Desde la integración de las automotrices Fiat y Chrysler, que permitió el nacimiento del Grupo FCA en 2009, siempre escuchamos decir que Jeep era la "gallina de los huevos de oro" de esa nueva empresa. Y, en cierto modo, los Jeep Renegade y Compass fueron los  grandes responsables del rápido crecimiento global de este grupo creado por el recordado Sergio Marchionne (leer obituario).

Además, a lo largo del tiempo, Jeep también fue una importante fuente de beneficios para FCA, debido a su fuerte posicionamiento en el rentable segmento de las SUVs, que se encuentra en franco crecimiento en todo el mundo (leer análisis).

En 2012, en la fase inicial de esta integración con Fiat, Jeep representaba el 17% de las ventas mundiales del Grupo FCA. Por aquel entonces, la marca había vendido 702 mil unidades en ese año. El auge del mercado de las SUVs en todo el mundo impulsó las ventas de Jeep hasta las 1.05 millones de unidades dos años después y llegó hasta 1.26 millones de unidades en 2015. El crecimiento continuó hasta un máximo de 1.57 millones de unidades en 2018, cuando las ventas de la marca supusieron un tercio del volumen global del Grupo FCA.


Pronósticos fallidos

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En junio de 2018, un mes antes de su muerte, Sergio Marchionne afirmó que Jeep duplicaría sus ventas para el año 2022. Mike Manley, entonces CEO de la marca, indicó que para ese año, uno de cada doce SUVs vendidos a nivel global sería un Jeep. El objetivo de ventas rondaría los 2.8 millones de unidades. Sin embargo, el pronóstico de Marchionne y Manley no se cumplió: el año pasado, Jeep vendió 1.11 millones de vehículos.

Entre 2018 y el año pasado ocurrieron muchas cosas inesperadas: retrasos en el lanzamiento de sus productos (2019), la pandemia del Covid-19 (2020), problemas en la cadena de suministros y la fusión con PSA (2021) y el auge de los vehículos 100% eléctricos (2022). Además, cinco de los seis nuevos productos cuyo lanzamiento estaba previsto entre 2018 y 2022 llegaron recién después de enero de 2021. No es todo: Jeep apenas alcanzó a lanzar uno de los tres modelos eléctricos que había prometido.


Ventas en mínimos desde 2014

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Los 1.11 millones de unidades vendidas por Jeep el año pasado fueron el nivel más bajo desde 2014, y el volumen bajó un 13% frente a 2021. Fue incluso inferior al total registrado durante la pandemia de 2020, con 1.23 millones de vehículos. La mayor parte de la razón está relacionada con la línea de producto.

El año pasado, gran parte de las operaciones de Jeep en América del Norte dependían de una gama envejecida (Cherokee presentada en 2013, Renegade en 2014, Compass en 2016 y Wrangler en 2017) y del cambio de generación con la nueva Grand Cherokee (ver fotos).

Además, Jeep -como fabricante de SUVs- es una de las muchas víctimas en América del Norte de la creciente popularidad del Tesla Model Y. Estos factores explican la caída del 11% registrada por Jeep en Estados Unidos y Canadá el año pasado. Son dos mercados que representaban el 67% de su volumen global.

Latinoamérica, su segundo mercado más importante, registró un descenso moderado del 6%, ya que la caída del veterano Jeep Renegade fue contenida de alguna manera por la llegada del nuevo Jeep Commander. Por desgracia, en Europa no hubo ningún Commander que compensara las caídas de dos dígitos registradas por el Renegade (-23%) y el Compass (-16%), que siguen luchando contra rivales más modernos.


La estrategia electrificada

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Si Jeep quiere volver a brillar en mercados como América del Norte y Europa, necesita que el Grupo Stellantis introduzca productos nuevos y atractivos en su gama, muchos de los cuales deberían ser 100% eléctricos. Y, si quiere recuperar el impulso en Latinoamérica, necesita renovar con urgencia su gama de productos más populares.

Dado que la demanda mundial de SUVs parece estar tocando techo (ver motivos), los fabricantes de automóviles que quieran mantener un papel importante en este segmento deberán lanzar soluciones más modernas, eficientes y electrificadas.

Hace cinco años, todo el mundo quería una SUV. Hoy, todo el mundo parece seguir queriendo una SUV, pero muchos consumidores viven en regiones donde se sienten obligados a conducir modelos electrificados. Se lo imponen las normativas gubernamentales. Es la clave del éxito mundial del Tesla Model Y (ver estadísticas).

Como marca fabricante de SUVs, Jeep podría asumir el liderazgo -al menos en Occidente- y convertirse en un referente en el segmentos las SUVs eléctrificadas. El desafío es preservar el ADN de la marca -que tanto valoró Marchionne en su momento- y lograr que se conviertan con rapidez en productos de gran aceptación global. ¿Lo conseguirá?

* El autor es especialista en la industria del automóvil en JATO Dynamics.

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