Cuando llegó al Mercosur en el año 2000, el Renault Clio II fue presentado como el primer “auto chico de lujo” de nuestro mercado. Su diseño tenía muy pocas diferencias con respecto al modelo que por esos días se vendía en Europa, su equipamiento estaba un paso por delante de la competencia y el precio superior no hacía más que reforzar esa imagen de exclusividad.
Producido en la planta cordobesa de Santa Isabel desde marzo del 2000, el Clio II acompañó la evolución de su par europeo hasta el 2003, cuando el primer rediseño siguió en parte la evolución francesa, aunque comenzó a diferenciarse con cambios menores en el interior.
En 2007, cuando se presentó el segundo rediseño, ya hacía dos años que se conocía en Europa el Clio III. En ese entonces, los directivos de Renault Argentina descartaron toda posibilidad de fabricar el nuevo modelo en Córdoba, debido a sus “elevados costos de producción”.
Ya por esos años marchaba a todo vapor el proyecto de Carlos Ghosn: focalizar la estrategia de Renault en el mercado brasileño y ganar participación con vehículos de bajo costo procedentes de la familia Dacia, como los Logan, Sandero y Duster.
Cuando el Logan se lanzó a la venta en 2007, comenzó posicionándose como un modelo más caro que el Clio, pero un año después –ante el pobre arranque de las ventas- empezó a bajar su precio hasta ubicarse por debajo del Clio.
Este replanteo en la estrategia lo metió en un brete. El Clio II mantenía una buena imagen en la Argentina, pero su posicionamiento más costoso que el Logan no encontraba mercado en Brasil.
Así comenzó el proceso de abaratamiento del Clio, reduciendo elementos de confort, simplificando su interior y reduciendo la calidad de los materiales. Esta nueva estrategia se consolidó primero con la versión Campus y se coronó con el Clio Mío presentado el 30 de noviembre (ver nota de lanzamiento).
En este momento, en el garage de Autoblog hay un Clio Mío de tres puertas, con nivel de equipamiento Expression Pack I. Es la versión tope de la gama y se diferencia del resto por ser la única que cuenta con dirección asistida. Cuesta 64.800 pesos.
Más allá del enésimo restyling y de los paquetes de accesorios que publicita la marca (ver campaña), la gran novedad del Clio Mío es su replanteo comercial: el Clio dejó de ser el “chico de lujo” de Renault, para asumir sin tapujos su nueva condición “low-cost”.
¿La estrategia funcionará?
La crítica completa se publicará la semana que viene.
C.C.