Tantas cosas nos volvían locos de chicos y ahora ya no nos interesan o las olvidamos… o peor, nos da vergüenza admitirlo. En Motor1 Argentina vencemos el pudor, abrimos las puertas del garage de nuestro corazón y acá van esos autos por los que babeamos de chicos y hoy… nuestro arrepentimiento es lo que se reproduce a continuación.


Carlos Cristófalo - "Mercedes-Benz Coche-Camioneta"

MERCEDES-BENZ-COCHE-CAMIONETA

Coche-Camioneta. Yo debía tener cinco o seis años y así le decía a la curiosa pick-up que tenía uno de los proveedores de la verdulería que estaba frente a mi casa. Dos veces por semana, Don Carlitos -éramos tocayos- recibía la mercadería que le traía este comerciante en su extraño Mercedes-Benz. Don Carlitos le decía "Coche-Camioneta", así que yo también le decía así. Me fascinaba.  Me parecía un auto revolucionario. Años después supe que era un 220D Sedán alemán, que Mercedes-Benz transformaba en pick-up en la Argentina, para tributar menos impuestos. Ya eran los tiempos en que me interesaban los autos más "serios y sofisticados". Por eso, me avergonzaba el recuerdo de haber sido alguna vez fanático de algo tan ridículo como un "Coche-Camioneta". Pensaba: "Qué aparato horrible. Qué manera absurda de arruinar un buen Mercedes-Benz". Pero todo vuelve.

Tuvieron que pasar varias décadas para que comprendiera que el auto que tenía ese proveedor de verdulería era una rareza exótica. Es una extraña pick-up que aún hoy asombra a los alemanes de Mercedes-Benz, que exhiben un ejemplar en su museo de Stuttgart. Fue una solución que hoy se reivindica incluso como exitosa, ante la sombra del estrepitoso fracaso de la pick-up Clase X. Sí, parecía un feo y deforme sedán arruinado: hasta el nombre era vergonzoso. Pero mirá las vueltas de la vida: hoy me encantaría tener ese mismo "Coche-Camioneta" en mi garage.


Leonardo Valente - Daihatsu Terios

Daihatsu Terios

Me pongo de pie para hablar de Daihatsu: Algunas de mis experiencias más emotivas han tenido como participante a una gloriosa HiJet 1000 (“La Pokebola” por su forma y colores, y un conductor apodado Pikachu), que incluyen emprendimientos, novias e incluso la caravana de recibida. Cuando años después un amigo me encomendó hacerle unos ploteos para su fundación a una Terios ’99 me fascinó la idea de interactuar con ese SUV – Kei Car, un vehículo más cerca del segmento A que del B, con seguridad pionero en tamaño y precio, ¡En tu cara EcoSport!

Sin embargo, más allá de lograr simpatías entre el público adolescente, es en los hechos un aparato con bastantes limitaciones: Consume como un Taunus fuera de punto (y tiene una cantimplora como tanque), sus habilidades off road con desproporcionadas ruedas de 16’ y bloqueo central de diferencial no superan por mucho a las de un palio con las gomas desinfladas y el confort a bordo es simbólico.


Orlando Cristófalo - Chrysler Neon

Chrysler Neon

Era moderno. Era casi una coupé, de hecho hubo una versión tres puertas. Era americano pero con otra onda, aunque las primeras unidades de 1997 llegaban desde Austria. Anduve en uno por esa época, en mi rol de productor de A Todo Motor. Me parecía fantástico, moderno, estaba manejando algo realmente nuevo. La posición de manejo la recuerdo muy baja y un acceso al habitáculo en el que había que agacharse mucho. Pero al OC de 1997 no le preocupaba mucho eso.

Con el correr de los años fue perdiendo encanto, seguramente porque nunca se modernizó. Cada tanto me cruzo con alguno. Hace mucho que no veo ninguno en buen estado y eso facilita que mi enamoramiento de fines de los 90 haya quedado muy atrás, tanto como para no andarlo confesando en cualquier lado, solo cuándo me lo  piden en Motor1.


