Nuestro frecuente colaborador Antonio Sivianes es un histórico lector/seguidor de Autoblog y de Motor1. Sus aportes a la infinidad de temas que tratamos son moneda corriente, enriqueciendo los debates con altura y conocimiento. Este respetable sevillano es conductor profesional de tractores con semirremolque por las rutas de España y Europa, también es un eximio coleccionista de modelos de autos y vehículos industriales. Su colección puede verse en el Garaje Algabeño, su blog en constante actualización.
De esta publicación extraemos este modelo de autobús europeo, perteneciente a una colección de fascículos de distribución en el viejo continente. Aquí vamos con la historia de este producto de Iveco. Así nos lo cuenta el mismo Antonio Sivianes:
El 300 TS de IVECO (Industrial Vehicles Corp.) fue un autocar turístico que formaba parte de las últimas generaciones de la serie Lorraine. Producidos a finales de los 80, los Lorraine se caracterizaron por eminentemente diseñados para el mercado francés y además fue de uno los raros casos de autocar de turismo con chasis de largueros.
Fruto de una alianza franco-italiana, el Lorraine nació en un agitado contexto de grandes cambios en el mercado del vehículo industrial galo, incluyendo desapariciones de marcas emblemáticas del país vecino. Una de ellas, UNIC, cada vez dependía más de FIAT Italia y acabó fundiéndose en 1975 dentro del grupo IVECO -recordemos que es parte de FIAT- -(Nota del Editor: el texto de Antonio se refiere al momento en que Iveco pertenecía al grupo Fiat; hoy es un grupo independiente: ver nota)-. El extinto fabricante francés no era un reputado especialista en la construcción de autocares, pero había acogido parte del personal de Berliet y se esperaba poder contar con su "savoir-faire" lionés.
Por su parte, FIAT entonces no era apenas nadie en Francia si se hablaba de autobuses y no disponía de ningún modelo de 12 metros hasta que en 1976 lanzaron su 370 con diferentes longitudes y motor de 260 CVs ideado para transportar entre 48 y 58 personas. Este modelo recibía diferentes motores según la longitud del chasis y fueron exportados a Francia bajo la marca UNIC ya que las colectividades y corporaciones públicas francesas exigían comprar productos nacionales; fruto de ese espíritu el nacimiento del Lorraine tenía su justificación.
Este autocar sería presentado en 1981 con una carrocería fabricada por la CIMT (Compañía Industrial del Material de Transporte), una empresa en parte propiedad de MATRA que supo imponerse a los proyectos presentados por Gruau o Heuliez. El Lorraine llevaba inicialmente también el motor de 260 CVs pero se diferenciaba del FIAT 370 por sus ángulos redondeados, un parabrisas más bajo, techo y bajos de caja en aluminio o por su frontal y trasera fabricados en poliéster con lo que el peligro de corrosión se mantenía alejado. También el tablero de mandos era específico, aunque desde 1984 fue el mismo del Magirus M2000 (la versión alemana del FIAT 370).
Con su línea moderna y su buen chasis el Lorraine logró inicialmente un buen portafolio de pedidos a pesar de su motor (muy sediento de combustible). Pero el éxito no duró mucho ya que el presidente de CIMT murió y su empresa, a causa de dificultades financieras, acabó en manos de Alsthom, que decidió finalizar el acuerdo con FIAT. Entre medio quedaron cien Lorraines a medio terminar en la fábrica y toda la producción más las líneas de montaje se trasladaron a una factoría en Fourchambault que montaba las motos Vespa para Francia. Aquí hicieron evolucionar el Lorraine con nuevos motores y acabaría siendo llamado como 300 TS por la inclusión del turbocompresor, posteriormente tuvo ciertos cambios estéticos menores y aparecieron variantes de chasis sobre-elevados (300 GTS II) o cortos, de tan solo 7,54 mts. y con 170 CVs de potencia.
Pero cuando IVECO lanzó en 1992 su nuevo autocar monocasco Euroclass la sentencia de muerte del Lorraine fue firmada, tras haberse producido unos 650 ejemplares en doce años sin que apenas saliesen fuera de Francia cincuenta de ellos, todos con destino a Rumanía. Una cifra demasiado corta aunque su destino principalmente fuese un único mercado, no obstante muchos de los Lorraine conocerían una segunda (y dura!) vida como material de ocasión en los países del Este europeo.
Características del modelo de colección
Aunque ya lo dije en varias ocasiones la colección de autobuses y autocares de editorial Hachette "murió" hace ya un tiempo pero sigue viva en el Garaje, con modelos que todavía siguen esperando salir de mis vitrinas para darse a conocer entre aquellos a los que les guste este tipo de miniaturas. En el caso del Lorraine creo que la adquisición fue buena sobre todo por la calidad general del modelo y su precio excelente; exteriormente no hay apenas nada para reprochar (salvo la colocación de algunas piezas como las matrículas o los antinieblas) y hasta logra muy buena nota por todas sus ópticas o las ruedas. Pero como suele ser habitual lo negativo se queda de puertas para adentro...
Texto y fotos: Antonio Sivianes