En 1963, Carlo Abarth (leer historia) era lo que hoy se llamaría un “tuner”: un preparador de autos, que partía de la base de modelos de calle para crear versiones más deportivas y extremas. A veces para la competición. Y, otras veces, sólo “per codere”.

Hace 51 años, Carlo Abarth tomó un Fiat 500 normal, aumentó la cilindrada de su nombre en 95 centímetros cúbicos y así nació el Abarth 595 Turismo. Como el bautismo lo indicaba, era un auto pensado para participar en categorías de autos con techo, derivados de modelos de calle. El incremento en la performance, desde la perspectiva de hoy, fue irrisorio: el motor pasó de 22 a 27 caballos de potencia. Y la máxima aumentó de 90 a 120 km/h.

El 595 Turismo no batió récords de velocidad, pero hizo algo mucho más importante: demostró que ponerle chimichurri a un garbanzo con ruedas podía tener resultados explosivos. Así nació el deportivo más pequeño y accesible del mundo.

En el siglo XXI, cuando Fiat comenzó a realizar versiones de Abarth sobre la base del nuevo Cinquecento, resultó inevitable hacer un 595 Turismo. En Europa, se posicionó como una versión más dentro de la oferta de Abarth. Pero, a la Argentina, el 595 Turismo llegó en abril como una edición limitada de sólo 50 unidades, la mayoría de las cuales ya están vendidas (ver nota).

Autoblog tuvo el privilegio de manejar uno de ellos durante una semana. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Con respecto al 500 Abarth convencional, que probamos en marzo, los cambios exteriores son mínimos. En esta unidad, lo más notorio es la pintura bicolor: negro arriba, blanco pastel abajo y una línea roja en el ecuador. También se puede combinar con gris Campovolo abajo y gris Pista arriba, separados por una línea blanca (ver ejemplo).

Se trata de un opcional sin costo extra y, como es una edición limitada, son muy pocos los que se trajeron con esta combinación. Será más fácil ver una Ferrari en la Argentina que un Abarth 595 bicolor.

Un detalle común a todos ellos son los emblemas “595”, ubicados en los laterales, justo debajo de la insignia de Abarth. También hay un “595 Turismo” sobre la tapa del baúl.

El techo corredizo Skydome, que es opcional en el Abarth normal, viene de serie en esta edición limitada.

Y paremos de contar: las llantas de 17 pulgadas son las mismas –y preciosas- de los otros 500 Abarth. Calzan los mismos neumáticos Pirelli PZero Nero 205/40 ZR17.

¿Son pocas diferencias con respecto al Abarth normal? Es posible, pero no hay que confundir esto con falta de personalidad. Sigue siendo un autito encantador, simpático y muy llamativo.

Si querés algo todavía más exclusivo, vas a tener que postularte para comprar de segunda mano alguno de los cinco Abarth 595 Cabrio que llegaron al país, todos para directivos de Fiat (ver nota).

POR DENTRO

En el habitáculo también hay que buscar las novedades con lupa. Las butacas, el volante, la pedalera, el tablero y la consola de instrumentos son los mismos. La única indicación de que estamos en un Abarth diferente se encuentra en el baúl: la pequeña bandeja que oculta el equipaje tiene bordada la palabra “Turismo”.

Las butacas Racing by Sabelt, que son opcionales en el Abarth común, no están disponibles en esta edición limitada.

Nuestras impresiones sobre la posición de manejo, la habitabilidad, la calidad de terminación y el equipamiento siguen siendo las mismas que en el Abarth convencional (leer nota).

Sólo voy a mencionar que, en un auto que es todavía más exigente cuando se lo maneja a fondo, se extraña aún más la ausencia de un volante con ajuste en profundidad y una palanca de cambios más cerca del conductor.

SEGURIDAD

Los 500 Sport/Lounge se venden en la Argentina con siete airbags (dos frontales delanteros, dos laterales delanteros, dos de cortina y uno para las rodillas del conductor). El Abarth normal importado de Polonia llegó con sólo seis airbags (sin protección de rodillas), pero este 595 Turismo –también polaco- sí trae esta protección extra para el conductor. Bien.

Recordemos que es un auto homologado para sólo cuatro pasajeros: tiene cuatro cinturones de seguridad y cuatro apoyacabezas.

Además, cuenta con frenos ABS, control de estabilidad y asistencia al arranque en pendiente.

Como todos los Abarth, suma Control de Transferencia de Torque (TTC, por su sigla en inglés), que optimiza la transferencia del par motor a las ruedas delanteras, para transitar curvas a alta velocidad con una mayor adherencia.

Un Fiat 500 1.2 fue sometido en 2009 a las pruebas de choque de EuroNCAP. A modo de referencia, obtuvo cinco estrellas en protección de adultos, cuatro para niños y dos para peatones.

