El Chrysler 300C nació en 2004 como fruto de la alianza entre Daimler y Chrysler. Se lanzó a la venta en la Argentina en 2006, como una interpretación americana del Mercedes-Benz Clase E. De hecho, utilizaba la plataforma y hasta las transmisiones del sedán alemán.

Pero, cuando la alianza llegó a su fin en 2007, cada marca siguió desarrollando su modelo por separado. Mercedes lanzó una nueva generación del Clase E en 2009 (leer crítica) y Chrysler presentó la segunda generación del 300C en 2011. Este nuevo modelo se lanzó a la venta en la Argentina en septiembre de 2013.

Curiosamente, el 300C forma parte del grupo Fiat Chrysler Automobiles y ya no tiene a un gemelo alemán, sino italiano: el Lancia Thema (un 300C con emblemas cambiados).

Manejamos este sedán del Segmento E (grande) durante una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Presencia y personalidad. Elegancia americana. Así se puede definir al diseño de este sedán de cinco metros de largo y casi dos de ancho. Tiene líneas cuadradas y macizas, pero con las curvas necesarias para no resultar tan agresivo.

El temperamento corre por cuenta de la gran parrilla cromada y las enormes llantas de 20 pulgadas (con Pirelli Scorpion RunFlat 245/45R20).

Y acá es hora de que empecemos a nombrar a sus rivales de segmento, con nombre y apellido: Audi A6, BMW Serie 5, Jaguar XF y Mercedes-Benz Clase E. Frente a ellos, el 300C tal vez no sea el más bello, deportivo ni vanguardista. Pero sin dudas tiene una identidad bien marcada.

Y es imposible confundirlo con otro auto más chico o barato de la marca. Eso es algo de lo que no se pueden jactar algunos de los mencionados.

POR DENTRO

En el habitáculo del 300C no vas a encontrar materiales espaciales ni diseños rebuscados. Hay cuero con doble costura, cromados, algunos aluminios pulidos y plásticos en imitación de madera. Tampoco hay un gran despliegue de tecnología. El lujo, en este sedán, pasa por el espacio. La cabina es casi tan ancha como en una Ram.

Y la calidad de terminación sigue el mismo patrón: excelencia duradera. Esa sensación se refuerza con la excelente insonorización del habitáculo, gracias al empleo de vidrios dobles en las puertas.

La posición de manejo está muy lejos de ser deportiva. Es lo más parecido a sentarse en el viejo sofá de la casa de tu abuelo. Sólo que acá tenés butacas con múltiples ajustes eléctricos, calefaccionadas y refrigeradas –en gran parte de la Argentina, vas a usar más la segunda función que la primera-.

El volante tiene ajuste eléctrico en altura y profundidad. Y la pedalera también se desliza hacia adelante y atrás, con un motorcito eléctrico. Es imposible no sentarte –y sentirte- cómodo.

El instrumental merece un párrafo aparte. Y un análisis geoindustrial.

Sea una Ram, un Camaro o un 300C, las últimas generaciones de autos norteamericanos se están destacando por ofrecer los tableros de instrumentos más completos e inteligentes del planeta. En Detroit entendieron muy bien que, en la era de la información, justamente eso es lo que quieren los usuarios: ¡big data!

Aunque no siempre la usemos. O sólo aprovechemos una porción del gran caudal de datos. Lo importante –y divertido- es saber que la info está ahí. Y el 300C no falla en eso.

Después están las butacas traseras. Tanto en Estados Unidos como en Argentina, el 300C –y todos los autos de este segmento- es muy posible que se utilicen con chofer. En el Chrysler, quienes viajen atrás disfrutarán de un techo panorámico que llega bien hasta atrás, de una cortina eléctrica para cubrir la luneta trasera y de butacas también calefaccionadas (acá no son refrigeradas).

El baúl no es de los más grandes, pero los 462 litros alcanzan para una cantidad generosa de equipaje. Podrían haber sido más, pero en nuestro país Chrysler decidió complementar los neumáticos titulares RunFlat –aún con una pinchadura, permiten seguir circulando- con una rueda de auxilio más pequeña, de uso temporario. No es la solución perfecta, pero la mayoría de sus rivales ni siquiera tiene auxilio.

SEGURIDAD

El 300C llega a la Argentina con siete airbags (incluye de rodillas, para el conductor), frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción y ayuda al arranque en pendiente.

Es un equipamiento muy completo, aunque sin nuevas tecnologías de ayuda a la conducción, en las que tanto se especializaron las marcas alemanas, como: sistema de estacionamiento automático, frenado automático en caso de emergencia o sistema de detección temprana de riesgo de choque, para preparar el auto ante un posible impacto.

El IIHS, aliado norteamericano de GlobalNCAP, sometió a una prueba de choque al 300C este año y obtuvo la calificación máxima (“Good”) en todos los rubros evaluados.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Primero, las buenas noticias. El veterano motor EGG 3.5 V6 de 249 cv, que equipó a los 300C que llegaron a la Argentina entre 2006 y 2010 –y cuya tecnología se remontaba a los años ’90- fue reemplazado en esta segunda generación por el nuevo Pentastar V6.

