El mantenimiento en los intervalos correctos y con el producto adecuado es lo que define la vida útil del motor en vehículos de trabajo. Unos consejos de Mobil llegan de en forma didáctica, observando todo lo que un lubricante debe proteger.

Los camiones son uno de los medios de transporte más utilizados para la distribución de la mayoría de los productos que se movilizan a lo largo y ancho del país, tanto para su exportación como para consumo interno, y constituyen el principal activo para quienes se dedican al rubro de la logística de mercaderías.

No realizar un servicio de análisis de aceite y lubricación adecuada al vehículo genera una pérdida en costos y en tiempo. Cuando un camión o utilitario se encuentra parado en un taller cambiando constantemente lubricantes o filtros, está demandando una mayor mano de obra y generando un desperdicio de lubricantes por deshecho y costos de reparaciones; lo que a su vez se traduce en pérdida de dinero para el dueño de una flota o para el camionero independiente, que podría estar utilizando ese tiempo para trabajar. Por tal motivo, MOBIL brinda una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta a la hora de elegir el lubricante indicado para cada tipo de vehículo, con el fin de que cumpla correctamente su función y no provoque daños o fallas en el sistema.

Grados de viscosidad y estándares de desempeño:

Los grados de viscosidad y los estándares de desempeño son dos características fundamentales que deben considerarse al momento de escoger un lubricante para el vehículo.

En cuanto a viscosidad, es primordial saber que su principal función consiste en separar las partes móviles de una máquina y contribuir de este modo al buen funcionamiento del motor. En este sentido, una baja viscosidad representa falta de lubricación; mientras que una elevada viscosidad va a exigir demasiado esfuerzo del motor para operar. De ahí la importancia de respetar las reglas y normas de aplicación de aceites lubricantes, como el grado de viscosidad SAE, que debe siempre seguir las recomendaciones del fabricante del vehículo, conforme las temperaturas ambientes durante su operación y que requiere cada camión según su tipo y el lugar en donde circula.

Por otro lado, en relación a los estándares de desempeño, existen tres a nivel mundial, que tienen origen en EE.UU. (API – American Petroleum Institute), Europa (ACEA - Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) y Japón (JASO - Japanese Automotive Standards Organization), además de los requerimientos individuales que puede tener cada fabricante automotriz.

El objetivo de la especificación es establecer un desempeño mínimo necesario para proteger al motor en relación al control de depósitos, barnices, lodos y hollín, protección de cojinetes, contra herrumbre y corrosión, control de desgaste y de oxidación. 


1. Clase de servicio API: 

Comprende las categorías “C” -para motores de quemado por compresión - y “F” - para estos motores, pero brindando adicionalmente ahorro de combustible. Son lubricantes diseñados para proporcionar una protección mejorada contra la oxidación del aceite, la pérdida de viscosidad por cizallamiento y aireación, así como la protección contra el envenenamiento del catalizador, el bloqueo del filtro de partículas, el desgaste del motor, los depósitos del pistón, la degradación de baja y alta temperatura y aumento de la viscosidad por hollín.

Categoría “C”: incluye aceites para motores diésel 4T de alta velocidad CH-4, CI-4, CI-4 Plus, CJ-4 y CK-4. Los aceites que cumplen con la clasificación API CK-4 son diseñados para cumplir con las normas de emisiones de escape para aplicaciones de ruta de modelo 2017 y años anteriores. Están formulados para uso en todas las aplicaciones con combustibles que varían en contenido de azufre hasta 500 ppm. La CJ-4 también se aplica a utilización con combustibles con hasta 500 ppm de azufre y fue reemplazada por la CK-4. Las clasificaciones anteriores permiten utilización de combustibles con contenidos de azufre más elevados. Es importante observar que siempre se debe llevar en cuenta las recomendaciones del fabricante del motor al elegir el combustible y el lubricante de modo a garantizar la mejor protección.

Categoría “F”: incluye ciertos aceites XW-30 formulados para uso en motores diésel selectos de cuatro tiempos de alta velocidad, diseñados para cumplir con los estándares de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del año modelo 2017. Están creados para uso en aplicaciones en rutas con combustibles con contenido de azufre hasta 15 ppm. Se recomienda consultar las recomendaciones del fabricante del Equipo Original con respecto a compatibilidades con otros tipos de aceites. Estos aceites no deben ser utilizados en motores que no fueron diseñados para utilizarlos.


2. Clase de servicio ACEA

para motores diésel de pesados: E4, E6, E7 y E9

Los lubricantes de clases de servicio E4, E6, E7 y E9 son estables al corte. Poseen excelente control de limpieza de pistones, desgaste, manejo de hollín y estabilidad química. 

Las clases de servicio ACEA E4 y E6 aplican para motores que cumplen los patrones de emisiones Euro I hacia V operando bajo condiciones muy severas, como intervalos de cambio de aceite muy largos. Los aceites E7 y E9 se aplican a condiciones severas, pero con intervalos de cambio menos extendidos. En el caso de los E4 y E7, se aplican a motores sin filtros de partículas y algunos con EGR y/o SCR. Por otro lado, los E6 se aplican a motores con ERG con o sin filtros de partículas y con SCR, mientras que los E9 son para motores con ERG con filtros de partículas y a la mayoría de los motores con SCR. 


3. Clase de servicio JASO M 355: 2021

Son clasificaciones de servicio para motores diésel de servicio pesado y ligero. 

DH-1: son aceites diseñados para trabajar con motores antiguos para servicio pesado o aceites para motores diésel de servicio liviano, existentes antes de los filtros y antes de los sistemas de catalizadores, que pueden trabajar con contenido de azufre más elevado, superiores a 50 ppm y que no tienen límite de SAPS. Es decir, que pueden utilizarse en todos los motores que no tengan control de emisiones. 

DH-2: fueron creados para utilizarse solamente en motores diésel de pesados, con filtros de partículas y con catalizadores con control de emisiones. En este caso, se pueden utilizar en motores antiguos, pero hay que usar combustible con baja cantidad de azufre. Además, son Mid SAPS, lo que significa que la ceniza sulfatada no puede pasar de 1 % en masa.

DH-2F: para motores de baja emisión, con filtros y catalizadores. Son aceites que brindan ahorro de combustible. De igual modo, requieren baja viscosidad y deben ser utilizados en motores que fueron creados específicamente para este tipo de lubricantes. 


Requerimientos y aprobaciones de los fabricantes

Son muy importantes porque llevan en cuenta las condiciones para protección de las peculiaridades de los motores de cada fabricante y son parte fundamental en la garantía del vehículo. Un aceite aprobado por un fabricante normalmente tiene propiedades adicionales para brindar una protección mayor al motor, en comparación con las clasificaciones de servicio de la industria de lubricantes.

Por último, otra observación importante es sobre el uso de aditivos suplementarios o “restauradores de motor”. La recomendación es siempre utilizar un aceite de nivel y de calidad aconsejada por el fabricante, y seguir sus planes de mantenimiento. Los aditivos suplementarios generalmente son caros y pueden reaccionar con algún aditivo del paquete del aceite o dañar el balance que hay en la formulación de los lubricantes originales y provocar un daño en el motor. Lo mismo sucede con un motor que lleva mucho tiempo utilizando un aceite de baja calidad o de un tipo no recomendado por el fabricante para sus características, lo que puede provocar daños como el pulido de la camisa del motor, acúmulo de depósitos carbonosos en anillos de pistones, desgaste acentuado de faldas de pistones, cojinetes y mandos de válvulas, los cuales una vez dañados, no se recuperan. 

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