MOTOR Y TRANSMISIÓN

El motor es el mismo 1.4 T-Jet del Abarth convencional. Es decir, utiliza el block de los 500 Sport/Lounge: naftero, de cuatro cilindros, con 16 válvulas y 1.368 centímetros cúbicos. Pero, en lugar del sistema de admisión MultiAir, tiene dos clásicos árboles de levas a la cabeza con botadores hidráulicos y –lo más notable- un turbocompresor de la firma japonesa IHI.

Gracias a un trabajo en la admisión, la electrónica y el turbo, el rendimiento de este 595 Turismo aumentó bastante. La potencia pasó de 135 a 160 cv a 5.500 rpm. Y el torque trepó de 206 a 230 Nm a 3.000 rpm.

La transmisión sigue siendo la misma, con caja manual de cinco velocidades y tracción delantera.

COMPORTAMIENTO

El esquema de suspensión es el mismo del Abarth común, pero la llamada “Configuración Deportiva Abarth” hizo que los espirales y amortiguadores tengan un mayor grado de dureza en este 595.

¿Más duro que el Abarth de 135 cv? Sí, voy a decirlo de esta manera: he manejado carritos con rulemanes más confortables que este Turismo.

Con neumáticos de perfil bajo y amortiguación tan firme, la convivencia diaria se hace difícil. Si no se anda con cuidado, los golpes secos serán habituales. El adoquinado duele en los huesos. Y los baches inesperados, en la billetera.

Pero paremos un momento acá. Los tres párrafos anteriores los escribió un tipo de 40 años. Si tenés 25, olvidate de todo eso. La dureza no es un defecto del Abarth. Y, con el traqueteo, incluso te vas a ahorrar unos buenos mangos en gimnasio.

Si tenés 25, la suspensión de piedra es sólo una curiosidad anecdótica. Lo que realmente te va a importar es el sonido que hará cuando lo pongas en marcha en el invierno, con el motor bien frío, los escapes cromados a punto escarcha y ese ronroneo metálico, que puede llegar a alegrar a tu peor madrugón resaquero de lunes.

Tal vez no sea el auto más cómodo para manejar todos los días en el tránsito, pero te va a recompensar con generosidad cada vez que encuentres el minuto y el kilómetro adecuados para acelerarlo a fondo.

Lo llevamos a una pista, que es el lugar donde hay que disfrutar este tipo de autos. El circuito de karting donde habíamos manejado el Abarth 500 nos quedó chico. Con el 595 fuimos al Autódromo de Tigre, en Nordelta, donde funciona la Escuela de Manejo Avanzado de Jorge Omar del Río.

En ese entorno, con zonas trabadas y curvas de buena velocidad, el Turismo se siente a sus anchas. El comportamiento del chasis es nervioso. La distancia entre ejes -cortísima- obliga a estar muy atento con el volante, pero sus reacciones son muy previsibles y dóciles. El botón Sport permite aumentar la dureza de la dirección y mejorar la respuesta del acelerador. El sistema TTC envía más torque a la rueda delantera externa, para incrementar la capacidad de tracción en curva. Y el control de estabilidad no se desconecta, pero permite deslizar sobre las cuatro ruedas, como si realmente el ESP no estuviera ahí.

En condiciones de aceleración progresiva, el turbo empieza a soplar con decisión recién a partir de las 3.000 rpm (el manómetro ubicado a la izquierda del tablero es un compañero brillante en pista), pero el acelerador electrónico detecta cuando se pisa a fondo y habilita al turbo para que empiece a trabajar ya desde las 1.200 rpm.

La caja de cambios, con la palanca burguesamente instalada sobre la consola, tiene un recorrido demasiado largo, pero el motor tiene tanto torque que permite explorar diferentes marchas para pasar siempre a muy buena velocidad por cada tramo del circuito.

Sólo a la salida de las curvas más lentas, el ESP y algo de letargo del turbo le impiden despegar con más decisión. Pero es el único segundo donde este demonio te da un respiro (otro pensamiento para la categoría “cuarentón”).

Los frenos son brillantes. En un conjunto de apenas 1.110 kilos, los cuatro discos (los delanteros, ventilados) no se cansan de trabajar y son aliados de primera a la hora de permitir acomodar la cola con una patadita al pedal, justo al ingreso de las curvas más veloces.

Los 25 caballos extra se notan y mucho. La velocidad máxima pasó de 205 a 210 km/h. Y la aceleración de 0 a 100 km/h bajó de 8 segundos a unos notables 7,6.

Los consumos, por supuesto, empeoraron. La media pasó de 6,9 a 8,1 litros cada 100 kilómetros. Es un valor elevado, sobre todo para un tanque de combustible de apenas 35 litros. La autonomía no es su fuerte.

CONCLUSIÓN

Hace tres meses te dije que el Abarth 500 es el deportivo más accesible de la Argentina. Y que es una compra muy recomendable, incluso desde el punto de vista más racional.

