Desde hace décadas, en la Argentina gran parte del parque automotor se adquiere a través de los llamados "Planes de Ahorro": se trata de un conjunto de personas ("Grupo") que pone dinero todos los meses para la compra de vehículos que se distribuirán a lo largo de la duración de este grupo. Por lo general, la duración es de 10 años. Un "plan de ahorro" es justamente eso: un "mecanismo de ahorro".

La doctrina y jurisprudencia, de manera pacífica, ha señalado a este “negocio” como aquél que se lleva a cabo mediante “contratos conexos”. ¿Qué quiere decir? Básicamente, que hay varias partes que se vinculan con el consumidor-cliente. Por un lado, la sociedad que administra dicho plan. Por el otro, la sociedad que lo comercializa (el concesionario) y por último la terminal automotriz que entrega las unidades a pedido de la administradora.

Todo este “mejunje” de relaciones jurídicas -siempre con el afán de vender más y más autos- ha producido a lo largo de los últimos años una serie de complicaciones, engaños, trampas u ocultamientos al consumidor-cliente que (sumado a la constante inestabilidad económica y financiera del país) hizo que conviertan en un cóctel explosivo: un cóctel que, a nuestro juicio, siempre perjudica de forma directa o indirecta al consumidor.

A simple viste, parece fácil: el consumidor pone plata todos los meses, gana la licitación o resulta beneficiario de una adjudicación directa, paga de nuevo y se lleva la unidad. Pero nunca (o casi nunca) es así de simple.

Veamos acá algunas de las “trampas” más ingeniosas que se utilizan para que el consumidor “entre” al Plan.


1. “No pagás sobreprecio, pagás el precio de lista”

FALSO. Al consumidor lo que le importa es el valor final de la cuota. No han faltado personas que bajo este lema entraron en un plan, pero al ver el desglose de la cuota, observaron que en realidad están pagando el valor del precio de lista más otro 15% de “gastos”. Si bien las sociedades están obligadas a informar todo lo que compone la cuota, no lo hacen. En la cuota el consumidor está pagando la cuota pura, impuesto a los sellos, seguro de vida, gastos administrativos, etcétera. Todo lo cual eleva considerablemente su valor.


2. “El precio es fijo, no se mueve mucho”

RECONTRA FALSO E ILEGAL. El precio de la unidad que el consumidor va a adquirir se mueve todo el tiempo –para arriba, naturalmente- y es una de las razones principales por las cuales la gente deja de pagar estos Planes: la sociedad administradora aumenta el precio móvil de la unidad cómo y cuándo quiere. Siempre pone al consumidor entre "la espada y la pared": "O pagás esto o te vas del Grupo y perdés la plata" (en realidad, la recuperás, pero cuando termina el grupo en 7 años). En los últimos años ha habido numerosas medidas cautelares (sobre todo en el interior del país), que ponen un freno a estos aumentos excesivos. Dada la calidad de “juez y parte” con la que se manejan los Planes de ahorro: no tienen ningún tipo de control sobre cuánto y cómo deben subir los precios. Lo hacen a su antojo. Esto, dado que el cliente lo que debe no son cuotas, sino el valor del auto, por lo que a medida que va cambiando, va modificándose el valor de la cuota.


3. “Pedí el modelo base y después haces el cambio de modelo”

ENGAÑOSO. Esto es muy común en los vendedores de planes, pero oculta un gran engaño: que lo hacen simplemente para luego -cuando se gana la licitación- el lan tenga un plazo adicional de 60 o 50 días, dependiendo del contrato, para entregar la unidad. Es decir, deberían informarle al cliente que tiene la facultad para ejercer dicha opción, pero que de hacerlo, la unidad recién se la van a entregar, teóricamente, a los 120/135 días y no en 50/60.


4. “En 45 o 60 días a más tardar te entregan la unidad”

