A fines del 2023, Toyota Argentina era una de las empresas más endeudadas de la Argentina. Como muchas compañías -en especial las automotrices- había creído en una promesa del entonces diputado, ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa: tomó deuda en dólares con el compromiso de que se devolverían en pesos, al tipo de cambio del Banco Central.

La historia es conocida: Massa nunca cumplió con esa promesa, perdió las elecciones y el nuevo gobierno de Javier Milei salió al rescate de las empresas endeudadas con el Bopreal, un bono creado especialmente para pagarle a proveedores en el exterior. A casi un año de aquella crisis y con la empresa todavía recuperándose -en Zárate persisten rumores sobre retiros voluntarios y recortes de producción-, el presidente de Toyota Argentina, Gustavo Salinas, concedió una entrevista al diario Clarín donde explicó cómo la casa matriz lo ayudó a resolver la situación.


Entrevista del diario Clarín a Gustavo Salinas

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Texto de Silvia Naishtat

Un primoroso jardín zen es solo un indicio de la cultura japonesa que respira la planta de Toyota en Zárate. Otro, la obsesión por la competitividad. La precisión parece ser la norma y en las métricas hasta se tiene en cuenta la cantidad de los pasos que puede dar un operario para buscar una pieza.

Todo va unido a la necesidad de seguir produciendo en el que fue un primer semestre extremadamente complicado, por la deuda por importaciones y las retenciones a la exportación de 4,5%.

De Zárate sale la Hilux la pick-up mediana más vendida de América Latina. En Argentina es líder del segmento desde hace 18 años con un rol muy importante en el agro, en la minería y el petróleo. Ya lleva 2.000.000 de unidades producidas desde 1997. El 80% se exporta. Pero también el mundo se les puso difícil y dan pelea con China que muerde el 25% del mercado peruano y chileno, además de hacer pie en Argentina.

En Zárate no pararon de producir y reconocen un fuerte respaldo desde Japón. Gustavo Salinas, su presidente en el país, dice que solo sabe dos palabras en Japonés: gracias y disculpas.

“Gracias es por el apoyo y la comprensión de esta empresa que es la mayor automotriz del mundo. Y disculpas por los sinsabores de las crisis argentinas”, le cuenta a Clarín. Salinas, cree que ya se tocó el piso. “Comenzó a recuperarse a partir de mayo. Agosto ya fue superior en el interanual agosto de 2023”.

Salinas, 58 años y licenciado en Administración de Empresas de la UBA ingresó a Toyota cuando el proyecto era aún un sueño. Corría 1996, la planta arrancó recién en el dramático 2002.

“Me acuerdo que un economista le preguntó al presidente de Toyota, que era japonés, cómo Toyota tomaba esa decisión en semejante crisis. La respuesta fue que en la cultura milenaria de Japón, no se pierde la perspectiva de la potencialidad de Latinoamérica y la Argentina. Y esa lógica de inversión, de saber mirar la coyuntura pero no perder de vista la mirada de mediano y de largo plazo, es clave en el proceso de decisiones”, dice.

Salinas señala que 2023 finalizó con un nivel de endeudamiento muy grande y “eso nos generó un inicio de 2024 muy complejo”. Toyota cuenta con 8.200 empleados. Y fabrica en tres turnos durante las 24 horas del día.

La deuda del conjunto de la industria automotriz llegó a US$ 8.000 millones y Toyota representa el 35% de la producción en la Argentina, el 45% de la exportación. El problema de la deuda, originada en importaciones impagas por el cepo, se esparce a proveedores locales que importaban partes que no podían pagar y proveedores internacionales con compromisos hacia afuera.

En ese marco continuaron operando. “Nuestra prioridad era continuar en conjunto con todos los proveedores, con mucha comunicación hacia el exterior, tratando de mostrar hacia qué camino de normalización iba Argentina”

-¿Cómo los apoyó la casa matriz?

