Más es mejor, así de simple suele de ser la pelea entre las automotrices, y no se limita solo a poner más caballos que el contrincante, también en engrosar la lista de “chirimbolos” que ofrece el auto. Curiosamente, muchas de esas soluciones, que quedan perfectas en el catálogo no suelen producir beneficios en el uso diario e inclusive pueden llegar a ser molestas.

Voy a nombrar algunos de muchos elementos que pueden llegar a ser hasta irritantes. Va a ser muy polémico (lo sé) porque, lo que a uno le parece inútil o molesto, a otros les sirve y parece genial. Esto quiere decir que podés estar de acuerdo o no, la idea no es enojarse, solo reflexionar un poco. En breve se vendrá la nota con esos elementos que la Redacción de Motor1 Argentina prefiere dejar de lado (fíjate la tranquilidad con la que nos explicamos).

Arrancamos, literalmente porque el primer ítem es el botón de encendido. Es lindo, es cómodo, pero ¿es vital? Con el tambor, metés la llave y sabés que queda ahí, en muchos autos con botón no hay un espacio para guardar la llave; resultado: queda tirada por ahí o molestando en el bolsillo. Finalmente, hay botones que uno los aprieta y se ocupan de encender el auto de manera automática, y otros que hay que seguirlos apretando (igual que girando la llave) hasta que se enciende el motor.

Si, ya se, lo del botón es polémico y los que lo aman, lo aman, y no van a perdonar jamás que lo haya puesto en tela de juicio. Ahora me voy a meter con uno que puede generar insultos, pero contra el propio auto: los controles por voz. ¿Cuántas veces aprestaste el botoncito del volante para pedirle algo al auto y no solo no hizo lo que querías, sino que empezó a hablarte sin parar diciéndote opciones que no te interesan? Obviamente, sin resolverte lo que le habías pedido. Para peor, hay un sistema que cuando le decís "Cancelar" te responde No hay problema, como si estuviéramos preocupados de herir los sentimientos del auto…

Resulta que hay algo peor que hablarle al auto y algunas marcas pusieron controles gestuales, algo así como lenguaje de señas con la pantalla. Sinceramente, prefiero girar la perilla de volumen que estar sacudiendo la mano en el aire, rezando para que haya sigo justo delante del sensor y que el sistema haya entendido. Y con un poco de mala suerte, la vocesita del sistema empieza otra vez a enumerarme un menú de opciones interminables mientras el volumen sigue alto y yo me trato de concentrar en cuál esquina doblar.

Una de esas cosas que suenan geniales y nos hacen sentir que el auto es de avanzada es el estacionamiento semi automático. Apretás un botón, circulas despacio, el auto encuentra un espacio y mueve el volante para entrar en ese lugar, vos seguís al comando del freno y de la caja. El problema es que tarda tanto en encontrar un lugar que en el proceso se arma una cola de bocinas candentes (por no decir de recordatorios de tus progenitores) demoradas detrás tuyo. Conclusión, lo usás en una calle tranquila o cancelas el automático y te hacés cargo de estacionar el auto.

Doble escape falso. Simplemente, si una de las bocas no sirve, o ambas salen del mismo silenciador, no les veo mayor utilidad. Peor aún son las dos salidas “dibujadas” en el paragolpes con la salida verdadera escondida debajo del paragolpes. No es 100% equipamiento, pero… ¿o peor es el escape deportivo que suena por el estéreo?

Hasta acá algunos de esos equipamientos debatibles, quedan muchos elementos, desde los que odian a las pantallas de cuajo, hasta los que no les interesan los techos solares pasando por los apoyabrazos o las luces ambientales y hasta un perfumador. Hay tantas cosas en los autos de hoy y tantos gustos como conductores.

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