Por Glauco Lucena
Fotos de Marcos Camargo

Aunque la nueva generación del Fiesta llegará en noviembre procedente de México, Ford todavía apuesta por el modelo antiguo para competir en el segmento de los sedanes chicos contra modelos como Volkswagen Voyage, Fiat Siena, Peugeot 207 Sedán y Renault Logan.

En común con este último, el Fiesta tiene el baúl que más seduce a los consumidores que precisan (mucho) espacio. Otra cosa que los une es el restyling que recibieron hace pocos meses. Por eso, aquí estan ellos, frente a frente, en un comparativo que se reveló extremadamente equilibrado, tanto en las cualidades como en las deficiencias.

Visualmente, los cambios hechos en el Fiesta llaman más la atención que en los que Renault promovió en el Logan. Pero el hecho es que los nuevos estilos dividen las opiniones. Con respecto al Fiesta, algunos creen que quedó más atrevido. Otros (y aquí me incluyo) juzgan que hubo cierta exageración en los cortes angulosos de los faros y la parrilla, también en los apliques de los faros, que recuerdan a un auto tuneado.

Como creo que el tuning y el buen gusto no siempre caminan por la misma senda, me surge cierta nostalgia por el primer Fiesta fabricado en Camaçari.

El Renault (de origen un Dacia, marca rumana controlada por los franceses) tenía un déficit de belleza inmenso en su versión anterior, que fue reducido con la actual configuración. Aún está lejos de arrancar suspiros, pero al menos la parte trasera no asusta tanto y el frente resulta un poco más simpático.

En la lucha por el espacio, el Fiesta lleva un poco más de equipaje en el baúl. Además de eso, tiene un interesante recurso en la tapa con sistemas pantográficos que no invaden el área de carga y que son sustentados con amortiguadores.

Las bisagras del Logan roban mucho espacio y su tapa es un peligro: si se abre con mucha fuerza, puede rebotar y golpear tu cabeza. Al fin de cuentas, y a pesar de parecer menor, el baúl del Fiesta es más voluminoso.

En compensación, el Logan se impone en el espacio de la cabina. Atrás, tres personas viajan confortablemente, lo que no ocurre en el Ford. Hasta el acceso a las butacas traseras es mejor en el Logan, que tiene puertas más grandes y con mayor ángulo de apertura.

La lucha fue más pareja en la pista de pruebas. El Logan con motor 1.6 8v de 90 caballos acelera mejor, pero el Fiesta con el motor 1.6 8v de 98 cv se recupera con mayor desenvoltura, gracias a una curva de torque más plana. El Renault retoma mejor en tercera y el Ford muestra una mayor disposición en cuarta y quinta.

Si el Logan frena mejor (aunque el Fiesta es el único que ofrece ABS en la versión EdgePlus), el Fiesta se lleva los premios en consumo, tanto en ciudad como en ruta.

El Fiesta tiene un conjunto mecánico más acertado, pero el Logan evolucionó en calidad de terminación y aislamiento acústico. Hoy es más silencioso que su rival. Además de eso, por tener trochas mayores y un menor centro de gravedad, ofrece un andar más agradable y se comporta con mayor aplomo en las curvas.

El nivel de equipamiento es bastante similar. Los dos traen de serie dirección asistida, pero el FiestaMax One más básico no ofrece aire acondicionado. Y eso que el Fiesta arranca en 57.080 pesos contra 53.200 pesos del Logan más económico. A su favor, la versión tope de gama del Fiesta ofrece volante regulable en altura y levantavidrios eléctricos traseros.

Por su desempeño dinámico y su precio honesto, el Logan se afirma como una opción más interesante para quien busca un sedán espacioso para cinco personas, y que no está muy preocupado por el status. Su relación costo-beneficio vence por lejos a su hermano de marca, el Symbol argentino, que es bastante más caro.

El FistaMax One se posiciona con un precio que lo aproxima demasiado a opciones más modernas e interesantes, principalmente el Voyage.

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Galería: Frente a frente: Renault Logan y Ford FiestaMax One

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