ENGAÑOSO. En general, las empresas de planes de ahorro no cumplen con los plazos que prometen. Los vendedores, que en su gran mayoría poseen comisiones por venta o por objetivos, acuden a este tipo de promesas para atraer al consumidor a la suscripción de un plan. Si se demoran en la entrega de la unidad, es importante que al momento de retirar el consumidor firme en disconformidad, para luego hacer valer sus derechos en sede judicial. Todas las empresas tienen alguna demora. Pero, específicamente, el Grupo Stellantis, quien tiene a su cargo o controla a las sociedades FCA SA de Ahorro (Fiat, Jeep, Chrysler) y Círculo de Inversores SA (Peugeot, Citroen) es quien más demoras presenta en la entrega de unidades. FCA y Círculo poseen una cantidad inusual de demandas judiciales para que entreguen las unidades a las que sus clientes adquirieron y les paguen la multa que por contrato le corresponde a los clientes. Existen casos en Jeep, por ejemplo, con hasta 11 meses de demora en la entrega, es decir: once meses adicionales a la fecha en la que deberían haber entregado la camioneta. Existen muchas personas perjudicadas, y las empresas tampoco se hacen cargo en sede judicial sino que buscan caminos legales para tratar de evitar indemnizar a los consumidores. Otra empresa que también presenta serios inconvenientes con demoras en las entregas es Volkswagen Plan de Ahorro. A diferencia de FCA y Círculo, reconocen sus errores y generalmente le dan una respuesta al cliente a efectos de no llegar a una instancia judicial. Y, finalmente, otra empresa que no tenía problemas pero que últimamente está demorando bastante en las entregas de unidades más allá del plazo pactado es Toyota Plan. Eso sí: cuando el consumidor reclama la multa o inicia una mediación, al instante aparece la unidad para patentar y le pagan la multa sin mayores trámites burocráticos.


5. “Cuando licitás, licitás por el total”

FALSO. Al momento de licitar, la gran mayoría de las empresas no deja licitar más allá del 70% del valor móvil de la unidad. Ese número tampoco es redondo, ya que de ese dinero existe un porcentaje que se aplica a "gastos". En consecuencia, el consumidor piensa que pagó todo, y entre que le comunican que salió adjudicado, firman los papeles, etcétera, pasaron 30 días. En ese plazo, el valor móvil de la unidad subió (de nuevo, sube cuándo y cómo la empresa quiere), entonces tiene que seguir pagando diferencias de precios. Esto que se comenta resultó un tanto caótico en el mes de diciembre de 2023, cuando se devaluó el peso argentino y los automotores subieron entre un 40% y un 50% en pocos días. Los sistemas estaban “casualmente” caídos esos días, los cupones no se podían pagar, etcétera. Todo con el evidente fin de “no quedarse cortos”.


6. “No se paga la multa por demora en la entrega, porque hubo razones de fuerza mayor”

FALSO. Todos los contratos de Plan de Ahorro tienen una cláusula especial en la cual se estipula que, si la sociedad administradora se excede del plazo legal que ella misma impuso para entregar la unidad, debe pagarle al consumidor una multa contractual (generalmente, interesés a tasa activa del Banco de la Nación Argentina). Mas seguidamente, dicha cláusula establece que no se abonará la multa en caso de que haya caso fortuito o fuerza mayor. Y éste es el "caballito de batalla" (sobre todo de las empresas FCA y Círculo) para no pagarle al consumidor lo que por derecho le corresponde: "Si las unidades son importadas y el Gobierno no permite importar, entonces es imposible cumplir". Debe destacarse que ese argumento no es sólido y funciona como excusa para no afrontar sus obligaciones: las restricciones a las importaciones siempre estuvieron presentes en nuestro país y se continuaron vendiendo planes de ahorro sin advertir dicha situación al consumidor. Es más, todo lo contrario: se le oculta esta supuesta barrera. El consumidor tiene que esperar pacientemente, ingeniárselas, andar a pie o en transporte público, cercenar aspectos trascendentales de su vida por no haber recibido lo que pagó. Y, para colmo, luego la empresa de plan de ahorro no se responsabiliza por esa situación. Para evitar este tipo de atropellos, es de vital importancia que los consumidores hagan sus reclamos y sigan hasta las últimas consecuencias para hacer valer sus derechos.


7.- “Los gastos de patentamiento son un 12% del valor de la unidad”

FALSO. Las concesionarias suelen cobrar gastos excesivamente onerosos e irracionales para los trámites de patentamiento y flete. Cabe destacar que la mayoría de los contratos de plan de ahorro estipulan que los gastos a cobrar deben ser “razonables y veraces". Es decir, que si al consumidor pretenden cobrarle más de un millón de pesos por formularios y legalizaciones, dichos gastos deben estar totalmente documentados y con factura. De lo contrario, son precios sumamente inflados para sacarle dinero al consumidor que está apurado por retirar la unidad. Para eso, es importante chequear en la web del Registro Automotor local cuál es el costo de todos los formularios, inscripciones, etcétera, como para tener elementos para reclamar a la concesionaria. Otro dato importante: si el consumidor elige patentar el rodado él mismo, se va a estar ahorrando un buen porcentaje, dado que los honorarios por gestoría deben quitarlos. Es un trámite sumamente sencillo y que está al alcance de cualquiera.

D.P.

Contacto: d.proietti@estudioproietti.com

Advertencia: Motor1 Argentina no recomienda la compra de autos por planes de ahorro (leer nota).


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