Luciano Salseduc – PT Cruiser

Chrysler PT Cruiser

Podríamos hablar y debatir horas y horas acerca de las modas y cómo cambian con el paso del tiempo nuestros gustos y decisiones sobre ciertos objetos, personas, intereses y hasta creencias. Ya lo dijo Francella en la película El secreto de sus ojos: “podés cambiar de cara, de casa, de familia... de novia, de religión, de Dios... pero no de pasión”. Por suerte nunca me apasioné por el PT Cruiser, solamente me gustaba. Me atraía esa sensación de modernidad, de distinto, de rupturista para su época. Parecía llegado de otro planeta.

Antes de lanzarlo, a finales de los 90, Chrysler sumó un sociólogo a su equipo de diseño y decidió apostar por el llamado cerebro reptiliano, para buscar la parte inconsciente de un supuesto comprador, fuera de los tradicionales estudios de mercado. El resultado fue la creación de un auto de un estilo neo retro con reminiscencias a un “gangster de los años treinta”. Totalmente en el otro extremo con el motivo de mi elección de esa época.

Hoy, años después, cada vez que veo uno por la calle, me siento orgulloso de mi evolución (en ciertos aspectos) y de que siempre voy a seguir siendo hincha de Boca.


Carlos Alfredo Pereyra  - Dodge 1500

Dodge 1500

En sus dimensiones compactas se sintetizaban esas curvas que en otros autos más pretenciosos y contemporáneos se podían explayar, ya que contaban con entreejes más generosos y con voladizos que te hacían soñar. No puede decirse lo mismo del motor, el cual emitía un sonido magro, que pasaba desapercibido. Su silueta y su fase de movimiento no impresionaban.

Por entonces fue primer auto familiar (de otras familias), fue taxi, fue auto de academia para aprender a conducir (mi viejo aprendió en uno de Oscar), y yo enseñé en uno de ellos. Puede decirse que el "milqui" representaba para mí un salto corto, de poca aspiración, de entrecasa. Sin embargo, por eso me parecía un coche simpático y amigable. Fue compañero de escapadas, así que el Dodge representaba oportunidad y diversión low cost.


Jaime Mayo – SsangYong Musso

Ssangyong Musso

En general me siguen gustando los autos por los que se me caía la bababa de chico, pero eran tantos que tengo una lista de arrepentimientos que solo entraría en el garage de un multimillonario. Lancia Ypsilon, Ferrari 512M (la última con faros fijos), Pontiac Trans Am (KITT), Dodge Viper, Citroën Pluriel, Suzuki X-90 (un SUV targa de dos puertas que parecía un sedán) están en la lista, pero sobre todo, me da vergüenza el SsangYong Musso… aún más que el Korando II.

Me acuerdo que cuándo se presentó era un todoterreno pero con estética moderna. Entre tanto off-road cuadrado y que parecía hecho con piezas mal unidas, el Musso tenía capot lanzado y paragolpes envolventes, una revolución, algo así como el X6 de su momento. Además tenía motor Mercedes. Hoy lo veo y me doy con la palma de la mano en la frente, no solo me parece una caja, el mercho era diesel carente de turbo y de potencia. Como ya dije, me arrepiento de pocos de los autos que me gustaban de chico, pero de chico me gustaban demasiados autos.


Juan Pablo Estevez – Plymouth Prowler

Plymouth Prowler

En la misma época que a Chrysler se le dio por el diseño retro que trajo el PT Cruiser, también tuvimos al Prowler. La idea era genial, un roadster de capot larguísimo y ruedas delanteras separadas de la carrocería, algo así como un Lotus 7 pero con la potencia y la arrogancia gringa. Hoy me pregunto ¿cuál sería mi estado hormonal de esa época?

Primero, hoy me llama la atención la trompa con el maxilar hacia adelante. Segundo el capot que parece escudo de Optimus Prime. Tercero, entiendo el estilo retro de la parte trasera, pero hoy siento que algo no está bien ahí. Finalmente, serán los años, pero los Hot Rod no me hierven la sangre y menos con aire modernista y líneas de los 90s.

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