
Los faro delanteros ahora vienen de color negro, con la posibilidad de un opcional de acabado texturado oscuro.
La cola no sufrió muchas modificaciones. El grupo óptico es el mismo, la insignia "Giulietta" cambió de lugar y de tipografía, y los deflectores de aire en las versiones Super y Veloce incorporan aletas verticales.
En conclusión: la mayoría de las modificaciones van en dirección a un look más rústico y espartano, símil a un vehículo de competición, logrando un carácter más deportivo. Ahora bien, muchos amantes de Alfa Romeo dirán que este nuevo lenguaje en la gráfica aplicada a la Giulia y a los facelift del Mito y Giulietta ha perdido cierta elegancia, pero convengamos que las marcas con historia se pueden dar el lujo de "ir y volver", por lo que en un futuro no muy lejano seguramente volverá a adoptar el Cuore cromado, sacando a relucir su estirpe de clásico y hará alarde de quien gana con la camiseta.
Básicamente podríamos decir que son ciclos y que Alfa Romeo, luego de una refundación en su Centro Stile -impulsada por Walter De Silva a fines de los '90, llegando a sus máximos exponentes del "Classic Design" con las 8C, 4C o Mito en autos de producción y la 2uettottanta Concept firmada por Pininfarina, que lamentablemente no se llevó a producción- ahora cambia su rumbo y apela a la deportividad extrema para ganar nuevos mercados.
Deportividad que creo debería estar acompañada por una presencia fuerte en alguna categoría del automovilismo actual, para consolidar dicha imagen.
COMPORTAMIENTO
Luego de la catarsis alfística, pasamos a la experiencia en Italia.
Ya tuve en muchas ocasiones autos para probar o hacer fotos, pero fue la primera vez que tuve que ir personalmente a gestionar el préstamo a una planta. Si a eso le sumamos las complicaciones de mi idioma italiano, flojo de papeles, y el inglés rústico de los italianos... comienzan a darse situaciones como estas.
Recepción de FCA en Torino, fui acompañado del amigo Dominico Lee, que actualmente estudia diseño automotor en el IED. Nos dan dos tarjetas magnéticas y nos mandan a la Officina Stampa (506), pero nunca entendimos como llegar.
Caminando por las instalaciones nos metimos en un dock y haciendo uso de nuestras tarjetas magnéticas nos metimos en una oficina enorme. Muy seguros, entramos preguntando por el contacto que debía entregarnos el auto, pero nadie lo conocía. De todas maneras, seguíamos adentrándonos en la oficina, pero notamos en las computadoras de la gente que había packages de vehículos, en una sala de conferencia proyectaban una supuesta línea de productos...
Claramente estábamos en Product Management, que es una zona de acceso restringido. Nos invitaron cálidamente a salir, pero nos mandaron por un atajo al edificio 506. Dicho atajo era una calle repleta mulas de Alfa Romeo, Fiat, Maserati y Chrysler, entre ellas la nueva Fiat Qubo sin camuflaje, que se presentó la semana siguiente y que hubiese sido primicia mundial si sacaba mi cámara. Lógicamente, no lo hice: hoy me estaría buscando la Camorra.
El resto de la semana fue aprovechar la Giulietta para hacer destinos de "turismo automovilístico", algunas cuestiones laborales y visitar algunos amigos del palo.
Con base en Torino recorrí Moncalieri, Cambiano, Milán, Arese, Génova, Módena y Maranello. Visitando Pinifarina, el Museo del Automóvil de Torino, el Museo Histórico de Alfa Romeo, una expo de vehículos militares, el Museo Ferrari y Village Mirafiori para probar la Giulia y la 4C (¿ampliaremos?).
Hasta nos dimos el gusto de perseguir a toda velocidad, con Dan Matano al volante, a las Alfa Romeo Stevio camufladas para sacarles fotos espía (ver nota).
Manejar en Italia no es muy distinto a la Argentina: todo el mundo está apurado y no respetan nada, pero a su vez está repleto de cámaras a la pesca de infractores (o de turistas, que no saben donde están las cámaras).
