Un par de años antes de que Franco Colapinto naciera, Gaston Mazzacane corría su último Gran Prix de Fórmula con Prost-Ferrari. En ese momento ninguno de los dos imaginábamos que pasarían 23 años para volver a ver a un argentino en la máxima categoría del automovilismo.

En mi caso, por haberlo vivido en el pasado cuando me tocó acompañar tanto a Gastón como a Esteban Tuero, pude experimentar junto a ellos la dificultad y todos los sacrificios personales necesarios solo para soñar que un día estará la chance de llegar a la Fórmula 1.

Para darles un claro ejemplo: en la NBA participan unos 600 basquetbolistas. En la Fórmula 1 solo 20, de los cuales se renuevan uno o dos por año, como máximo. Es decir, cualquier de nosotros tiene más chances de jugar en la NBA que de correr en la F-1.

Si es realmente difícil llegar, es doblemente difícil mantenerse. Por eso, debemos dejar el exitismo que nos caracteriza (somos latinos) y  ser pacientes. Franco va a tener días buenos y malos. Va a tener que pagar el "derecho de piso", que en la Fórmula 1 no es "barato". Pero les aseguro que Colapinto tiene la fortaleza de carácter y se ve el talento a primera vista. Por eso, el equipo Williams decidió tomar el riesgo e iniciar esta nueva aventura con tan pocos kilómetros de ensayos.

Ahora, los argentinos tenemos que trabajar bien juntos: Franco desde los mandos del Williams y nosotros sabiendo acompañar. Bienvenido, Franco: a la selecta lista de 23 argentinos que llegaron a la Fórmula 1.

E.R.

* El autor fue manager de Esteban Tuero y Gastón Mazzacane en la Fórmula 1. Es asesor de pilotos y organizador de competencias de automovilismo.

Galería: Eduardo Ramírez


ADEMÁS

En el Twitter de @Motor1Argentina

 
 

formula 1, franco colapinto

Enviá tu noticia a novedades@motor1.com