Los dos se fabrican en la Argentina. Los dos pertenecen al mismo segmento (C, el de los sedanes compactos). Los dos salieron a la venta con apenas un mes de diferencia. El Citroën C4 Lounge y el Ford Focus III son los dos lanzamientos más importantes de la industria automotriz argentina en el 2013.

Y Autoblog es el primer medio del país en enfrentarlos.

El C4 Lounge ya pasó por nuestras manos en las versiones 1.6 THP Tiptronic (leer crítica) y 1.6 HDi manual (leer crítica). El Focus, por ahora, sólo lo probamos en la versión 2.0 Powershift (leer crítica).

Son dos novedades tan flamantes que todavía se ven muy pocas unidades por las calles. Pero quienes estén a la búsqueda de un auto de este segmento y precio (entre 139 mil y 211 mil el Focus; entre 146 mil y 196 mil pesos el C4L), saben muy bien que no pueden tomar una decisión correcta sin haber al menos considerado por un segundo a estos dos modelos.

Esto no significa que estén solos en el mercado. Todo lo contrario. La pelea en el segmento de los compactos es una de las más reñidas de nuestro mercado. Además del Focus y el C4 Lounge allí están dando batalla los Chevrolet Cruze, Fiat Bravo, Honda Civic, Hyundai i30/Elantra, Peugeot 308/408, Renault Mégane/Fluence, Toyota Corolla y Volkswagen Vento.

Y ahí no termina todo. Para el año que viene está confirmado el arribo de los totalmente nuevos Golf (leer más) y Corolla (leer más). Además, la dupla Fluence/Megane y el Civic recibirán una actualización.

Pero volvamos al Focus III y al C4 Lounge. Estuvieron en el garage de Autoblog al mismo tiempo durante cuatro días y acá están las conclusiones.

Por fuera

Las dimensiones son similares, pero las propuestas de diseño no podrían ser más distintas. El C4 Lounge mide 4,62 metros de largo y tiene una distancia entre ejes de 2,71 metros. El Focus es un poco más corto, con 4,53 de largo y una batalla de 2,64.

Pero mientras el C4 apuesta a líneas más elegantes y redondeadas, el Focus se juega con trazos más afilados y deportivos. Eso se nota también hasta en la estética de las llantas. La causa de la diferencia se remonta al origen muy diferente de estos dos proyectos. Mientras el C4 Lounge nació como un auto pensado sólo para ser comercializado en Rusia, China y América Latina (no se vende en Europa), el Focus es un producto que ya se comercializa en casi todo el mundo, incluyendo al Viejo Continente y a Estados Unidos.

El Ford corre con la ventaja de la oferta de carrocerías, al renovar al mismo tiempo al Hatchback y al Sedán. En Citroën Argentina, en cambio, mantuvieron en producción el C4 Hatchback de primera generación, para evaluar la producción del C4 Hatchback II recién en función de los resultados comerciales del Lounge.

Por dentro

Acá también, los planteos son casi opuestos, aunque en los dos casos se advierte una fuerte apuesta al confort y la tecnología. En la plancha de instrumentos del C4, inspirada en el DS4, siguen las formas redondeadas y amables al tacto. En el Focus hay líneas más arriesgadas y muchísimos comandos en común con la nueva Kuga.

En materia de calidad de terminación el Citroën corre con ventaja. En Ford deberían prestar más atención a materiales ásperos al tacto, como el plástico que reviste el interior de las puertas y el relleno del aro del volante, con poca densidad.

Sin embargo, el terreno que el Focus pierde en acabados lo recupera con rapidez en la cantidad y calidad de información disponible para el conductor. Si en el Citroën ni siquiera hay un indicador de temperatura del motor, el instrumental del Ford es completísimo e incluye una computadora de abordo que se puede personalizar a gusto del conductor. En el C4, lo único personalizable es la iluminación del tablero.

En la consola central de las versiones más equipadas nos encontramos con dos pantallas multimedia. La del Citroën tiene siete pulgadas. La del Ford es de ocho y además es táctil. El C4 reúne ahí las funciones del navegador satelital, el audio y la cámara de retroceso. El Focus apabulla con un GPS tridimensional, audio, cámara, funciones del climatizador, funciones por voz y hasta el display para el sistema de estacionamiento automático.

