Texto y fotos de Orly Cristófalo

Desde Florida (Estados Unidos) - Autos grandes y de cuatro puertas ya no son lo que uno solía imaginarse hace una década atrás. Y ni hablar la imagen que uno tenía de Porsche. La marca de Stuttgart se ganó fama y adeptos gracias a sus coupés deportivas y descapotables, que despertaban pasión y admiración.

Quizás el único referente “grande” haya sido el 928, que se vendió entre 1978 y 1995. Si bien era una coupé y tan sólo medía 4,5 metros de largo, parecía mucho más grande que sus hermanos 911. Y la configuración del interior, más espacioso, también lo colocaba en otro segmento.

A mediados de 2009, Porsche puso a la venta la primera generación del Panamera. Sus casi 5 metros de largo y la carrocería cuatro puertas (cinco, contando el portón trasero que accede al habitáculo) hicieron que muchos puristas pusieran el grito en el cielo. Lo cierto es que el Panamera sorprendió por su aceptación en el mercado y, aunque no llega a pisarle los talones en cifras de ventas a la Cayenne, se ha consolidado entre aquellos porschistas que necesitan más espacio interior y no quieren dejar de tener un auto de Stuttgart.

Gracias a la gente de Porsche Latin America en Miami, manejamos durante tres días un Panamera S E-Hybrid. Un detalle del que Porsche hace alarde: en el año 1900, Ferdinand Porsche presentó y vendió el Lohner Porsche “Mixte”, considerado el primer automóvil híbrido de la historia. A continuación un repaso de lo que nos dejó manejar el primer Porsche “enchufable”.

POR FUERA

No hay forma de que el Panamera no llame la atención, pero tampoco seremos el centro de las miradas, y menos en una ciudad como Miami, donde los autos exóticos abundan al punto de casi dejar de serlo.

Lo primero que llama la atención es la línea de diseño. Tuve la suerte de conducir diferentes productos de Stuttgart, pero ninguno de casi cinco metros y tan bajo (1.418mm de altura). Otro punto a favor: el Panamera es mucho más lindo en persona que en fotos. Todo el diseño parece fluir mejor con el auto en vivo y en directo.

La versión S E-Hybrid cuenta con detalles que lo diferencian de sus hermanos nafteros: logos en los costados y calipers de frenos en color verde flúo, como queriendo explicar que hay algo de “ecología rabiosa” ahí dentro. El resto del diseño es igual al de la última generación del Panamera.

En la parte trasera, el alerón se puede desplegar a gusto del conductor, y ese pequeño detalle agrega mucho de deportividad. La vista desde atrás es imponente. Cola ancha y baja, dos salidas de escape por cada lateral y parte baja del paragolpes en negro mate hacen una combinación discreta y deportiva en partes iguales.

Las llantas son de 18 pulgadas adelante y de 20" atrás. Alojan enormes discos de 360mm y 330mm. La altura del auto con respecto al piso se puede variar desde el habitáculo unos 10mm.

POR DENTRO

Mido 1,85 y peso más de 100 kilos. La “declaración jurada” la hago para que se entienda por qué voy a elogiar el acceso y la posición de manejo del Porsche Panamera. Si bien el auto no es alto, no hay que agacharse tanto para subir como uno supone a primera vista. El asiento es cómodo y se puede regular en altura, distancia al volante, respaldo y profundidad en la zona lumbar. Además, las butacas tapizadas en cuero vienen con calefacción y ventilación. Este último punto es algo que agradecí mucho durante los días que probé el Panamera, ya que Miami me recibió con 32 grados de térmica desde las 7 de la mañana.

El volante y sus alrededores están plagados de palancas y botones. Todo, o casi, se puede hacer sin sacar las manos del cuero que lo recubre. El tablero tiene algunos relojes que cuesta entenderlos al principio, pero se tornan muy útiles en cuanto sabemos qué nos dicen.

La consola central tiene 22 botones, sin contar la pantalla touch donde se alojan la computadora de a bordo, radio, GPS y varias funcionalidades más. Una consola similar se replica entre los asientos traseros, dejando al Panamera como un auténtico 2+2.

La posición de manejo es muy buena, pero la visibilidad hacia atrás es escasa. La luneta muy inclinada no ayuda a ver mucho por el espejo retrovisor. Una cámara ubicada sobre la patente nos ayuda a estacionar y a realizar maniobras marcha atrás. Otro buen detalle de seguridad son las luces ubicadas en el lateral interior de los espejos de conductor y acompañante, que titilan cuando tenemos un vehículo de costado en la zona “ciega” de los retrovisores.