Pertenece a la misma familia de blocks que utilizan los Jeep y Dodge más recientes. Tiene cuatro válvulas por cilindro, distribución variable e inyección electrónica multipunto. Desarrolla 286 cv de potencia a 6.350 rpm y 340 Nm a 4.650 rpm.

La diferencia con, por ejemplo, el rústico Wrangler, es que en el 300C el motor está asociado a una modernísima caja automática de ocho velocidades. Tiene tres embragues y está fabricada por ZF. Pertenece a la misma familia de transmisiones para sedanes de lujo que utilizan los últimos BMW. Y no hay que confundirla con la ZF de ocho marchas –versión para vehículos utilitarios- que lleva la VW Amarok.

La tracción es trasera, con control electrónico y desconectable.

Ahora, las malas noticias. Con la llegada de esta nueva generación del 300C, se dejó de vender en la Argentina la versión con el Hemi V8. La primera generación tenía 5.7 litros y 346 cv, mientras que la nueva tiene 6.4 litros y 470 cv.

El que busque un Chrysler con Hemi en la Argentina va a tener que optar por el Jeep Grand Cherokee SRT (465 cv, 202 mil dólares). O por la Ram 1500 (395 cv, 62 mil dólares).

COMPORTAMIENTO

No es un Hemi, pero este V6 suena muy bien cada vez que lo ponés en marcha. El 300C es un auto de gran tamaño, pero que se desenvuelve con suavidad y agilidad en el uso diario. Pensé que las enormes llantas de 20 pulgadas y los RunFlat iban a arruinar el andar en nuestras calles no-tan-perfectas, pero las suspensiones hacen un trabajo excelente.

En ciudad, el motor trabaja de manera muy progresiva y sosegada. En eso influye muchísimo la excelente puesta a punto de la caja de ocho marchas. Evoluciona de manera lineal y sin sobresaltos. Lo único que no me gustó de esta transmisión es la selectora. La palanca es tan pequeña y cortita, que es difícil hacer los cambios con precisión. Digamos que es más bonita que práctica.

La gran ventaja de esta caja es que aplaca un poco los consumos del Pentastar. En ciudad gasta 15,3 litros cada 100 kilómetros. Y en ruta consume 9,7 litros. Son valores elevados, aunque no tanto como en el Wrangler con mismo motor y cajas menos sofisticada.

En octava, a 120 km/h, el V6 ronronea apenas a 1.500 rpm. Pero, en modo Sport, también muestra su temperamento. Es una verdadera delicia tirar cambios en ruta desde las levas del volante, llevando el motor hasta casi al corte de 6.750 rpm y logrando valores de aceleración excelentes para sus casi dos toneladas de peso: pasa de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y la velocidad máxima es de 235 km/h.

Todo esto se logra, no lo olvidemos, sentado en el viejo y cómodo sillón de tu abuelo, con más información que una plataforma de lanzamiento de la Nasa y con una aislación acústica tan perfecta que sólo permite filtrar lo único importante: el sonido del V6.

Sus ambientes favoritos son el tránsito pesado de la ciudad y las autopistas. Por sus dimensiones, se siente un poco apretado en rutas estrechas, aunque la tracción trasera y la suspensión posterior multibrazos ayudan tomar las curvas con una dosis extra de acelerador.

La dirección es suave y muy ligera, para nada deportiva. Todo lo contrario ocurre con sus grandes discos de frenos. Están sobredimensionados y son tan eficientes como inagotables.

CONCLUSIÓN

Quien haya viajado por el mundo sabe muy bien que, en América del Norte, el Chrysler 300C tiene un posicionamiento muy diferente que en la Argentina. Acá vemos como un sedán de lujo al mismo auto que en el Norte es un remís o un vehículo de alquiler. Pero, desde ya, lo mismo se puede decir del Mercedes Clase E en Alemania.

La magia de los impuestos internos (de la devaluación, la inflación, etc.) hizo que la Argentina hoy tenga el 300C más caro del mundo. Pero, consuelo de pobres –o de ricos-, lo mismo le pasa a todos sus rivales. Y vamos a detallarlos una vez más.

El 300C con 286 cv cuesta 142 mil dólares.

Por un monto similar tenemos el Audi A6 2.8 FSi (204 cv, 145.550 dólares). Y el 3.0 FSi Quattro con 310 cv ya salta a 173.300 dólares.

El BMW Serie 5 con el precio más aproximado es diesel (525d), tiene 218 cv y cuesta 149 mil dólares. Para tener 306 cv nafteros bajo el capot hay que pagar los 160 mil dólares que cuesta el 535i.

Ditecar lanzará este año a la venta el Jaguar XF 2.0T con 240 cv y alrededor de 150 mil.

Por último, el Mercedes-Benz Clase E arranca en 152.900 dólares (E 250 de 211 cv), pero la versión con potencia similar es el E 350 (306 cv, 168.900 dólares).