Este último es un dispositivo practiquísimo y que hasta ahora era exclusivo de los autos importados. Detecta los espacios disponibles para estacionamiento y realiza la maniobra de manera automática. El conductor sólo tiene que ocuparse del acelerador y del freno.

La posición de manejo es muy buena en los dos casos, pero el Ford vuelve a sacar ventaja al ofrecer ajustes eléctricos en la versión Titanium.

En las plazas traseras se impone el Citroën, con mayor espacio para las piernas y un poco más de altura en el techo. Y también gana en la capacidad del baúl: 450 litros contra 421. Un dato curioso, los dos autos resignaron espacio de carga frente a los modelos que reemplazaron: el C4 Sedán tenía 500 litros y el Focus II Exe, 526.

El Focus castiga a quienes tengan la mala suerte de pinchar, con una rueda de auxilio más delgada, que no permite circular por encima de los 80 km/h. El C4 tiene un repuesto igual a las ruedas titulares.

Seguridad

En este rubro, las políticas de las dos marcas son casi calcadas. Las versiones de entrada a gama apenas cumplen con lo que exigirá la normativa 2014: doble airbag frontal y frenos ABS. También tienen anclajes Isofix.

Hay que pagar más para tener seis airbags, control de estabilidad y control de tracción. En las versiones más caras, el C4 Lounge es el único de su segmento en ofrecer alerta de ángulo muerto (una luz que se enciende dentro de los retrovisores externos, para alertar sobre la presencia de un vehículo al costado, que puede estar fuera de la visión del conductor) y el Focus también es el único en equipar alerta de pérdida de presión en los neumáticos.

Ninguno de los dos modelos fue sometido a las pruebas de choque de LatinNCAP.

¿O sí? Lo sabremos en noviembre, cuando se presente la próxima fase de crash tests organizados por la FIA.

Motores y transmisiones

Bien dicen que “en la variedad está el gusto” y en este rubro el C4 Lounge presenta el menú más completo: hay dos motorizaciones nafteras (2.0 16v de 143 y 1.6 THP de 163 cv) y una turbodiesel (1.6 HDi de 115 cv). Son mecánicas ya conocidas del anterior C4 y de otros modelos de Peugeot-Citroën, pero que logran conformar un mix variado. Tan sólo se extraña una versión con el 1.6 16v VTi de 115 caballos (sólo disponible en el C4 Hatchback), para lograr una oferta de entrada a gama más accesible.

Ford repasó por completo los motores del Focus II y les agregó distribución variable (el 1.6 16v trepó de 110 a 125 cv y el Duratec 2.0 16v pasó de 145 a 170 cv), pero dio de baja la versión turbodiesel. Con la excepción de la nueva EcoSport 1.5 TDCi, Ford Argentina decidió retirarse por completo del mercado de autos diesel. Hoy la marca tiene más chances de ofrecer un Focus ST (importado, con motor 2.0 Ecoboost de 250 cv) que una variante gasolera.

Las dos marcas castigan a los usuarios de cajas manuales con transmisiones de sólo 5 velocidades. Quienes busquen una sexta marcha deberán optar por las cajas automáticas (la Powershift de Ford es claramente superior a la Tiptronic de Citroën, por rapidez de respuesta y un comportamiento realmente deportivo en modo Sport).

Comportamiento

Es curioso: en el comportamiento dinámico había más diferencias entre el viejo C4 Sedán y el Focus II, que entre estos dos modelos que los reemplazaron. Bueno, tal vez no sea tan curioso. Es evidente que los ingenieros de las dos marcas trabajaron para lograr el mayor equilibrio posible para agradar a un espectro de público más amplio. Y, buscando el promedio,se acortaron las distancias.

En este sentido, el C4 Lounge tiene un desempeño dinámico más afinado que su antecesor, aunque en todo momento deja bien en claro que el foco está puesto en el confort. El Focus III perdió algo del tacto deportivo y divertido del Focus II –la dirección ya no es tan directa y exigente-, para proponer una conducción más relajada y cómoda.

Pero el Ford sigue teniendo un as en la manga que es insoslayable: la suspensión trasera multibrazos de serie en todas las versiones. Es un esquema más complejo y costoso de producir que el eje de torsión del Citroën, pero que hace valer su costo industrial extra con un comportamiento dinámico más equilibrado en curvas de alta velocidad y un andar mucho más cómodo en terrenos desparejos, sin rebotes ni asperezas.

