Por Guido Tonelli

Pocas nueces. Desde hace por lo menos 20 años, cuando fue sede en 2002, Corea llega a los mundiales entre bombos y platillos. Que el escudo con el tigre, que los uniformes vibrantes que le confecciona la marca de la pipa, más una industria automotriz que descolla en calidad, diseño y funcionalidad.

Este año la federación me honró nuevamente con la confección de la lista de buena fe, sobre una base de jugadores muy nutrida y heterogénea. La idea fue respetar una filosofía de juego y algunos históricos, porque lo importante es tener un vestuario en orden.

En estos cuatro años la explosión de la Kia Carnival (leer crítica) hizo que finalmente le robe el puesto a la Hyundai H1 (leer crítica), eterna guardiana de los tres palos coreanos. Uno de los cambios más significativos se dio en la defensa, donde pasamos la escoba y retocamos esquema: dicen que la defensa gana campeonatos y por eso salimos con 4 en el fondo.

Por el lateral derecho va el Hyundai HB20 (saber más), uno de esos brasileños nacionalizados que abundan en otras selecciones. Es ágil, con buen ida y vuelta y mucho volumen; y los genes brasileños aportan algo de jogo bonito. El lateral izquierdo lo reclamó el Kia K3 –Cerato para los amigos–, un auto que no te va a dejar a gamba, cumple y tiene un perfil bajo como todo 3 que se precie de serlo. Y bueno, claro, el hecho de que se llame K3 le queda pintado. En el centro de la defensa juega el eléctrico Kia EV6, que se pone esa misma camiseta, y es cultor de una marca silenciosa pero con un sprint rapidísimo para anticipar. Para sumar jerarquía y experiencia, al lado juega con el SsangYong Korando, una vieja gloria de los 90 que hará las veces de la Bruja Verón en Sudáfrica “apadrinando” a Messi o, en este caso, a la jóven estrella eléctrica.

En el medio habrá novedades, no solo en cómo se pararán los guerreros Taeguk, sino también en cuanto a los nombres. Por derecha, el Samsung QM6 (a.k.a. Renault Koleos) le cede su lugar a la Hyundai Staria (leer crítica). La idea es que no tenga tanto recorrido sino más bien le haga lugar al 5 para que pueda jugar, trasladar y llenar de gente el mediocampo. Y la dirigencia cree que por su look histriónico y futurista puede aumentar la venta de camisetas entre el público joven. Por izquierda del mediocampo, la SsangYong Musso –ahora devenida en pickup– es el otro anclaje nostálgico y aporta algo de experiencia y tradición, aunque a eso le suma la versatilidad de una caja para poder cargarse el partido si las cosas se ponen complicadas. El círculo central le pertenece al Genesis G70, con las cualidades que tiene que tener un 5: elegante, con oficio, presencia y ligereza para resolver y hacer jugar.

En Rusia el Ioniq (leer crítica) hizo su debut muy tímidamente y por eso a Hyundai se le pidió un “10” más picante y con mayor personalidad, pero sin perder las bondades de un eléctrico. La respuesta fue el Ioniq5, cuyo guardabarros derecho esta tatuado íntegramente con la cocarda de “Auto del Año” acompañado del año en números romanos: MMXXII (2022), ¡belleza, nene!

Arriba, el faro, la punta, el ícono y el yerno ideal, sigue siendo el Kia Stinger, que repite mundial y posición. Qué poco le cuesta llevarse todos los flashes. La vieja fórmula del sedán deportivo con tracción trasera sigue dando resultado, y la experiencia es bien valorada en este plantel de caras nuevas. Por eso también lleva el brazalete de capitán. Y justamente hablando de caras nuevas, la tarea de asistir al Stinger será del Hyundai Veloster N (leer crítica) un hatchback asimétrico y extravagante, pero muy picante. Como marcan los libros: un delantero tanque y un mediapunta ligero, asistidor y con gol.

Con este equipo, Corea sigue creciendo y evolucionando. Pero esta vez el eterno candidato potencial quiere demostrar en Qatar que puede sentarse en la mesa chica de las grandes potencias automotrices.


Los jugadores.
El equipo coreano.
La "data".

El Capitán

Un buen tiempo antes de que naciera la marca premium Genesis, el Kia Stinger dio el paso adelante para medirse con lo más selecto de marcas europeas y japonesas. Nunca antes un auto coreano había intentado jugar globalmente en la liga de sedanes deportivos con tracción trasera, que era patrimonio exclusivo de Mercedes, BMW, Audi o en todo caso Lexus. Y lo hizo con muchísima dignidad, tanto por diseño –firmado por el enorme Peter Schryer–, como por performance y calidad.

Hoy se producen en Corea varios modelos más novedosos, más llamativos, más tecnológicos, de los que todo el mundo habla. Algunos están en el equipo, como el Kia EV6, o su “primo” el Hyundai Ioniq5, que están pasando por un gran momento. Pero probablemente no saldrían a la cancha con tanta confianza y entusiasmo, si el el Stinger no hubese abierto el camino. Porque es cierto que no fue un boom de ventas, pero dejó claro que Corea estaba para competir por los primeros puestos en el mundo de los autos. Por eso el Stinger es un antes y un después en la industria automotriz coreana y merece llevar la cinta de capitán en este Mundial.

G.T.

El capitán de Corea: Kia Stinger.
PORTADA

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