Si tuviera que definir cómo es el evento de presentación de un nuevo auto en la Argentina lo haría con tres palabras: periodismo, frivolidad y tedio.

La información que llega al público sobre las conferencias de prensa de presentación de un nuevo auto suele limitarse a los datos sobre el vehículo y las entrevistas con los directivos. Ese vendría a ser el costado periodístico del lanzamiento.

Pero estos eventos también suelen tener un costado frívolo, con números musicales, presencia de celebrities, degustaciones de platos variados y barras con bebidas de todos los colores.

Sin embargo, también tienen un costado tedioso: las largas esperas hasta que la presentación comienza. Por lo general, si una marca cita a la prensa a las 17, es porque nada interesante ocurrirá hasta las 18. O más. Es una especie de acomodamiento protocolar ante la incurable impuntualidad argentina.

Ese tiempo muerto suele sobrellevarse con charlas sobre bueyes perdidos entre colegas. En mayo pasado, una marca convocó a una conferencia de prensa a las 11 y, como sabíamos que nada ocurriría hasta el mediodía, nos pusimos a charlar con Carlos Sueldo y Luciano Salseduc, mientras devorábamos un brunch tardío, con ensalada de frutas, huevos revueltos y muffins de chocolate (no precisamente en ese orden).

Hablábamos sobre la posibilidad de hacer una segunda edición del #FastDrive del año pasado (ver notas). Fue un evento espectacular y muy divertido. Pero sucede que, en este año tan extraño para el mercado automotor, se siguen lanzando a la venta nuevos modelos, pero hay pocos deportivos disponibles para pruebas de prensa.

Estábamos lamentando eso cuando Sueldo comentó: “Ah, me olvidé de contarles. Mercedes-Benz me ofreció probar el Clase S. ¿Podríamos hacer algo con ese auto?”. Y Salseduc agregó: “La vez pasada le pedí a la gente de Toyota si me podían prestar uno de los Lexus que trajeron para los directivos. Se los dije en broma, pero me respondieron: ‘Podemos verlo’”

Así, entre migas de omelettes y chocolate chips nació el #TechDrive.

El S500 Largo es el auto más lujoso que Mercedes-Benz vende en la Argentina. Mide 5,25 metros, tiene un V8 de 4.7 litros con 455 caballos y esta versión con sólo cuatro plazas cuesta 410 mil dólares (ver nota de lanzamiento).

El Lexus LS600hL es tan exclusivo que ni siquiera está a la venta en el país. Forma parte del embarque que Toyota Argentina trajo el año pasado al país, como una forma de agasajar a los dueños de los concesionarios. Algunos de estos ejemplares, luego de un año de uso, ya están a la venta en el mercado de segunda mano (ver nota).

Pero este LS600hL no se vende. Mide 5,18 metros de largo y es híbrido: tiene un motor eléctrico y otro naftero (V8 5.0), que en combinación entregan 439 caballos de potencia.

Más allá de ser enormes, potentes y muy exclusivas, estas dos limousines cuentan con un anticipo de las innovaciones de confort, eficiencia y seguridad que algún día llegarán también a los vehículos más accesibles. Son una verdadera ventana hacia las tecnologías del futuro. Por eso lo llamamos #TechDrive.

Pero, por ahora, esas innovaciones en estos dos vehículos en particular las disfrutan sólo sus selectos pasajeros, que no son otros que algunos de los más altos directivos de ambas marcas. No por nada estuvimos a punto de llamar a este encuentro... #CEOsDrive, #CaposDrive o #JefazoDrive.

Es la clase de ideas que surgen cuando tenés mucho tiempo libre.

Y cuando mezclás huevos revueltos con chocolate a las 11 de la mañana.

La crítica completa se publicará la semana que viene.

C.C.

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En el garage de Autoblog: #TechDrive
Agradecimiento: Mercedes-Benz Argentina, Toyota Argentina y Parque Austral.

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