El Grupo Volkswagen despidió a Herbert Diess quien dejó de ser el CEO de la compañía tres años antes de la finalización de su contrato. El ex ejecutivo de BMW asumió cuando el fabricante de automóviles alemán estaba en crisis, bajo la presión de realizar cambios drásticos en la estrategia y la cultura y con el objetivo de hacer por otro lado un gran recorte presupuestario y de personal. Las causas de su destitución están explicadas en esta nota.

El cambio de timón se dio en un momento clave para una de las marcas del Grupo: antes de la salida de Porsche a la bolsa. A pocos días de haber asumido, la noticia ya es oficial. Entre finales de septiembre y principios de octubre de 2022, las acciones de la marca cotizarán, salvo circunstancias imprevistas, en la Bolsa de Valores de Frankfurt. Monica Secondino, colega de Motor1, realizó el siguiente informe que se reproduce a continuación.


Es cierto que el momento es un poco sorprendente; probablemente hubiera sido mejor esperar a un período más favorable, pero en los mercados todo sigue siendo relativo. Pero el momento no podría haber sido mejor ya que las familias Porsche y Piëch, los sindicatos y el Estado federado de Baja Sajonia (que posee el 20% de los derechos de voto del Grupo Volkswagen) han llegado a un acuerdo. Una coyuntura astral perfecta y una oportunidad que no se puede desaprovechar, aunque los mercados no ayuden.

Todo en la familia

Actualmente, Porsche es propiedad al 100% del Grupo Volkswagen, que a su vez está controlado por el holding Porsche Se, la caja fuerte de las familias Porsche y Piech, que posee la mayoría absoluta de los derechos de voto (alrededor del 54%). Con la salida a bolsa, las familias, a través del holding, adquirirán el 25% más una acción de Porsche, con una prima del 7,5%, conservando la mayoría absoluta de los derechos de voto.

Ingo Speich, responsable de sostenibilidad y gobierno corporativo de Deka Investment, explicó que la estructura de cotización de Porsche “sirve sobre todo para garantizar que la familia siga siendo el principal accionista”. La familia quiere seguir llevando las riendas. La misma que recientemente contribuyó a la "salida" de Herbert Diess, CEO desde 2018 que jugó un papel crucial para sacar al grupo del escándalo del dieselgate. Después de su partida, Oliver Blume, ex director ejecutivo de Porsche, fue llamado para dirigir la empresa. Un doble papel detrás del cual algunos inversores podrían ver un potencial conflicto de intereses, en particular de cara a la cotización.

Según una encuesta realizada por Bernestein Research a fines de julio, 71 personas creían que el doble rol de Oliver Blume tuvo un impacto negativo en la salida a bolsa de Porsche. A juzgar por los resultados financieros de Porsche, cuyo beneficio operativo aumentó un 22 % en el primer semestre del año, y por las ventas de sus modelos icónicos, no parece que los consumidores se vean afectados negativamente por el reciente cambio de dirección. Quién sabe si los inversores tendrán una sensación diferente.

Otros inversores en el horizonte

Hasta ahora la respuesta ha sido muy positiva. Parece que ya se ha medido el interés de otros inversores y que Qatar Investment Authority (el fondo soberano del país del Golfo, que ya tiene una participación en la compañía) ha declarado su intención de adquirir el 4,99% de las acciones preferentes de Porsche, convirtiéndose en un inversor clave.

También están interesados ​​varios multimillonarios como Dietrich Mateschitz (fundador de Red Bull) y Bernard Arnault, presidente de LVMH (Louis Vuitton Moet Hennessy), el cuarto hombre más rico del mundo con una fortuna estimada en alrededor de $132 mil millones.

Y es precisamente Bernard Arnault quien da la señal para una nueva reflexión: tras la salida a Bolsa, Porsche aspirará a calificar como marca de lujo (como LVMH o Richemont), como logró Ferrari, o se quedará en el sector de la automoción, la máxima expresión de deportividad y tecnología Made in Germany? La decisión de cotizar, por el momento, solo en Frankfurt, sugiere la segunda solución.

Una operación histórica

Mientras tanto, el valor estimado de la salida a bolsa es de entre 60.000 y 85.000 millones de euros y, en este último caso, sería la mayor salida a bolsa de Alemania y la mayor de Europa desde 1999, cuando Enel cotizaba por encima de los 17.000 millones de dólares. Todavía no se han desvelado algunos elementos importantes, como el precio de la colocación, pero se trata de una operación bastante compleja que aportará varios miles de millones a las arcas del grupo Volkswagen.

Este dinero es necesario para la transición a la conducción eléctrica y autónoma, que luego permitirá financiar las enormes inversiones requeridas. Los empleados también recibirán una bonificación de 2000 euros. Oliver Blume, por su parte, dijo: "Creemos que la cotización abre un nuevo capítulo, con más independencia, para uno de los fabricantes de autos deportivos más exitosos del mundo" y, agregó, "tendremos la oportunidad de continuar desarrollando con éxito nuestra estrategia". Una estrategia que prevé vender ocho de cada diez coches eléctricos para 2030.

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