La mesa dispuesta para el almuerzo tenía un armado estratégico: en el mejor rincón del bar La Biela, sede histórica y cómplice de esta movida, además de punto neurálgico de este encuentro ya legendario. El propósito fue juntar, hombro con hombro, a quienes tenemos la responsabilidad de comunicar, con aquellos que gestionan el Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina (organizador y autoridad FIVA), y a aquellos artesanos y mecánicos que mantienen saludables a los verdaderos protagonistas de estos milagros que se producen todos los años; un parque de alrededor de cincuenta vehículos, con más de cien años de edad.

Mirá qué incentivo. Estar reunidos en la esquina más fierrera de Buenos Aires al lado de dos veteranos, un Anasagasti (primer automóvil de marca y producción nacional fabricado en serie) y un Fiat de 1914, ambos en estado impecable, implantados sobre la misma esquina del bar. Dos embajadores de lujo que anunciaron la realización del Gran Premio Recoleta-Tigre 2023 (ver programa abajo) para las jornadas del sábado 13: Parque cerrado y exhibición de vehículos, entre las 12 y las 17 horas; y domingo 14 de mayo, raid hasta Tigre con paradas intermedias, comenzando el programa desde las 8:00hs, con largada a las 9:30hs. Ahí mismo, volviendo el tiempo atrás.

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La manera más económica de hacer regresar el tiempo será darse una vueltita por Recoleta el sábado 13 y el domingo 14 de mayo. 

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Lo que veas y escuches te va a llevar hacia atrás, a más de un siglo de distancia

Esta es la primera carrera de ruta abierta celebrada en SudAmérica, la cual se disputó el 9 de diciembre de 1906 (tener en cuenta que su organizador, el Automóvil Club Argentino se fundó en 1904).  El recordado periodista Alfredo Parga reseñaba en su libro Cien años de automovilismo argentino: La primera etapa comenzaba a mitad de camino entre Recoleta y Tigre y tenía una longitud de 19,1 kms. Por alguna razón no demasiado conocida las autoridades de la carrera declararon un empate entre el Darracq de 20 Hp conducido por De Santis y el Spyker de 23/32Hp conducido por su propietario Daniel MacKinley. La segunda etapa y posiblemente la más importante incluía el regreso a Recoleta. Era sponsoreada por un diario muy importante de la época y se llamó "Copa El País". En este caso el ganador indiscutido fue otro Darracq de 40HP conducido por Marín, quién tardó 28.3 minutos en recorrer los 38.2 km. de carrera, el ganador fue merecedor de una gran copa de plata y 500 pesos argentinos.

Habrá bandas militares, habrá autos a vapor (y se menciona un eléctrico que está siendo validado por la comisión evaluadora del Club) El domingo se viste de época para encarar el tour hacia el Museo de Arte de Tigre, lugar de destino y de celebración en el epílogo. Son unos pocos kilómetros y unas horas; que se estiran en tiempo gracias a que estos autos no pasan desapercibidos. De más está decir que si podés darte una vuelta no vas a salir defraudado. Venite con niños o jóvenes, aquellos que nunca vieron algo así. Tomen fotos, pregunten, y sobre todo vean y escuchen lo que estas máquinas, y quienes las mantienen vivas, te van a decir. Están más que dispuestos; es el día en que salen y cuentan dónde y cuándo fueron fabricados, quienes los usaban cómo se vestían, cómo se operaban.

Más bronce que en una cuadra de Buenos Aires

Si de materiales de construcción hablamos, esta anécdota bien pinta el choque de épocas: Este cronista estaba tomando fotos del Fiat, cuando se acercó un pibe (Su slang me hizo imposible determinar su origen) Alcancé a distinguir, luego que le hice repetir la pregunta tres veces, qué deseaba saber. -¡Ehameo!, ¿es de oroeseauto?- Ahí comprendí su asombro: nunca en su vida había visto tanto dorado en un lateral de un vehículo. Le contesté como profesor que ese color respondía a un material llamado bronce, y luego pensé que ese niño tampoco había visto en sus escasos diez años tanto bronce. En ese Fiat había más bronce que en los picaportes, porteros eléctricos, buzones y placas de dentistas que se pueden contar en los frentes de viviendas de una cuadra.

El almuerzo fue monotemático. Pasó de los motores diesel dos tiempos a cajas de cambio con diente recto, a radiadores o a determinar cuándo se originó el bar La Biela. Apelando a la memoria o a la Wiki, se fue hilvanando una línea de tiempo algo imprecisa, pero que puso a prueba a todos los que allí nos juntamos. A los postres el presidente del Club nos refirió algunos pormenores de esta edición 2023 que promete ser épica; como siempre resulta ser.

Motor1 estará allí el sábado 13 y el domingo 14 para llevarles las notas de color y el registro de una jornada histórica.

ARCHIVO PARA DESCARGAR: Programa del Gran Premio Recoleta-Tigre 2023
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El Anasagasti pertenece al CAC y ha sido recarrozado y restaurado. Nave insignia de la Recoleta-Tigre

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Palancas y faros de carburo. Todo en bronce. Nunca verás tanto dorado en un automóvil.

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Antes de ponerlos en marcha hay que hacerles mimos. Cebarlos, darles presión y unas vueltas de manivela.

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El conducirlos revive todo un ritual de tareas que requieren habilidad y timming para que el auto se encienda y ruede. Charly Wamsley, miembro del Club de Autos Clásicos fue el encargado de poner en movimiento al Anasagasti.

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El Anasagasti salió de su lugar de exhibición y rodó unos pocos metros.

Los suficientes como para que el tiempo se detenga
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Volverá a la pista muy pronto, como Auto 1 de la Recoleta-Tigre 2023.

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Aunque esta vez regresó a su hogar de guarda en bandeja

Galería: Se viene la Recoleta-Tigre 2023

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