En apenas un año y medio, Chery Socma actualizó el Fulwin para el mercado argentino. Con el Fulwin II importado de China –y que pronto se fabricará en Brasil- la marca intenta mejorar su posicionamiento en el rubro de los autos chicos (Segmento B).

El Fulwin II se lanzó a la venta el pasado 15 de diciembre. Se ofrece con dos tipos de carrocerías: Sedán (143.005 pesos) y Hatchback (147.061 pesos). Manejamos durante una semana una versión Hatchback y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Se llama Fulwin II, pero no es la segunda generación del Fulwin. Es apenas un restyling. El diseño original, firmado por Chery y el estudio italiano Torino Design, recibió cambios en los paragolpes, los guardabarros, las ópticas, la parrilla y el capot.

Ahora presenta una trompa más afilada, que se extiende un poco más hacia adelante. El largo total aumentó en siete centímetros, para llegar a 4,14 metros en el Hatchback y 4,26 metros en el Sedán. La distancia entre ejes se mantiene en 2.527 mm.

El resultado general es agradable a la vista, con personalidad propia. Esto provoca que que muchos pregunten de qué auto se trata. A pesar de estar a la venta desde un año y medio, el Fulwin sigue siendo una rareza en nuestras calles. Se patentaron apenas mil unidades.

La carrocería del Hatchback me pareció más atractiva que la del Sedán. Pero va en una cuestión de gustos. Lo que importa es que el Sedán tiene mayor capacidad de baúl: 450 litros (contra 380 del Hatch). Pero no es un sedán convencional, el portón trasero no comunica sólo al baúl, sino también al habitáculo, ya que también levanta la luneta trasera. Es una quinta puerta poco convencional, así que técnicamente es un Liftback.

La presentación externa se complementa con llantas de aleación de 15 pulgadas, calzadas con neumáticos Linglong 185/60R15. La rueda de auxilio es del mismo tamaño, pero con llanta de chapa.

POR DENTRO

La primera vez que vi un Fulwin fue en el Salón de Buenos Aires 2013. El diseño exterior me pareció aceptable, pero la calidad de terminación del interior era la peor de todos los pabellones de La Rural. Incluyendo a los carritos de golf de la vigilancia.

Las superficies eran ásperas, con salientes afiladas en los paneles de las puertas y el volante. Pero lo peor de todo era el olor. Recalentados bajo los focos de los stands, los plásticos comenzaron a emitir vapores intensos, que hacían picar la nariz.

La marca señaló que aquellos eran prototipos de exhibición. Y que el modelo saldría a la venta con mejoras. Pero no fue así. Y hoy se pueden encontrar varios Fulwin de segunda mano con estos plásticos poco felices.

El Fulwin II mejoró mucho en ese aspecto. Si lo dejás mucho tiempo al sol, el aroma todavía es un poco fuerte, pero la plancha de instrumentos, la consola central, los tapizados y los revestimientos de las puertas sumaron varios puntos. Digamos que pasó de Calidad China a Calidad Mercosur. No es la perfección, pero algo es algo.

La posición de manejo es típica de los autos pensados para los llamados Mercados Emergentes. La butaca del conductor se ajusta en altura, pero así y todo el conductor se posiciona un poco más arriba de lo esperado.

El volante se regula sólo en altura. Aquellos que tengan piernas largas se encontrarán con que resulta difícil encontrar una posición cómoda y con el volante a la distancia correcta.

En las plazas traseras hay espacio justo para tres adultos, aunque dos grandes y un niño viajarán más cómodos. Existe buen lugar para las cabezas de los más altos, pero no tanto para sus rodillas.

El equipamiento trae lo justo y necesario: dirección asistida, aire acondicionado, cuatro levantavidrios eléctricos, retrovisores de ajuste eléctrico y un equipo de audio con CD/MP3/USB.