El 595 Turismo le da una vuelta de tuerca extra a la propuesta. Es más potente. Es más veloz. Es tremendamente más divertido. Y es súper exclusivo. Tanto, que de las 50 unidades que llegaron al país, ya quedan muy pocas en stock. Y ninguna por el precio oficial de 233.700 pesos (ver nota).

Así y todo, la propuesta de Abarth no deja de ser muy atractiva para el mercado argentino. Son deportivos llamativos, pero que no ostentan: siempre caen simpáticos. Y sus precios son razonables, si tenemos en cuenta que por los impuestos internos cualquier otro deportivo quedó reservado sólo para millonarios. Además, no necesitan autopistas perfectas para hacerte vivir sensaciones fuertes. Sólo un esqueleto que aguante un chasis de piedra.

Primero, el 500 Abarth me fascinó. Ahora, el 595 Turismo me voló la cabeza. Son criaturas con un imán muy especial.

Ahora, desde que devolví el Turismo, no dejo de mirar fotos de otros Abarth en la web. No puedo dormir pensando en cómo sería manejar un 695 Tributo Ferrari, con 180 cv. O pisar a fondo un 695 Biposto, con 190 cv y menos de una tonelada.

El veneno de este Escorpión es adictivo. Quiero más.

Carlos Cristófalo
Video: Manuel Ledesma – Autos en Argentina
Fotos: M.L. y Matías Albín
Agradecimiento: Escuela de Manejo Avanzado – Jorge Omar del Río

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VIDEO: Fiat 500 Abarth 595 Turismo

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Con respecto al Abarth normal, el 595 Turismo mejoró en potencia, torque, velocidad y aceleración.

Trepó de 135 a 160 cv. Y de 206 a 230 Nm.

Pasó de 205 a 210 km/h. Y de 8 a 7,6 segundos de 0 a 100.

El consumo también aumentó. Pero lo importante es que resulta divertidísimo en pista.

La pintura bicolor es un opcional gratuito. Las llantas son las mismas del Abarth común.

Los emblemas "595" están en los laterales.

Y también sobre el portón trasero.

En el interior no hay ninguna diferencia con respecto al Abarth de 135 cv.

La única excepción es el bordado "Turismo", sobre la bandeja del baúl.

Las butacas son muy cómodas y sujetan bien. El volante debería tener ajuste en profundidad.

A la izquierda, el manómetro del turbo, un gran aliado en la pista.

"Pico y Baterita", reloaded.

Lo llevamos al Autódromo de Tigre.

Y la pasamos muy bien.

Abarth lo hizo de nuevo.

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FICHA TECNICA

Modelo probado: Fiat 500 Abarth 595 Turismo “Edición Limitada”
Origen: Polonia
Precio oficial: 233.700 pesos (versiones del Fiat 500 desde 153.500 pesos)
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Fiat Auto Argentina (www.fiat.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, tipo T-Jet, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección indirecta, turbocompresor.
Cilindrada: 1.368 cc
Potencia: 160 cv a 5.500 rpm
Torque: 230 Nm a 3.000 rpm (en modo Sport)

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con Torque Transfer Control.
Caja: manual, de cinco velocidades.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos. Configuración deportiva Abarth.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores presurizados. Configuración deportiva Abarth.
Frenos delanteros: discos ventilados
Frenos traseros: discos macizos
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica y endurecimiento variable con modo “Sport”
Neumáticos: Pirelli PZero Nero 205/40 ZR17 (sin rueda de auxilio, con kit reparador de pinchazos)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 210 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 7,6 segundos.
Consumo urbano: 11,2 l/100km
Consumo extraurbano: 6,9 l/100 km
Consumo medio: 8,1 l/100 km

MEDICIONES
Largo / ancho / alto: 3.657 mm / 1.627 mm / 1.485 mm
Distancia entre ejes: 2.300 mm
Peso en orden de marcha: 1.110 kg
Capacidad de baúl: 185 litros
Capacidad de combustible: 35 litros

EQUIPAMIENTO
Frenos ABS
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Airbag de rodillas para el conductor
Control de establidad (ESP)
Cuatro apoyacabezas
Cuatro cinturones de seguridad inerciales
Asistente al arranque en pendiente
Torque Transfer Control
Modo “Sport”
Suspensión deportiva
Butacas deportivas en cuero Abarth
Pedalera deportiva Abarth
Volante en cuero multifunción Abarth (regulable en altura)
Climatizador automático
Computadora de abordo
Dirección asistida eléctrica Dualdrive con modo Sport
Indicador de cambio de marchas
Manómetro del turbo
Equipo de audio Hi-Fi Premium con Radio/CD/MP3
Sistema Blue&Me con USB/Bluetooth y comandos por voz
Alerón sobre luneta
Doble salida de escape cromada Abarth
Stickers y emblemas Abarth
Faros de Xenón
Kit de frenos con pinzas rojas
Llantas de aleación Abarth de 17 pulgadas

OPCIONAL GRATUITO
Pintura bi-color

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