Desde Alta Gracia (Córdoba) - De manera sorpresiva para muchos, la industria automotriz regional parece haber encontrado una nueva y lucrativa unidad de negocios: fabricar autos de carrera para clientes particulares. Las fábricas que picaron en punta fueron Toyota Argentina (con el Corolla TCR hecho en Zárate, leer más) y Stellantis Argentina (con el Peugeot 208 Rally4 producido en El Palomar, leer más).
El motivo de este auge, al menos en la Argentina, está impulsado por dos fenómenos: la pasión local por el automovilismo (con una tradición histórica innegable) y las dificultades aduaneras para importar vehículos de competición de última generación (una cuestión más reciente).
Sin embargo, al cubrirse con rapidez las reservas para las primeras unidades de estos autos fabricados en Argentina, otras empresas comenzaron a prestar atención a este negocio, que sin dudas es lucrativo, pero que también contribuye a la construcción de imagen de las marcas en un entorno asociado con la tecnología, la velocidad, la competencia y el ansiado triunfo, todo con el aura innegable de la épica deportiva (todo esto sin hablar de que cada auto se vende por 148 mil euros): es el "sueño húmedo" de cualquier director de Ventas y Marketing.
En ese contexto, durante la primera carrera del año del campeonato TCR South America, que se disputa este fin de semana en el Autódromo Cabalén, Federico Punteri, presidente de TCR South America, reveló que hay otras fábricas en el Mercosur interesadas en sumarse a esta categoría como constructores: "Estamos en conversaciones con una empresa de Uruguay, que está interesada en fabricar y homologar autos para la categoría", reveló Punteri.
-¿Se puede saber cuál sería esa empresa?, preguntó Motor1 Argentina, en conferencia de prensa.
-No, por ahora no podemos decir mucho más, respondió Punteri.
Los nombres en danza

Los uruguayos Enrique Maglione y Juan Manuel Casella ya corren en el TCR auspiciados por Car One, la empresa del argentino Manuel Antelo.
Uruguay tiene una extensa tradición en la fabricación de autos de carrera, pero siempre fue una actividad casera y amateur, de unidad por unidad. El TCR demanda una estructura industrial más profesional, con pocas unidades anuales, pero con una producción seriada y que debe cumplir las normas de homologación de la categoría.
La única fábrica de Uruguay que cuenta con una estructura de ese tipo es Nordex, la planta industrial que el empresario argentino Manuel Antelo tiene en las afueras de Montevideo. En esa fábrica produce modelos como las vans Peugeot Expert, Citroën Jumpy y Ford Transit, que llegan a la Argentina. "Car One", la red de concesionarios de Antelo, ya tiene presencia en el TCR: es el principal sponsor de los pilotos uruguayos Enrique Maglione y Juan Manuel Casella (que hoy corren con los Honda Civic Type-R del cordobés Sebastián Martino, leer más).
¿Pero cuál sería la marca que podría sumarse al TCR y con producción en Uruguay? Ahí es donde vuelve a sonar el nombre de Antelo. El argentino es representante oficial en ese país de las marcas Renault, Nissan, JMC, Changan e Iveco. Entre todas esas, el nombre de Nissan es el que suena más fuerte.
Para competir en el TCR, la categoría obliga a participar con autos derivados del Segmento C (compacto). Pueden ser sedanes o hatchbacks. ¿Habrá un Nissan Sentra uruguayo en el TCR? Todavía es muy pronto para saberlo. La noticia es que las terminales automotrices del Mercosur parecen haber redescubierto el interés por las carreras de autos. No sólo construyen imagen de marca. También ganan dinero vendiendo autos, repuestos y servicio de postventa para los clientes más premium: los gentlemen-drivers que tienen como hobby las carreras de autos.
C.C.

Mariano Colombo presentó la temporada 2023 del TCR South America. Justo a la derecha, Federico Punteri. El presidente de TCR South America reveló el interés de Uruguay en sumarse como constructor de la categoría.
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