El Fulwin es uno de los dos autos chicos (segmento B) que Chery vende en la Argentina. El otro es el Face, que vale 133 mil pesos. También tiene una SUV chica, la Tiggo, que en diciembre sumó una nueva versión de entrada a gama por 195 mil pesos (ver nota de lanzamiento).
Después estaba el Skin, un auto del segmento C (compacto) que se dejó de comercializar por sus bajas ventas (integra el listado de Slow-Sellers 2014). Y -cómo olvidarlo- el citycar (segmento A) QQ, último auto de Chery que probó Autoblog: leer crítica.
Pero volvamos al Fulwin. Se presentó en el Salón de Buenos Aires 2013 (ver nota de lanzamiento) y ese año se vendieron 407 unidades. En 2014, su primer año completo de comercialización, patentó 684 ejemplares.
El pasado 15 de diciembre, Chery Socma lanzó a la venta el Fulwin II. A pesar de lo que indica su nombre, no es una segunda generación, sino un restyling del modelo 2013. Recibió cambios por fuera y por dentro, pero la plataforma y la mecánica siguen siendo las mismas (ver nota de lanzamiento y precios).
Se comercializa con dos carrocerías: Hatchback y Sedán (aunque este último no tiene un baúl independiente del habitáculo, sino un portón trasero que comunica al equipaje con la cabina). Ambos vienen con el mismo motor Acteco 1.5 16v naftero, de 107 caballos.
Este Fulwin II viene importado de China. Pero pronto se fabricará en la nueva planta que la marca inauguró en Jacareí, Brasil (ver nota). El anuncio de la inversión para el país vecino se realizó en abril de 2010, y dio por cerradas las chances de contar con una planta de Chery en la Argentina.
La marca china estuvo muy cerca de producir en nuestro país. En julio de 2008, cuando Chery se lanzó como marca en este mercado, Franco Macri anunció que se invertirían 500 millones de dólares para establecer una fábrica en la provincia de Buenos Aires. Después habló de instalarse en Chaco.
Y, tras el anuncio de radicación en Brasil, el empresario sólo volvió a referirse a Chery por vía de su cuenta en Twitter, donde acusó a “un ministro” por haberle puesto trabas para fabricar los Chery en nuestro país.
La insistencia de Franco Macri en esta denuncia es tan llamativa como su negativa a identificar a la persona que le obstaculizó la inversión.
Es un misterio tan curioso como el conflicto de identidad con el cual no podemos dejar de identificar al Fulwin II.
Durante una semana vamos a manejar este auto importado de China.
Que pronto se fabricará en Brasil.
Y que, tal vez, debió ser argentino.
C.C.
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