Por Guido Tonelli.

Por la vendetta. La preparación fue la correcta. Un grupo de jugadores en Imola y el otro en Monza. Un mix de juveniles y experimentados para limpiar el orgullo, el honor y la desazón de la Nazionale, tras el fracaso en esa cerradísima final del Mundial de Autos 2018 contra Alemania.

Por supuesto que durante el proceso hubo cambios de nombres pero no así de idea: como una de las cunas del automovilismo, con todo lo que eso implica, la Azzurra tiene jugadores ligeros, potentes y cada vez más eficientes y aeróbicos. Por eso mantuvimos el 3-4-3: una defensa bien plantada y consolidada, con nuevo arquero, un mediocampo con sangre fresca y una delantera galáctica. Así quedó la lista de buena fe.

El nuevo cancerbero es el Alfa Romeo Tonale (saber más), un flamante SUV y el primero híbrido de Alfa. Si bien no es una cualidad excluyente, este DT decidió trocar el Levante (menos elástico) por un arquero con más reflejos y recuperación de energía. Ah, nota de color: tiene un hermano nacionalizado estadounidense (el Dodge Hornet).

La línea de tres se mantiene, pero hubo cambios sustanciales. Los “falsos” laterales también los pone Alfa Romeo con los Stelvio y Giulia. Stelvio repite convocatoria por dos virtudes muy marcadas: experiencia y versatilidad por su porte crossover, con presencia y marca,  pero en caso de ser necesario también puede cubrirle la espalda al 8 cuando se proyecte. Y Giulia es la gran apuesta: la bandera de la renovación, la berlina tapada, la gran oportunidad. Al bonito sedán le llegó la convocatoria a la mayor después de varios años de buenos resultados. Debido a sus años ocupará un rol más de central que de proyección, pero la versión Quadrifoglio le permitirá, eventualmente, tomar la lanza, llegar hasta la línea final y tirar centros al área; tiene la libertad y criterio para usarla. Esa posición la ocupaba antes el Lamborghini Urus (saber más), que ahora se corrió a “la cueva” porque ¿hay algo más atemorizante que un toro defendiendo? El brutal SUV es el último bastión a superar antes de llegar al arco italiano y tiene presencia, velocidad de anticipo, y toda la experiencia del 2018. Blindaje total.

El mediocampo es un poco más equilibrado y, aunque no descolla en nombres, tampoco lo hacía Croacia y terminó finalista en Rusia ‘18. Atentos porque hay sudamericanos que defenderán la camiseta tana al estilo de un Jorginho o un Camoranessi. Cronos –nuestro Cronos– (saber más), se pondrá la azzurra y oficiará de doble cinco con el histórico Panda. Con sobrada experiencia pese a su corta edad, el sedán cordobés aportará sacrificio y ganará roce internacional. Del Panda no hay mucho que decir: es una institución en la península y el favorito de los tifosi. Por los laterales, otra conocida, la Fiat Toro (leer crítica), con su capacidad de traslado, autonomía y empuje. El Maserati MC20 completa el mediocampo como volante ofensivo, tomando la posta del GranTurismo, para sumar sangre nueva manteniendo virtudes y jerarquía.

Y arriba, la crema de la crema, el orgullo de Vittorio Emanuele, la envidia del imperio austríaco: tres superdelanteros que acumulan una parva de ruedas de oro. El 9 emblema sigue siendo el Pagani Huayra (saber más) –otro con genes argentinos– que ni hace falta que hablemos de sus virtudes. Por afuera, dos que no le envidian nada: la Ferrari SF90 (saber más), híbrida enchufable, que reemplaza a la LaFerrari (aplauso medalla y beso para la ex integrante del plantel) y el Lamborghini Aventador, otro con mucha experiencia que seguirá representando a la Nazionale. Y como seguro es su último mundial, lleva la cinta de capitán.

Así, con esta galaxia de nombres, el principal objetivo ya está fijado: llegar a EE.UU./Canada 2026 como campeón mundial.


Los jugadores.
El equipo italiano.
La "data".

El Capitán

Hijo del Murcielago, nieto del Diablo, bisnieto del Countach, tataranieto del Miura... Ese, para empezar, es el linaje del Lamborghini Aventador. ¿Alcanza para ser el capitán de un equipo que incluye Ferraris, Maseratis y Alfa Romeos, que tienen ascendencias parecidas en términos de prestigio? Bueno, no es solo por eso. Está, fundamentalmente, el tema de la experiencia. En un mundo donde casi ningún modelo o generación se mantiene más de 5 o 6 años (solo hay que ver lo poco que dura cada modelo de Ferrari), el Aventador carga desde 2011 con más de 11 temporadas en su haber. En todo ese tiempo se ha modificado, claro, y ha aumentado su potencia y performance para no perderle pisada a sus rivales. Pero lo que no ha cambiado es el impacto que produce en propietatarios, rivales, y ocasionales espectadores, porque sigue siendo uno de los autos más espectaculares y rápidos del mundo.

Hoy el Aventador está disfrutando de sus últimos años de vida y merece un reconocimiento a tan ilustre carrera. Por todo esto lleva la banda de capitán de la Azzurra, por más que a alguna que otra Ferrari le pese tener que ceder ese lugar de protagonismo.

G.T.

El capitán de Italia: Lamborghini Aventador.
PORTADA

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