Quiere decir que, a igualdad de potencia, el 300C es sensiblemente más barato que su competencia. Para algunos, este Chrysler no tendrá la imagen de marca de sus rivales europeos. Para otros, ahí radica su encanto: un sedán típicamente americano, que se destaca con personalidad propia entre tanto pensamiento eurocentrista.

Son muy pocos los 300C que se venden cada año en la Argentina: apenas 35 en 2014.

Es un público tan concreto, preciso y seguro de lo que quiere en su garage que, si yo fuera el Señor Chrysler, no dudaría en volver a ofrecerles lo que más aprecian y desean: el Hemi V8.

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: Lola Tyrrell

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Crítica: Chrysler 300C
Elegancia americana en un sedán de cinco metros de largo.

Crítica: Chrysler 300C
Parrilla cromada, ángulos rectos pero no tanto y enormes llantas de 20 pulgadas con neumáticos RunFlat.

Crítica: Chrysler 300C
El habitáculo es muy amplio y con techo panorámico que abarca hasta las plazas traseras.

Crítica: Chrysler 300C
Lujo, pero sin estridencias.

Crítica: Chrysler 300C
Volante multifunción con levas para el cambio.

Crítica: Chrysler 300C
Completísimo tablero de instrumentos, analógico y digital.

Crítica: Chrysler 300C
Clásico y moderno.

La curiosa palanca de cambios es más simpática que práctica.

Crítica: Chrysler 300C
Aislación perfecta, con vidrios dobles laterales.

Crítica: Chrysler 300C
Los pasajeros de atrás tienen apoyabrazos con posavasos y portaobjetos.

Crítica: Chrysler 300C
También asientos calefaccionados y cortina eléctrica para la luneta.

El baúl tiene 462 litros de capacidad.

Crítica: Chrysler 300C
Tiene neumáticos RunFlat, pero también una rueda de auxilio de uso temporario.

Crítica: Chrysler 300C
El Pentastar V6 tiene 286 cv.

Crítica: Chrysler 300C
Y se lleva de maravillas con la caja automática ZF de ocho marchas.

Crítica: Chrysler 300C

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FICHA TECNICA

Modelo probado: Chrysler 300C
Origen: Canadá
Precio: 142.000 dólares
Garantía: Dos años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Fiat Chrysler Automobiles (www.chrysler.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero longitudinal, Pentastar V6, cuatro válvulas por cilindro, distribución variable e inyección electrónica secuencial multipunto.
Cilindrada: 3.604 cc
Potencia: 286 cv a 6.350 rpm
Torque: 340 Nm a 4.650 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción trasera, con control electrónico.
Caja: automática secuencial, de ocho velocidades, con levas al volante y modo Sport.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: independiente, tipo multibrazo, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados (360mm)
Frenos traseros: discos macizos (350mm)
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia electro-hidráulica.
Neumáticos: Pirelli Scorpion RunFlat 245/45R20 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 6,5 segundos
Aceleración de 0 a 100 km/h: 235 km/h
Consumo urbano: 15,3 l/100km
Consumo extraurbano: 9,7 l/100km
Consumo medio: 12,5 l/100km

MEDICIONES
Largo / ancho / alto: 5.044 mm / 1.902 mm / 1.492 mm
Distancia entre ejes: 3.052 mm
Peso en orden de marcha: 1.856 kg
Capacidad de baúl: 462 litros
Capacidad de combustible: 73 litros

EQUIPAMIENTO
Airbag de rodillas para el conductor
Dos airbag frontales delanteros
Dos airbags laterales delanteros
Dos airbags de cortina
Ajuste Lumbar eléctrico para asientos delanteros (4 posiciones)
Alarma de seguridad
Alzacristales eléctricos (delanteros one-touch)
Apertura remota del tanque de combustible
Asiento trasero rebatible 60/40
Asientos con tapizado de cuero
Asientos delanteros ajustables eléctricamente, calefaccionados y ventilados
Asientos traseros calefaccionados
Cámara de estacionamiento trasera
Climatizador bizona
Comando de la palanca de cambios forrado en cuero
Conexión auxiliar para dispositivos móviles
Control de estabilidad
Control de tracción
Control de velocidad crucero
Encendido automático de luces y DRL
Escape dual cromado
Espejos exteriores plegables eléctricamente
Faros delanteros de Bi-Xenon HID adaptativos
Lavafaros
Limpiaparabrisas automático
Luces antiniebla delanteras y traseras
Parasoles con espejo iluminado
Pedales ajustables con memoria
Posavasos iluminados
Puerto USB
Salida Auxiliar de 12V
Sensores de estacionamiento traseros/delanteros
Sistema Automático de nivelación de faros
Sistema de arranque en pendiente
Sistema de arranque por botón
Sistema de Audio con radio AM/FM/DVD/SD/ USB
Pantalla táctil de 8.4" con U-Connect y 9 parlantes con subwoofer
Sistema de navegación Garmin
Sistema Keyless Entry (apertura de puertas sin necesidad de llave)
Techo solar panorámico
Volante calefaccionado regulable en altura y profundidad con controles de audio

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