Fiat nos prestó una Toro por varios meses para que todo el equipo de Motor1 realice una prueba de larga duración (ver notas) y la despedida fue en la pista del Autódromo (ver nota). La Torito salió indemne, pero sufrió una pinchadura y también el uso en distintas superficies. Por eso, antes de devolverla, pasamos por un centro de servicio Goodyear para hacerle alineación y balanceo.
El punto elegido fue el nuevo local de NF Neumáticos que acaba de inaugurar en Martínez, Zona Norte de Buenos Aires. Cualquier cercanía con mi casa es pura casualidad. Nos recibieron muy amablemente en un ambiente limpio y prolijo. En ese momento estaban trabajando también con un VW Gol de primera generación, una Ford Ranger último modelo y un Mustang.
Estacionamos la Toro para comenzar con el balanceo. Buscamos la tuerca de seguridad, comenzó el desarme y luego fue el turno de pasar por la máquina marca Hunter, importada de Estados Unidos. Esta cuenta con la particularidad de tener un rodillo que asimila el asfalto y le mete presión al neumático para que no tenga ninguna deformación. Un láser marcó exactamente dónde ubicar el plomo y los gramos necesarios. La rotación se hizo de forma paralela no cruzada y antes de volver a colocarlas le pasaron WD40 a los tornillos para que sea más fácil sacarla en una próxima ocasión.
Luego fue el turno de alinearla. Antes de moverla, colocaron una protección al volante para resguardarlo de grasa o suciedad. No hubo problema para subirla al elevador (Maquin Parts) ya que tiene una capacidad de carga de 5.500 kilos. Primero se ubicó la Toro en el lugar indicado y la computadora automáticamente detectó el modelo avisando en la pantalla los datos de fábrica y la diferencia respecto de los valores actuales para hacer una alineación correcta. El tiempo que tardó el proceso fue de 15 minutos.
En cada rueda los expertos Goodyear colocaron sensores que se conectaron con la máquina principal (también marca Hunter). Estaba realmente desalineada y no me voy a hacer cargo de eso. Primero fue el turno del tren trasero. A medida que iban ajustando y acomodando, la pantalla marcaba la evolución del proceso y también el punto necesario para dejarla perfecta. Luego fue el turno del delantero. Todos los ajustes de la corredera del chasis se realizaron de forma manual. El tiempo que tardó el proceso fue 20 minutos.
Antes de irnos, nos dieron dos hojas impresas con todo el detalle del trabajo que se realizó. Nos recomendaron realizar este proceso cada 10.000 kilómetros. Ahora sí: con la Toro lavada, alineada, balanceada, con el último service al día, vuelve a la casa de Fiat como corresponde. ¡Hasta luego, Torito!
O.C.
Arrancamos en balanceo. Y aprovechamos para rotar los neumáticos.
Pistola neumática con torquímetro para aflojar y para ajustar.
Los neumáticos deben rodar en un solo sentido, por lo cual la rotación se hace de atrás-adelante y no cruzada.
La banda de rodamiento de la máquina de balanceo no solo gira si no que también ejerce presión buscando defectos.
Pantalla táctil para el operador.
Los pesos para el balanceo esperando su turno.
Soy de la época que el gomero usaba una tiza y marcaba a ojo. Hoy: láser para saber dónde va cada plomo.
Todo el proceso demoró unos 15 minutos.
Por el recorrido de la suspensión, no es fácil dejar en el aire las ruedas traseras de la Toro.
"Nuestra" Toro.
Antes de volver a colocar la rueda, un poco del mágico WD40.
Repaso final de las tuercas con llave cruz.
Protección para el volante y nos vamos a alinear.
La máquina soporta hasta 5.500 kilos.
El seteo de sensores lleva un buen rato.
Sensores listos y alineación de fábrica de la Toro cargado en el sistema.
Cada "pantalla" se conecta con los sensores y transmite la alineación de cada rueda.
Todo listo. A alinear.
Cada color rojo signifca algo que está mal en la Toro.
Llaves y conocimiento. Las dos cosas necesarias para una buena alineación.
Fin. Gracias NF Neumáticos y Goodyear por el trabajo.