¿QUÉ FUE?: Auto chico y extremadamente popular, diseñado y planeado antes de la Segunda Guerra para dar motorización masiva con bajo costo, simpleza (progenitores de la brillantez) y la capacidad de circular confortablemente por caminos rurales y en mal estado. “La rana” llegó a la Argentina en 1958 proveniente de Francia y Bélgica. En nuestro país se fabricó entre 1960 y 1980 con el paso de 2CV a 3CV, para luego volver con cambio de marca hasta 1990.
MECÁNICA: Tuvo muchas variantes de motores de dos cilindros horizontales refrigerados por aire y un sonido muy característico. Entre 1960 y 61 usó un 425 cc. con 12,5 caballos de origen francés. En 1962 empieza el de producción nacional y al año siguiente sube la potencia a 14 hp. En 1966 cambia de motor, con misma capacidad pero 18 hp y ese mismo año comienza a ofrecerse la versión con embrague centrífugo. En 1969 aparece el 3CV con el 602 cc. De 32 hp acompañado por una caja de cambios nueva basada en la del AMI6 francés. Podés ver la historia más detallada acá.
LO MÁS: Un auto genial que con poco recurso y mucho ingenio puso sobre ruedas a millones de personas alrededor del mundo y en Argentina (ver nota "Tres 3CV argentinos repetirán la travesía de André Citroën por el Sahara"). Tuvo versiones de trabajo, incluyendo una pick-up argentina (ver nota), techo que se abría, e inclusive siguió evolucionando con la incorporación de portón trasero (antes no incluía a la luneta) algo exclusivo de Sudamérica que apareció en 1973 con el Citroën 3CV Prestige. Queda todo otro capítulo para las suspensiones (abajo hay algunas fotos).
LO MENOS: Obviamente, la contracara de tanta simpleza es que los 2CV/3CV resultaban espartanos in extremis, incluyendo potencia. En el auto se notaba que el proyecto había nacido bastante atrás en el pasado. Si tuviste uno sumá tu experiencia en los comentarios. Los autos con embrague centrífugo no arrancaban empujados si “se quedaban”.
CONTEXTO: Era el auto de la familia de Mafalda (ver nota), eso explica claramente que el 2CV/3CV es un auto que motorizó a familias en Argentina y caló tan hondo que trascendió la movilidad entrando a la cultura mundial. Finalmente, el modelo logró sobrevivir a la marca en Argentina cuando en 1983 Eduardo Sal Lari retomó la producción con el IES 3CV.
OPINIÓN: Decían que si aprendías a manejar con un 2CV/3CV podías manejar cualquier cosa, especialmente en ruta donde la baja aceleración y velocidad final te obligaban a ser paciente y calcular muy bien antes de un sobrepaso. No lo puse en lo menos porque quizás alguien si lo quería, pero recuerdo que de niño no entendía la selectora de cambios. Hoy, y después de décadas de innovaciones y vehículos de alta tecnología, la tercera generación del C3 abandona el legado estético del modelo, pero parece retomar el espíritu popular de la marca (ver nota), el tiempo dirá qué tal resulta esta apuesta.



