Los que son lectores desde hace un tiempo de Motor1 Argentina, o de su versión anterior llamada Autoblog, ya estarán cansados de leer sobre mi fanatismo con Jeep. Mi primer auto propio fue un Willys, pero el amor ya estaba de antes. Ya como crítico, probé el Jeep Wrangler JL Sahara (ver nota), el Jeep Compass 2.0 Turbodiesel Limited Plus 4WD AT9 (leer review), el Jeep Wrangler Rubicon (ver crítica), el Jeep Gladiator (leer nota), y el flamante Jeep Commander (leer crítica). O sea, no había nadie más parcial ni fan que yo para mandar a ser parte del séptimo encuentro del Club "Fanáticos del Jeep IKA" en Villa Gesell. Y porque soy el único que ama el frío en la redacción.
Empezamos por una cena de bienvenida donde conocimos al equipo de la organización: Norberto Lema (periodista, conductor de Driving Argentina, y máximo responsable del Club), Sofía Cammarata (Instructora de off road y fundadora de Mujeres Todo Terreno), y Diego Abal (especialista en conducción y seguridad vial). Ellos tres serían los máximos responsables de cada cosa que acontecería de allí en adelante.
A la mañana siguiente nos dirigimos al Off Road Park que Jeep posee hace muchos años sobre la ruta 11 entre Cariló y Villa Gesell. Allí Sofía nos dio una charla de bienvenida y las instrucciones y tips para portarnos bien durante las travesías.
No era fácil dar esa charla. Afuera, estacionados, había todo tipo de modelos de Jeep IKA ya sea con motor original, con 6 cilindros de Falcon y hasta un V8 a carburador de la Ranger americana, una Estanciera, dos Daihatsu 4x4 totalmente diferentes, una Grand Cherokee TD de los 90s, una Chevrolet S10 4x4 2022, una flamante Nissan Frontier con el restyling 2022 y una Ford Bronco Wildtrak 2022, la cual nos prestó gentilmente la gente del óvalo para hacer la cobertura. Esta variedad de marcas y modelos hacía que no todos tuvieran las mismas prestaciones ni los mismos elementos mecánicos. Alta, baja, cubos mágicos, bloqueo de diferencial, ABS, ESP, etc, no había uniformidad con lo cual la charla fue muy específica para cada tipo de vehículo.
Nos acomodamos en caravana y arrancamos. El primer paseo fue breve, unos 20 minutos, por un sendero entre médanos que son parte del predio del Off Road Park. Sí, no sólo son las construcciones que se ven desde la ruta, el parque de la marca de Stellantis tiene 14 hectáreas y la mayoría son en los médanos hasta salir al mar.
No hubo mayores inconvenientes en el recorrido, más allá de alguna cargada entre "jeeperos" porque a uno le costó más que a otro subir una pendiente o por alguna patinada demás al traccionar. Nos reagrupamos, salimos del predio y volvimos a entrar a unos 500 metros, por el acceso al circuito del Enduro del Verano. Esa zona está liberada en esta época y varios motociclistas van a divertirse un rato.
Tomando precauciones para no cruzarnos ni molestar a las motos y cuatris que estaban andando, recorrimos una larga zona de médanos de mediana dificultad hasta llegar a un sector plano donde nos reagrupamos y nos acomodamos para una foto. De un lado los Jeeps, del otro lado los "extranjeros". Quise gritar "discriminación" pero había mucho viento para que me escuchen.
En ese lugar me encontré con un viejo conocido: Gabriel Chiodi, más conocido como Sargento Sanders. Esta vez me costó reconocerlo ya que no vino con su Jeep Willy M38A1 Anfibio de 1962 con el que participó en el último Supermarket Run (ver nota), si no con la Grand Cherokee Turbodiesel que mencionamos antes. Charlamos un rato y me mostró algunos detalles de su vehículo de origen austríaco de la época en que existía esa empresa llamada Daimler-Chrysler.
Al rato partimos desde allí y, por la playa, volvimos a Gesell para almorzar en los food trucks que funcionan en el playón de la vieja terminal de ómnibus. Un descanso y a la ruta de nuevo. Por las calles internas llegamos hasta Mar Azul y de allí a la playa una vez más. Un primer tramo de arena bastante suelta y después el piso se fue afirmando.
La orden era ir en caravana hasta la entrada a la Reserva Natural del Faro Querandí. Este lugar ya funciona como reserva hace más de 10 años y últimamente se han puesto más exigentes en recomendaciones y prohibiciones. En la entrada un guardaparque nos explicó los por qué: hay mucha fauna que vive en los médanos y en la orilla del mar y, la libre circulación de camionetas, jeeps, cuatris, motos e incluso peatones la estaba extinguiendo. Luego de una breve pero interesante charla, seguimos camino al faro pero uno detrás del otro y manteniéndonos en el sendero seguro que nos marcaron.
Llegamos al faro y nos reagrupamos. Ya para esta altura el cielo estaba completamente nublado y el viento hacía bajar la temperatura. Hubo charlas, bromas, capots levantados, historias contadas como la de la única Estanciera presente y su carrocería tres puertas, toda una rareza, aunque su dueño enseguida aclaró que no era original, pero que estaba hecha respetando al modelo que sí venía 3 puertas y que fue pensado para taxi.
Allí hicimos un breve recorrido para saber que el IKA más antiguo era una pickup 1961 que es propiedad del Campo Las Olivas y tiene carrocería IKCar. Mientras que el modelo más original era el Jeep IKA de 1974 de Jorge Rombiola aunque la capota de fibra que llevaba no es original.
El regreso a Villa Gesell nos encontró con un atardecer de cielos rosas y naranjas (foto de apertura), y una tropilla de caballos sueltos que venían de frente y nos obligaron a bajar la velocidad a casi cero para evitar que se espanten y terminar con un accidente.
Hubo algunas averías que se solucionaron en la marcha. Si algo aprendí es que los Jeeperos están siempre listos para la reparación rápida sin importar lo que sea. ¿Radiador pinchado? se soluciona. ¿Cardán suelto? También se soluciona. No hay nada que los detenga y el espíritu solidario es total.
El domingo, arrancamos con una exhibición de los participantes en el playón de la vieja Terminal a donde se acercó el responsable de la cartera de Turismo de Villa Gesell a saludar y curiosear los Jeeps presentes. Luego de eso, la caravana se acercó a un punto único: la estatua de Carlos Gesell arriba de su Jeep IKA que está en medio de la calle 3. La mejor forma de cerrar un fin de semana de camaradería y buenas anécdotas.