El sistema de apertura del baúl es un poco extraño. Desde el exterior sólo se abre con el comando a distancia. El portón trasero no tiene botón externo ni cerradura. Pero este comando no funciona si está la puerta abierta del conductor. En ese caso, hay que usar el botón de apertura interna, ubicado sobre la consola. Aunque este botón sólo responde si el motor está en marcha. A veces –sólo a veces- también lo hace si la llave está en contacto.

Lo mejor del interior Fulwin II es, sin dudas, el equipo de aire acondicionado. Te deja más helado que pata de pingüino.

SEGURIDAD

El Fulwin II cumple con la normativa vigente de ofrecer doble airbag frontal y frenos ABS. El antibloqueo también trae repartidor electrónico de frenada (EBD). Además, cuenta con alerta de olvido de cinturón de seguridad.

Cuatro de los cinco pasajeros cuentan con apoyacabezas y cinturones de seguridad de tres puntos. Quien viaje atrás y en el medio deberá conformarse apenas con un cinturón de dos puntos. No hay anclajes Isofix ni otras ayudas electrónicas a la conducción.

No tiene control de estabilidad. Autoblog no recomienda la compra de autos sin ESP.

C-NCAP, el organismo de Global NCAP encargado de evaluar la seguridad de los autos que se venden en China, sometió a pruebas de choque al Fulwin II. Obtuvo una calificación de cuatro estrellas. Sin embargo, la unidad probada contaba con doble airbag lateral y anclajes Isofix. Por eso mismo, ese resultado no es válido para el Fulwin II que llega a la Argentina.

MOTOR y TRANSMISIÓN

El motor no cambió desde el lanzamiento del Fulwin. Sigue siendo un naftero de la familia Acteco, la misma que equipa a la Tiggo. En el caso del Fulwin II, tiene 1.497 cc, 16 válvulas, inyección electrónica multipunto y desarrolla 107 caballos de potencia a 6.000 rpm y 140 Nm de torque a 3.000 rpm.

La caja es manual, de cinco velocidades. Y la tracción es delantera.

COMPORTAMIENTO

Como auto del Segmento B (chico), el Fulwin II es un vehículo pensado para un uso mayoritario en ciudad, con alguna escapada ocasional a la ruta. En ese sentido, el buen despeje del suelo cobra sentido y se agradece: es muy raro que la trompa toque en badenes o lomos de burro.

La puesta a punto de la suspensión es blanda, aunque los amortiguadores de la unidad probada tenían un problema. En expansión, hacían tope con demasiada facilidad. Esto se traduce en un golpe seco cuando una rueda queda en el aire por un bache. O cuando rebota en uno de las tantos tachones reflectantes que inundaron nuestras calles. Es una sensación bastante desagradable, que debería ser corregida.

Otro punto que no me gustó es el tacto de los frenos. Las primeras tres cuartas partes del recorrido del pedal son inútiles y esponjosas. Realmente hay que pisar a fondo para que el sistema entre en acción. Ahí se agradece la presencia de ABS y EBD, porque los patadones son difíciles de regular en intensidad. Es otro punto a corregir.

La dirección es muy suave y se agradece en ciudad. También en las maniobras de estacionamiento. Pero en ruta, a buena velocidad, es algo errática y transmite la sensación de que el tren delantero tiende a flotar. No es agradable. Se agradecería un endurecimiento más progresivo.

Tampoco ayuda la puesta a punto tan blanda de la suspensión. La carrocería inclina bastante en curvas y es algo sensible a los vientos laterales en ruta.

Por otro lado, hay que reconocer que el conjunto de motor y transmisión está bien equilibrado. A pesar de que el mando de la caja es algo “crocante”, las primeras tres marchas están pensadas para desenvolverse con agilidad en el tránsito. La cuarta marcha, sin embargo, es más remolona.

El Fulwin sale bien de abajo, pero para alcanzar los 100 km/h demora 12,9 segundos. La quinta, extrañamente, es demasiado corta. Esto hace que el motor trabaje a 3.500 rpm a 120 km/h. Y que la velocidad máxima sea de sólo 160 km/h.

Los consumos son correctos, con una media de 7,5 litros cada 100 kilómetros. El tanque de combustible es de 50 litros.

