No hay dudas. La Range Rover Evoque es la SUV de moda en todo el planeta. Y no sólo por esnobismo –que la propia Land Rover se encargó de cultivar, al introducir la opinión de Victoria Beckham en el equipo de desarrollo-. También lo es por diseño, equipamiento, calidad y prestigio de marca.
La Evoque no es una Land Rover cualquiera. Es el primer intento de condensar todo el lujo y confort de una gran Range Rover en las dimensiones de una SUV compacta.
La Evoque se lanzó a la venta en la Argentina en diciembre del 2011, en abril del 2012 llegó la carrocería Coupé y el mes pasado se presentó la versión turbodiesel.
En este momento, en el garage de Autoblog hay una Evoque 2.0T 4WD Pure SE, con un precio de 75.900 dólares. Pero, según el equipamiento y la motorización, los valores pueden llegar hasta 106.900 dólares.
A pesar de que su precio es muy elevado, la Evoque también es todo un éxito en la Argentina: a fin de año se habrá patentado un total de más de 500 unidades.
Los primeros en adoptarla fueron los usuarios históricos de la marca, pero su diseño espectacular logró algo que Land Rover no conseguía hace mucho tiempo en la Argentina: llegar a nuevos clientes.
Muchas veces escuché decir que hacer un auto lindo no es más caro que hacer un auto feo. Se dice, por error, que el buen gusto no es un costo. El diseñador Luciano Cianni me contaba el otro día que un auto atractivo se aprecia a la distancia por las "horas de diseño que tiene encima".
Son largas jornadas de trabajo debatiendo y puliendo líneas, realizando ensayos y volviendo todo atrás si es necesario, para volver a empezar. Todo eso tiene un valor industrial enorme. Ni hablar de lo que cuesta el salario de un diseñador consagrado, en comparación con un pasante recién egresado.
Fabricar un auto bonito también es costoso. No es lo mismo producir un vehículo, con paneles de formas caprichosas, que armar un auto con cuatro chapas planas. Lo mismo va para los vidrios curvados y las ópticas de tecnología compleja.
Tal vez el buen gusto sea algo innato y gratuito. Pero, en la industria automotriz, un diseño atractivo sólo se puede lograr con el respaldo de una gran inversión.
Lo bueno de los productos como la Evoque es que demuestran que, muchas veces, semejante esfuerzo tiene su recompensa.
Hoy la planta de Halewood, en Inglaterra, no da abasto para satisfacer a la demanda mundial.
C.C.