La noticia es breve y podría pasar de largo. Pero es muy importante, más allá de los datos y el suceso que señala. El próximo miércoles 4 de mayo se realizará una Marcha Blanca (recorrido de prueba sin pasajeros) sobre el tramo Rosario-Cañada de Gómez. Nuestro frecuente colaborador Esteban de León es quien suele alimentar a Motor1 con muchas de las noticias ferroviarias; y como este acontecimiento sucede en la zona donde vive, con más razón está muy atento a todo lo que sucede. Será el anticipo de un servicio regular de Trenes Argentinos próximo a reinaugurarse; después de apenas 45 años.
Las estaciones Rosario Norte, Funes, Roldán, San Jerónimo Sud, Carcarañá, Correa y Cañada de Gómez serán su recorrido, a lo largo de más de 70 km de vías férreas, estimándose el viaje en poco más de dos horas de duración. En el mismo se harán mediciones para establecer tiempos por tramos, y comprobar el estado del trayecto e infraestructura vial. Ese día la formación de prueba de Trenes Argentinos saldrá desde Cañada de Gómez a las 5:30hs, llegando a las 7:10 a Rosario Norte; y emprenderá el regreso a las 18:30 desde esa terminal, para llegar a las 21 hs, finalizando la jornada.
Queremos a los trenes
Tengo la edad suficiente como para haber visto gente de saco, corbata y sombrero yendo a trabajar a una oficina, vi los taxis hormiga negra, vi repartir los diarios de la tarde, y también vi estaciones llenas de gente, con trenes rodando sobre vías en todo el país. Pueblos o pequeñas ciudades que se fueron quedando sin jóvenes porque el tren dejó de pasar, y los dejó en silencio.
Que quede claro: la estructura de caminos de nuestro país responde en gran medida al trazado de los distintos ramales ferroviarios, siempre fue así para llevar cargas, también pasajeros; y por supuesto, mover mucha gente desde y hacia ciudades grandes, para servicios de trenes de cercanía. Eso es lo que más se nota, no ver esos ramales que mantenían vivas las localidades por donde pasaban. Lo refleja muy bien el autor de este extracto y el autor de la foto de portada, Rodrigo Miró. Aquí sus palabras:
Hacíamos trencito para entrar al jardín cuando éramos chicos. Dibujamos locomotoras desde siempre, aún sin haber visto una de verdad. Nos emocionamos hoy cuando un título periodístico anticipa el regreso de un recorrido, nos interesa la propuesta de ese político que propone recuperar un ramal.
Y la lista sigue. Porque hay canciones que no podrían haber existido sin esa musa inspiradora. Hay películas con argumentos que hubieran sido imposibles sin un tren como escenario. Entonces, la pregunta surge inevitable: ¿Por qué ese magnetismo? ¿Y por qué nos pasa cuando, en la mayoría de nuestros pueblos, no pasa un tren de pasajeros desde hace más de 30 años?
Algo de eso debe venir de nuestra historia. Es que donde paraba una locomotora, fueron naciendo los pueblos. Y entonces hoy, podríamos hacer el ejercicio de recorrer todo el interior y preguntar en cada localidad a una persona elegida al azar: “¿Dónde queda la estación?” Seguro habría respuestas, sin importar la edad ni la formación del que se elija para la consulta. Se sabe, aunque en ese lugar hace mucho tiempo que no se suben pasajeros.
Debe ser la memoria ferroviaria de una Argentina que llegó a tener, en la segunda mitad del siglo XX, más de 45 mil kilómetros de vías que la recorrían de norte a sur y de este a oeste. En la que Buenos Aires era el nodo del que se desprendían líneas que cruzaban toda la geografía nacional. Pero que también tenía a Rosario como uno de sus polos ferroviarios más importantes, con enormes talleres para la reparación y fabricación del material rodante, con recorridos de cercanía y parada en varias estaciones.
Una de ellas era Rosario Norte, en la que en los últimos años apenas se detiene dos veces por semana el tren que va de Tucumán a Buenos Aires, cuando supo tener una vitalidad enorme y ser el centro de un barrio lleno de vida, con restaurantes, hoteles y prostíbulos. El querido bodegón El Riel, a una cuadra de ahí, debe su nombre a aquel origen. Pero no queda demasiado más. La que fue estación hoy es sede de las oficinas de la Secretaría de Cultura Municipal.
En 1977, con la dictadura militar, aquel entramado que nos enorgullecía empezó a ser desguazado. Allí fue que el sur santafesino perdió sus trenes metropolitanos y estaciones como Central Córdoba, Rosario Oeste o Rosario Central, empezaron a perder sentido para pasar a convertirse en museos o rincones del olvido.
El texto sigue, y se lo puede continuar leyendo aquí.





Tren de prueba en las cercanías de Rosario - Video