A quien escribe no le resultó muy práctico el sistema de GPS que viene instalado. No fue fácil saber cuál era nuestra ruta y cuáles eran indicadores de intensidad de tráfico.

El equipo de audio es muy potente y los parlantes Bose no desentonan ni distorsionan por más que se los castigue.

Un detalle muy práctico es la App Porsche Car Connect, que se puede instalar en nuestros Smartphone (por ahora iPhone solamente), y desde allí prender a distancia el aire acondicionado o la calefacción para que el Panamera nos espere aclimatado. La misma App nos permite saber cuánta carga tiene la batería, abrir las puertas y encontrar el auto si no nos acordamos dónde lo dejamos estacionado.

MOTOR Y TRANSMISIÓN

El Panamera S E-Hybrid lleva dos motores: uno es un naftero V6 de tres litros de cilindrada con 333 cv entre 5.500 y 6.500 rpm y con un torque de 440 Nm entre 3.000 y 5.250 rpm. El otro propulsor es el eléctrico impulsado por una batería de 384 volts y que llega a 95 cv entre las 2.200 y las 2.600 rpm, entregando un torque de 310 Nm de 0 a 1.700 rpm.

La batería recargable es de iones de litio de 24 Ah y se puede recuperar mediante el cargador standard Porsche Universal Charger, conectado a la corriente eléctrica o con el cargador interno del auto.

La caja de velocidades es la Tiptronic S de ocho velocidades, que incorpora un modo de acoplamiento de cambios diferente cuando se conduce en forma “E-Power”: o sea, propulsado sólo por el motor eléctrico.

Tengamos en cuenta que la caja tiene un trabajo extra en este Porsche, porque no sólo debe pasar los cambios automáticamente o cuando el conductor lo desee, sino también debe soportar los empujes de cambio de propulsión, ya que en plena aceleración el motor eléctrico puede dejar paso al naftero con la consecuente variación de torque y potencia recibida en la transmisión.

COMPORTAMIENTO

Poner en marcha el S E-Hybrid produce una extraña sensación: no hay ruido, nada vibra, no hay ni siquiera un rumor, pero estamos en marcha. Salvo que la batería esté completamente agotada, el arranque del Panamera siempre será en modo eléctrico. Y los primeros metros que recorramos los haremos de la misma forma.

¿No puedo elegir cómo manejar? Sí, claro. Sólo hay que presionar el botón y cancelar el E-Power y ver cómo la aguja del cuentavueltas cobra vida. Consejo: presioná el botón de E-Charge y cargá la batería mientras andás.

El tablero tiene dos grandes relojes que, de entrada, marean. Pero cuando empezamos a entender al “otro” cuentavueltas sabremos cuando estamos cargando las baterías, cuándo estamos conduciendo en modo económico y cuándo el motor eléctrico se transforma en Boost para que el Panamera tenga a disposición la totalidad de los 416 cv en sus ruedas traseras.

Andando en ciudad, el S E-Hybrid es cómodo y brinda la sensación de ser un auto muy pesado de mover. La trompa es larga y hay que acostumbrarse en los estacionamientos. Pero todo el conjunto hace que sea muy fácil de conducirlo en medio del tránsito. No es el primer auto con Start /Stop que tengo la suerte de manejar y no deja de ser algo molesto sentir que el motor se apaga en cada semáforo y vuelve a arrancar en cuanto tocamos el acelerador.

Salir a la autopista y poder acelerar el Panamera S E-Hybrid es todo lo que necesitaba para darme cuenta de que sí era un Porsche lo que estaba manejando. El pedal contra el piso, la espalda que se pega contra el asiento y los cambios que pasan mientras que la aguja marca “Boost”. Algunos metros después desaceleramos. Los Highway Patrol están cerca. Mi inglés no es tan bueno como para decir “soy periodista, no me peguen”. Y que encima suene creíble.

El clima de Miami me permitió manejar el S E-Hybrid bajo la lluvia y, tan sólo minutos después, bajo un intenso sol, lo que me dejó ver el gran trabajo aerodinámico de los ingenieros de Stuttgart con un parabrisas que prácticamente despedía el agua sin prender las escobillas.

Si bien el Panamera es muy bajo, en ningún momento brinda la sensación de que pudiera rozar contra algo. De todas formas, hay tener en cuenta que estamos en Estados Unidos. Y las calles están impecables.

La caja de ocho velocidades se disfruta, aunque la tentación de dejarla en modo automático es grande. El sistema de embrague PDK funciona de maravillas y cuando apuramos los cambios pasan limpios y rápidos, aunque siempre tienen ese dejo de caja automática que no termina de soltar el embrague tan velozmente como me gustaría.

