Después de dos años de haber estado suspendida por la pandemia, Autoclásica volvió a celebrarse este fin de semana extra largo en el Hipódromo de San Isidro, donde la mejor exposición de autos de Argentina celebró una de sus mejores ediciones.
En Motor1 Argentina ya publicamos toda la información con nuestra guía completa (ver acá), nuestros “10 Imperdibles” (ver acá), el “Best of Show” (ver acá) y las fotos de todos los autos ganadores de esta edición (ver acá).
Ayer lunes, día de cierre, fue una jornada más tranquila: sin tanto amontonamiento de público ni eventos programados. Fue el día de la celebración, donde en cada stand se repitió un ritual: la puesta en marcha de los motores al unísono, para celebrar con mucho ruido de cilindros y escapes el fin de cinco días intensos.
Muchas veces, cuando se sugiere una mejora en la exposición, se sugiere ver más autos en movimiento y no tanto en exhibición estática. La recordada “Pista Dinámica” que se inauguró en 2014, sólo tuvo continuidad en un par de ediciones y después se canceló.
Por eso, la única oportunidad de ver a los vehículos en movimiento -todos juntos y mezclados- ocurre sólo al cierre del último día: en el “After de Autoclásica”. Sucede a última hora de la tarde, cuando los propietarios de los autos exhibidos comienzan a retirar sus unidades y encaran por el Boulevard de los Plátanos (y sus benditas pelusas) hacia la salida de la Avenida Márquez.
Es un desfile tranquilo y a muy baja velocidad, donde no falta algún motor que se ahoga y genera un pequeño embotellamiento de clásicos. El punto más festivo del “After” ocurre siempre sobre el último tramo del boulevard, donde este año estaba el Homenaje a Oreste Berta (ver nota aparte), el stand del Mustang Club of Argentina y el sector de Muscle-Cars, liderado por el equipo de Luis Zschocke.
Fue en ese sector, donde abundan los cilindros y el cubicaje generoso, donde se generó la parte más divertida del After. El público le pedía a los desfilantes que aceleraran sus motores, que abrieran sus techos plegables y se premiaba a los más osados con una genuina ovación.
En el video de acá abajo se puede ver un resumen del “After” de ayer. Si al final de las imágenes se aprecia un poco de “bardo”, es necesario realizar una aclaración: este “After” se celebra con el mayor respeto por autos y participantes. La gran mayoría de los espectadores son coleccionistas y saben el tiempo, cariño y dinero que cada uno pone en su vehículo.
Por eso, se ovaciona de manera democrática a todos: desde una Ferrari 250 GT Lusso de tres millones de dólares hasta un Aston Martin DB6 (al grito de "¡Bond, Bond!"), sin olvidar a una entrañable Citroën Berlingo de auxilio mecánico: “¡Aguante el HDi!”
El “After” no es ni más ni menos que un momento de relax y celebración. La fiesta de cierre de la exposición favorita de todos nosotros: Autoclásica.
C.C.
VIDEO: El After de Autoclásica 2022