Las empresas autopartistas, que son las principales proveedoras de las fábricas de autos en la Argentina, se declararon hoy en "estado de emergencia" por la deuda en dólares que acumulan con el exterior. En un comunicado difundido esta mañana por la asociación que las agrupa (AFAC), se estima que las 95 principales empresas del sector acumulan una deuda de 1.000 millones de dólares.
Esta deuda se acumuló en el último año por el bloqueo para el acceso a las divisas dispuesto por el actual gobierno de Alberto Fernández y su ministro de Economía, Segio Massa. Sin embargo, en el comunicado de hoy, AFAC evita mencionarlos. La omisión que cometieron los empresarios ante quienes los llevaron a esta crisis se mantiene a pesar de que admiten que esto provocó una "situación de emergencia", que podría derivar en un "quebranto".
AFAC pidió "colaborar con las nuevas autoridades" para solucionar este problema, en alusión al presidente electo Javier Milei, quien asumirá el cargo el próximo domingo. A diferencia de las terminales automotrices, que acumularon una deuda también millonaria con sus casas matrices, la principal deuda de las empresas autopartistas es con sus proveedores de insumos en el exterior, quienes comenzaron a cortar el suministro de componentes ante la falta de pago.
Este corte en la cadena de proveedores es una de las causas de las constantes paradas de planta en las fábricas de autos y piezas en la Argentina, que inspiró el pedido de ayuda publicado esta semana por las trece terminales de Adefa (ver nota).
Tanto las autopartistas como las terminales automotrices se endeudaron en dólares en el exterior al confiar en una promesa de Fernández y Massa: los dos funcionarios les habían asegurado que les entregarían dólares al "tipo de cambio oficial" para cubrir esos pagos en el exterior (ver informe de Abeceb). Al perder las elecciones, la promesa de esos dos funcionarios no se cumplió y ahora le piden ayuda a Milei.
El comunicado de prensa de AFAC, donde se describe la situación del sector autopartista argentino se publica acá abajo.
C.C.
Comunicado de prensa de AFAC
“La deuda comercial del sector autopartista pone en riesgo a toda la cadena de abastecimiento”
La acumulación de deuda comercial con proveedores de bienes y servicios del exterior que se ha originado por la imposibilidad de realizar pagos de importaciones, está provocando una situación por demás crítica sobre la actividad autopartista.
De acuerdo a un reciente relevamiento, unas 95 empresas autopartistas tienen al 30/11/2023 un stock de deuda de 585 millones de dólares. Dicha cifra corresponde a la suma de 523 millones de dólares por deuda comercial de bienes y 62 millones por deuda de servicios. Esta deuda se ha incrementado un 57% en relación al 31/12/2022, permitiendo inferir que la deuda total del sector autopartista se acerca a los 1.000 millones
de dólares.
Los bloqueos recurrentes para poder efectivizar pagos al exterior han generado una fuerte tensión con los proveedores externos por no poder dar cumplimiento a las diversas fechas autorizadas y pospuestas reiteradamente. La acumulación de la deuda comercial ha provocado diversas paradas de líneas, grandísimas ineficiencias, sobrecostos y una grandísima incertidumbre.
No sólo es un hecho la interrupción productiva de varios integrantes de la cadena de valor, incluso proveedores de materias primas e insumos básicos, sino que la situación actual ha llevado a un estado de precariedad absoluta a toda la actividad. En efecto, no hay capacidad de reacción a la demanda de las terminales para producir vehículos; hay una oferta insuficiente para el mercado de reposición y hay exportadores que están bajo serio riesgo de perder clientes obtenidos luego de años de generar confianza.
Requiere una mención específica el riesgo de sostenibilidad que se genera sobre gran parte de los proveedores que han cobrado por parte de las terminales la incidencia de los insumos importados al tipo de cambio oficial, sin saber ni cuándo ni cuánto se podrá cumplir con los compromisos externos. Ello les genera un descalce financiero y económico con el consiguiente riesgo de quebranto, lo cual demanda una solución sectorial integral, coherente y realista.
La regularización de los pagos al exterior es recién el comienzo del proceso de normalización productiva, ya que los diversos orígenes de los insumos pueden requerir tiempos logísticos de más de 60 días.
La urgencia de la situación genera graves implicancias sobre las empresas autopartistas, mayoría pymes, y los 50 mil empleos directos. Por lo expuesto, se considera indispensable:
-Establecer un esquema de pagos que permita recuperar a la brevedad la previsibilidad y certidumbre en las relaciones comerciales con los proveedores de insumos productivos del exterior.
-Definir un canal rápido para dar solución a las situaciones más graves de paradas de planta y líneas de producción.
Estamos frente a una situación de emergencia en la que todos los eslabones productivos, empresariales y laborales, deberemos colaborar con las nuevas autoridades y actuar con gran responsabilidad, diligencia y visión de conjunto.