El Panamera S E-Hybrid viene con opción Sport en lo que hace a la electrónica del motor y la caja Tiptronic. ¿La mejor forma de probar la diferencia? Venir por la autopista en sexta a 2.000 rpm y presionar el botón “mágico”. Automáticamente, el motor empezará a empujar aunque no hayamos pisado el acelerador, como si alguien prendiera un turbo.

CONCLUSIÓN

Evidentemente, estamos ante un auto muy poco convencional. Deportivo, cuatro puertas, híbrido y muchas cosas más. No parece un deportivo de raza, pero acelerarlo y manejarlo a alta velocidad te convence de que sí lo es. No parece un auto capaz de cobijar cómodamente a cuatro personas, pero ha cargado con toda mi humanidad y otras tres personas adultas americanas sin problemas y con gran confort. No tiene aspecto de híbrido ni de ecológico, pero las pruebas realizadas y los consumos homologados dejan en claro que sí lo es: sacando provecho de toda su tecnología, Porsche asegura que gasta una media de apenas 3,1 l/100 km

¿Qué es el Porsche Panamera S E-Hybrid? Es la demostración de que se puede hacer un auto con todo el confort y la deportividad capaz de conformar altas exigencias, sin descuidar al medio ambiente, con un consumo racional de combustible. Notar que escribí “racional”, porque a la hora de acelerarlo consume como un V6 de tres litros que es, pero eso también es usar la razón para que podamos divertirnos un rato.

O.C.

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VIDEO: Porsche Panamera S E-Hybrid

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Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid
Cinco metros de tecnología alemana.

En el garage de Autoblog: Porsche Panamera S E-Hybrid
Tablero poco convencional, con todo lo necesario para administrar los dos motores.

Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid
"E-Power", "E-Charge". No son botonitos de un Porsche normal.

Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid
Abrir el capot, rascarse la cabeza, cerrar el capot.

Los próximos híbridos y eléctricos que llegarán a la Argentina
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Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid
El verde flúo identifica a todos los Porsche relacionados con energías alternativas.

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Detalles de diseño hasta en el enchufe de recarga.

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Impresionantes PZero de 20" en el tren trasero.

Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid
Capacidad para cuatro adultos y un buen baúl.

Crítica: Porsche Panamera S E-Hybrid

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ADEMÁS El concurso “Miami Lifestyle Program”

Pensado para los periodistas que probaran el Panamera S E-Hybrid en Miami, Porsche Latin America creó un concurso donde debíamos demostrar qué tan económicos podíamos ser al conducir. El premio para el ganador es más que interesante: un viaje a Canadá para participar del curso de manejo sobre nieve de Porsche.

El GPS estaba cargado con un recorrido preestablecido de unas 25 millas, que combinaba ciudad y autopista. Se nos recomendaba hacerlo en horarios nocturnos, para evitar el tráfico intenso.

Este crítico lo hizo a las 23 horas, después de unas exquisitas entrañas a la parrilla y panqueques con dulce de leche cenados en la casa de unos amigos argentinos que viven en Miami hace unos años. Como persona responsable que soy, sólo bebí Fanta durante la cena, porque la idea era hacer el desafío y no terminar en la cárcel.

Llegué hasta el punto de partida después de una dura lucha contra el GPS, tomé el iPad que me habían prestado para sacar las fotos iniciales del odómetro y del indicador de carga de batería y emisiones emitidas y…. falló el sistema. Mis fotos nunca subieron a la plataforma de Porsche.

Realicé el recorrido completo, erré alguna que otra salida de autopista y calle donde doblar (¡gracias por abandonarme, GPS!), y llegué a la meta pactada. Tomé nuevamente las fotografías con el iPad y otra vez la tecnología me abandonó.

Cansado de manejar casi una hora y veinte, totalmente concentrado en los botones “E-Power”, “E-Charge” y en el reloj que marcaba “Economy” o “Charge”, me fui a dormir.

Al momento de devolver el Porsche y explicar lo sucedido, me hicieron la pregunta fatal: “¿Las fotos están en el iPad?”. No, el crítico, enojado con la tecnología, borró la única evidencia que lo podría haber llevado a Canadá a manejar en la nieve los mejores Porsche del momento.

Espero que CC sepa entender que fue sin querer y que, si ganaba, a mí no me bajaban del avión ni con la CIA ni el FBI juntos. Gracias por todo, Porsche. Y gracias tecnología, por hacer que dos hermanos no se hayan peleado por un viaje a Canadá.

O.C.

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