La decisión de Rusia de invadir y bombardear Ucrania desató el pánico esta madrugada argentina en los mercados mundiales. Las bolsas de todo el mundo abrieron en baja, lideradas por las de Europa. El petróleo y el gas, por su parte, arrancaron la jornada con subas superiores al 6%. El barril de crudo Brent, que es la referencia en Europa, superó el valor de 100 dólares por primera vez en siete años.

Desde que comenzó 2022, el Brent ya subió un 30%. El 2021 había cerrado con su precio en 79 dólares. Parece lejano el recuerdo del comienzo de la pandemia, cuando el precio del petróleo llegó a valer “menos que cero” (precio negativo, ver nota), cuando las cuarentenas en todo el mundo produjeron un exceso de stock de crudo inédito en la historia mundial.

Hoy el panorama es igual de complicado, pero por otros motivos: la crisis entre Rusia y Ucrania, que está afectando a toda Europa, tiene uno de sus orígenes en el control de las energías tradicionales, como es la distribución del gas y el petróleo.

En Europa aseguran que el conflicto podría generar un “shock de demanda de combustibles” y un “colapso en el abastecimiento para el resto del mundo”.

La consultora JP Morgan vaticinó que la guerra en Europa “podría interrumpir materialmente el suministro de petróleo en unos 2.3 millones de barriles al día, lo que empujaría rápidamente el precio del petróleo hasta 150 dólares el barril, un 100% más sobre el precio promedio del cuarto trimestre de 2021”.

Algo similar ocurre con el gas. Rusia es el mayor exportador mundial de gas natural. La Unión Europea depende del gas ruso, ya que Rusia es su principal proveedor. De hecho, alrededor de un tercio del gas consumido en la UE se produce en ese país.

En 2018, el último año del que se dispone de cifras, Rusia representó por sí sola el 40,4% de las importaciones europeas de gas, muy por delante de Noruega, el segundo mayor proveedor (18,1%) y Argelia, el tercero (11,8%). Estos tres países representan además más de dos tercios de las importaciones de gas. Rusia es también el mayor exportador de petróleo y carbón hacia la Unión Europea.

En la mayoría de los países europeos, el carbón sigue siendo una fuente importante en la generación de energía eléctrica (leer más).

La compañía de inversiones SwissQuote definió de esta manera el pánico y la incertidumbre que rige desde hoy en todo el mundo: “Sólo podemos seguir de cerca los últimos acontecimientos y estar preparados para más volatilidad en los mercados. Lo único cierto es que los precios de la energía y los combustibles subirán”.


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