-La primera medida que tomó el gobierno nuevo para empezar a ordenar la deuda del sector privado fue el Bopreal. Y fuimos la primera empresa con un orden de magnitud muy importante que suscribió el Bopreal para normalizar. Nosotros somos generadores de dólares, exportamos el 80% y esos dólares que generamos no los pudimos utilizar para pagar nuestra propia deuda. La Casa Matriz entendió que no podíamos cumplir nuestros compromisos en el exterior, confió en el Bopreal como un elemento de reestructuración de esa deuda

-¿Cómo se enfrentan con China?

-Con un desafío constante de mejora de competitividad, porque competimos con Tailandia que puede suministrar nuestros vehículos a cualquier destino de Latinoamérica, con lo cual la competitividad es no solo a nivel impositivo de costos, es en términos de calidad y de servicio también. La amenaza de la competitividad de costos de Asia y de Tailandia es permanente. Cuando pensamos que hemos logrado un objetivo, nos dicen: “ahora pudimos reducir otro costo porque cambiamos un proceso”. El avance de las marcas chinas a distintas regiones , con una política muy agresiva de productos y sobre todo de precio, es otro agregado a ese desafío de competitividad que tenemos que lograr en la exportación. Hablamos de optimización de costos permanentes.

-¿En qué consiste?

-Hay que entender que cada una de las cosas que hacemos por más chiquita que sea tiene impacto. Se trabaja sobre lo que se puede controlar. Al contexto de la Argentina hay que entenderlo y adecuarse. Nuestro sistema de producción, el Toyota Production System, nació en lo que era la operación de planta y diferenció a Toyota dada la optimización permanente de todos los procesos en detalles que parecen menores. Eso se aplica en cualquier operación para revisar en términos de tiempo, de recursos, de capital invertido, se pueden optimizar trabajando y analizándolo en el detalle para que sea cada vez más eficiente. Y bajo esa lógica revisamos procesos comerciales, administrativos, de finanzas para hacerlos absolutamente eficientes. Y lo hemos expandido fuera de Toyota. Son actividades que compartimos con YPF, Fundación Favaloro, Hospital Italiano y el Hospital de Baradero.

-¿Cómo termina el año?

-Deberían sentar las bases y en algún momento debería llegar la finalización del cepo, eliminar impuestos distorsivos para un 2025 con una recuperación más fuerte. Estamos con un nivel de participación de mercado importante, casi 22%. Uno de cada cuatro vehículos que se venden en la Argentina es un Toyota. Y en nuestras ventas al exterior, comenzamos el año con muchas dificultades en Colombia, Perú, Ecuador y Chile. Ellos también tuvieron problemas la desaceleración de la economía china: les impactó en una disminución de la actividad por la caída de precios de sus exportaciones. Brasil crece y compensa.

-¿Analizan el RIGI?

-Sí y vinculado a nuevas tecnologías como la electrificación. Es una herramienta muy importante por la de previsibilidad en el largo plazo. Es condición necesaria, pero no sé si es suficiente hasta ahora para poder terminar de generar todas las inversiones que se podrían realmente desarrollar. Creo las señales del sistema político van a ser muy importantes para que finalmente la inversión fuerte venga a la Argentina, que es lo que realmente va a potenciar la recuperación de la economía.

-¿Dónde asigna la Casa Matriz sus recursos?

-En los mercados que lógicamente vea mayor potencialidad. Si nosotros no ponemos Latinoamérica o la Argentina en una condición óptima para recibir más inversiones, en un instante la perdemos con otras operaciones. Hoy ese es uno de los desafíos más grandes que tenemos. Acabamos, sin embargo, de empezar a producir el Hiace el tercer modelo de Toyota. otra gran muestra de respaldo de Japón. Es una Van tipo furgón con caja cerrada para carga y otra es una Van para transporte de 14-15 pasajeros. Invertimos US$ 50 millones.

S.N.

Fuente: Clarín

Toyota / Gustavo Salinas

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