Gran parte del tiempo uno maneja en caminos de montaña, con curvas muy cerradas, donde el parante lanzado de la Giulietta es un punto ciego importante para quien no está acostumbrado. La caja automática, para estas ocasiones, es una comodidad, pero también uno puede jugar con las levas del volante para rebajes en bajada. El consumo en montaña es significativo, en modo Dynamic el auto reacciona rápido y trepa sin problemas, pero el tanque se baja muy rápidamente.
Entre ciudad y ciudad se circula por autopistas de dos a cuatro carriles (velocidad máxima, 130 km/h) con guardarails de ambos lados y salidas muy salteadas, por lo que es fundamental contar con un GPS bien actualizado.
Aclaro esto porque me encontré con varias salidas cerradas por obras y el GPS del auto me mandó a cualquier lado. No me gustó que no tenga sensores de luces bajas, aunque los leds diurnos iluminan bastante, al punto que en la vuelta de Modena a Torino me agarró la noche en la autopista y -como además hay iluminación en la autopista- hice gran parte del recorrido con las luces apagadas, sin darme cuenta.
Luego, dentro de las ciudades, el tránsito suele estar limitado en sus cascos históricos, por lo que mi idea de sacarle fotos a la Giulietta en monumentos característicos y callejones típicos fue inútil. El problema es que no suele estar bien señalizado por dónde uno puede circular y por dónde no. Existe un sistema de cámaras que te filman si entrás a las ZTL (Zonas de Tránsito Limitado) sin el permiso pertinente. Si bien el navegador del Alfa tiene cargadas las zonas restringidas, en ocasiones sonaban alertas erróneas y otras tantas ni me avisaba que estaba adentro.
Si bien en Argentina a muchos les gusta considerar a la Giulietta como un vehículo premium, la verdad es que en Italia es un Segmento C (compacto) generalista, que ha mejorado muchísimo sus estándares de calidad y que incluso este restyling trae elementos y configuraciones dignos de una marca que quiere aspira a entrar en el lote de los premium, pero que no llega a los estándares de un Volvo V40, por dar un ejemplo.
Más allá de las idas y venidas en su etapa de desarrollo, el diseño de la Giulietta perdura sin un envejecimiento prematuro. En una playa de estacionamiento sigue siendo un vehículo que se destaca del resto.
A mí, personalmente, el diseño de la Giulietta nunca me terminó de convencer. No encontraba continuidad entre el lenguaje estilístico de la trompa y el de la cola, siendo el punto más flojo la parte baja del paragolpe delantero.
Sin embargo, este restyling le cae mucho mejor: la unificación ficticia de las tomas de aire le saca peso visual y la aplicación del nuevo hatch en contexto de la herencia que pretende transmitir el buque insignia de la marca (la Giulia) la convierte en una trompa menos pretenciosa y más deportiva.
Aun estando plagado Giulietta, en el Norte de Italia notaba que la gente sigue mirándola en la calle. Y, entre caminos de piedra, calles angostas y casas color Siena, mi Giulietta Rosso Alfa tuvo ese "no se qué" que me enamoró.
Las discusiones sobre el diseño pasional versus diseño racional se lo dejo a los lectores, solo dejaré algunas fotos por aquí y me iré lentamente.
Textos y fotos: Luciano Cianni - www.lucianocianni.com.ar
Colaboradores / guías turísticos: Dominico Lee y Dan Matano
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Nueva trompa más rústica y deportiva.
Hay nuevos packs opcionales para el interior y el exterior.
Cianni se perdió varias veces por Italia. Culpó al GPS de la Giulietta. La Giulietta apeló el fallo.
Pero se entendieron a la perfección a la hora de las fotos.
Alfa puso su Rosso. Italia, el resto.
Nuevo emblema "Giulietta", inspirado en la estética de la Giulia.
Este restyling llegará a la Argentina en 2017.
Cianni también se subió a otros Alfa. ¿Ampliaremos?
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