CONCLUSIÓN

Con el lanzamiento de este modelo, Chery Socma modificó su estrategia en la Argentina. Dejó de intentar competir en el segmento C, con un Skin discontinuado, que nunca despegó en ventas. Y concentró sus esfuerzos en el segmento B con el Fulwin II, al casi dejar de traer el Face ensamblado en Uruguay.

A mitad de camino entre el poco recomendable QQ (leer crítica) y la exitosa Tiggo, el Fulwin II tiene el rol de hacer crecer las ventas de la marca, que el año pasado estuvieron muy afectadas por un escaso cupo de importación.

Con un precio de 147 mil pesos, el Fulwin II es un auto con buenas dimensiones para ser un Segmento B. Tiene un diseño agradable y un motor ágil en ciudad.

Por otro lado, la dirección, la suspensión y los frenos son tres aspectos cruciales que deben mejorar de manera urgente.

Si a esto se suman los cambios constantes en la gama de Chery en la Argentina y el anuncio de que pronto el Fulwin II ya no vendrá de China, sino de Brasil, tal vez el mejor consejo que pueda brindar Autoblog sea este: esperar, para ver si mejora.

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: V.C.

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Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
El Fulwin II es un auto pensado para la ciudad, con buen despeje del suelo.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
El restyling le cayó bien. Y sigue siendo una novedad en nuestras calles.

Con el rediseño, el largo total aumentó siete centímetros.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
Aunque algo justos, en el Fulwin caben cinco adultos.

La mejora más importante fue en la terminación y el diseño interior.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
El tablero tiene aviso de puertas abiertas, pero falta el indicador de temperatura del motor.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
Equipo de audio con CD, MP3 y USB. Excelente aire acondicionado.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
Baúl de 380 litros en el Hatchback y de 450 en el Sedán.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
El motor 1.5 16v es ágil, vibra poco y es silencioso.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
En Argentina se llama Fulwin. En China, A13. En Brasil, Celer. En Rusia, Very y Bonus. En Ucrania, Forza. Y en Irán, ¡Yussuuuuf!. No, mentira, MVM 315.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback
La suspensión debe mejorar. Sobre todo el recorrido de los amortiguadores en expansión.

Crítica: Chery Fulwin II Hatchback

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FICHA TECNICA

Modelo probado: Chery Fulwin II Hatchback
Origen: China
Precio: 147.061 pesos (Sedán, 143.005 pesos)
Garantía: Dos años o 60 mil kilómetros.
Comercializa: Chery Socma Argentina (www.cheryargentina.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 1.497 cc
Potencia: 107 cv a 6.000 rpm
Torque: 140 Nm a 3.000 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera.
Caja: manual, de cinco velocidades.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: semi independiente, con brazo oscilante longitudinal y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: tambor.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
Neumáticos: Linglong 185/60R15 con llantas de aleación (rueda de auxilio del mismo tamaño, con llanta de chapa).

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 160 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 12,9 segundos
Consumo urbano: 8,8 l/100km
Consumo extraurbano: 6,7 l/100km
Consumo medio: 7,5 l/100km

MEDICIONES
Largo / ancho / alto: 4.139 mm (Sedán, 4.269 mm) / 1.686 mm / 1.492 mm
Distancia entre ejes: 2.527 mm
Peso en orden de marcha: 1.300 kg
Capacidad de baúl: 380 litros (Sedán, 450 litros).
Capacidad de combustible: 50 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal
Frenos ABS con EBD
Cinturones de seguridad delanteros de tres puntos
Dos cinturones de seguridad traseros de tres puntos y uno de dos puntos
Alarma antirrobo con inmovilizador de motor
Asiento del conductor con ajuste en altura
Volante regulable en altura
Aire acondicionado
Cierre centralizado con comando a distancia
Apertura del baúl a distancia y desde el habitáculo
Levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas
Espejos retrovisores eléctricos
Audio con Radio/CD/MP3/USB y cuatro parlantes
Llantas de aleación de 15 pulgadas

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