Otra ventaja del Focus es el control de torque en curvas (TVC, disponible sólo en las versiones SE Plus y Titanium), que opera sobre las ruedas delanteras para mejorar la agilidad en curva. Lo que hace este sistema es ajustar la velocidad de giro de cada rueda para evitar subvirajes, con lo que mejora mucho la estabilidad, incluso acelerando en pleno apoyo de la curva.

En cuanto a los motores, la nueva distribución variable le hizo ganar al Focus una mejor respuesta, tanta en baja como en alta, pero no llega al desempeño del turbo del C4. Si bien el Citroën tiene 10 caballos de potencia menos, el THP hace la diferencia con el torque (240 Nm contra 202). El Ford, sin embargo, saca ventaja con la genial caja Powershift de doble embrague, que en modo Sport deja en evidencia la veteranía de la Tiptronic de Citroën y es la responsable de una leve ventaja en las prestaciones.

En velocidad máxima, el Focus 2.0 Powershift se impone al C4 1.6 THP Tiptronic por 218 km/h contra 201 (187 el HDi). En aceleración de 0 a 100 km/h empatan en 8,8 segundos (11,9 para el HDi). En consumos, el Focus se muestra más contenido, con un promedio de 8,9 litros cada 100 kilómetros contra 9,8 del C4 THP. El HDi brilla con una media de apenas 6 l/100km.

Conclusión

Por precio, dimensiones y prestaciones, el Focus III y el C4 Lounge apuntan a un mismo tipo de público, aunque con matices bien claros. Mientras el Citroën tiene un planteo más conservador y tradicional, el Ford intenta convertirse en la referencia del segmento en términos de tecnología. Como ya explicamos la semana pasada, a veces lo logra y a veces no.

En este frente a frente, el C4L se impone por variedad de motorizaciones, calidad de terminación y espacio interior. El Focus, en cambio, se destaca por ofrecer elementos exclusivos o muy raros en este segmento, como la suspensión multilink de serie, la caja automática de doble embrague, el sistema de estacionamiento automático, la pantalla táctil comandada por voz y el control de torque en curvas.

Es decir, las virtudes del Citroën son más racionales y tangibles, aunque esto implique presentarse como sólo un buen promedio del segmento. Los puntos que distinguen al Focus se perciben más con las sensaciones y buscan desmarcarse con claridad del resto de la competencia.

La mejor fusión de estos dos autos tendría el chasis y el equipamiento del Focus, con los motores y el espacio interior del Citroën.

En esta conclusión resulta inevitable mencionar que, con apenas un mes de diferencia, Citroën y Ford demostraron que la industria automotriz argentina tiene poco que envidiarle a sus rivales importados en el segmento compacto. En un momento donde el mercado está batiendo todos los records históricos de patentamientos, es bueno ver que algunas marcas reinvierten para ofrecer productos más modernos, eficientes, seguros y con mayor tecnología.

Por eso, el resultado final de esta contienda es casi anecdóctico.

Autoblog elige al Focus.

Pero, si no estás de acuerdo, tampoco te vas a equivocar.

Carlos Cristófalo
Fotos de Lola Tyrrell

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Citroën C4 Lounge 1.6 THP Tiptronic: Crítica, ficha técnica y equipamiento
Citroën C4 Lounge 1.6 HDi 5MT: Crítica, ficha técnica y equipamiento
* Ford Focus 2.0 Powershift: Crítica, ficha técnica y equipamiento

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Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
Doble orgullo argentino, en el garage de Autoblog.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
Pertenecen al mismo segmento, pero las propuestas de diseño son bien distintas.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El C4 Lounge ofrece un mayor espacio interior y una mejor calidad de terminación.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El Focus tiene ajuste eléctrico de la butaca del conductor en la versión Titanium.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El interior del C4 Lounge está inspirado en el DS4.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El Focus comparte numerosos componentes con la nueva Kuga.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El tablero del Citroën puede cambiar de color, pero tiene poca información.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El instrumental del Focus es el más completo.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
Cámara de retroceso con dibujos de proyección de trayectoria para el Citroën.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
Cámara con zoom (arriba a la izquierda) y estacionamiento automático para el Focus.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
El baúl del Citroën es más grande y tiene auxilio homogéneo. El Ford, no.

Frente a frente: Ford Focus III y Citroën C4 Lounge
En la opinión de Autoblog, se impone el Focus. Pero, si no estás de acuerdo, tampoco te vas a equivocar.

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