Estamos acostumbrados a que el teléfono ya no se use sólo para llamar o enviar un mensaje. Lo usamos como navegador, centro de redes sociales, oficina y hasta banco  o billetera. No sé si a vos te habrá pasado, pero muchas veces el mismo smartphone se traga tu atención y te distrae de lo que estabas haciendo. ¿Qué tiene que ver esto con los autos? Sucede que las nuevas pantallas están provocando algo similar, pero en un momento más crítico: mientras manejás.

Vamos a los hechos. Estudios como el realizado por la Universidad de Utah y la Fundación AAA para la seguridad vial descubrieron que un conductor puede perder más de 48 segundos prestando atención al sistema multimedia de su auto. Quizás no parezca mucho, pero en el tráfico es tanto tiempo que algunas asociaciones lo compararon con conducir en "estado de ebriedad".

En esta nota no voy a atacar a las pantallas. Creo que tienen mucho de positivo, ofrecen un navegador (o más de uno) siempre a la vista, permiten escuchar música desde distintas fuentes e inclusive configurar muchos parámetros para facilitar el manejo. El problema es el mismo que con los smartphones: tantas herramientas, tantas utilidades, terminan siendo perjudiciales para la atención del conductor.

Haciendo un poco de historia, el objetivo inicial de las pantallas fue poder reunir muchas funciones para simplificar el interior del auto y facilitar su uso. Compará un Mercedes-Benz Clase S W140 (1991 a 1998) con un W220 (1998 a 2005) y ya vas a ver cómo desaparecieron botones, teclas y perillas. Ahora mirá la actual generación W223 y fijate como crecieron las pantallas, tanto a lo largo como ancho de auto.

Mercedes Benz Clase S W140
Mercedes-Benz Clase S W140
Mercedes Benz Clase S W220
Mercedes-Benz Clase S W220
W223
Mercedes-Benz Clase SW223

Todo ahora es táctil o está en una pantalla. El problema radica en que cada vez se agregan más funciones y esas funciones generan sub menús de sub menús… etcétera. Y todos ellos necesitan que mires la pantalla. Inclusive hay marcas que sacaron perillas como las del volumen o climatización, tareas que antes se podían hacer a simple tacto, sin apartar la mirada del camino.

Quizás la definición de "infoentretenimiento" es la que mejor explica la dualidad entre bendición y maldición. La multiplicación en la oferta de funciones de las pantallas se adelantó a la aparición de asistentes que permitan prestarles atención mientras se maneja. Hoy tenemos asistencias de conducción autónoma Nivel 2, como advertencias y acciones concretas ante un choque o cambio de carril inminentes. Pero estos sistemas son apenas asistentes, no reemplazan la atención del conductor que tiene que seguir a cargo de todo.

Hoy podés hacer mucho de manera fácil y al mismo tiempo poco de manera muy difícil, por ejemplo, parecería que se requiere de un curso hacer algo tan simple como pasar de AM a FM. Otro problema es la falta de accesos rápidos, en muchos casos, para cambiar la música es necesario salir del navegador / ir al menú / entrar a la radio o reproductor / elegir / volver a salir / volver a entrar al navegador… ¡todo esto manejando entre autos y personas!

Quiero que quede claro, las pantallas tienen muchas funciones prácticas y algunas marcas han desarrollado sistemas más prácticos, personalizables y con accesos directos a distintas funciones logrando así disminuir las distracciones. El problema no es la velocidad de procesamiento: es la complejidad de uso. La conclusión: queda en cada persona no perderse en el mundo de la pantalla mientras maneja, al menos hasta que los sistemas semiautónomos hayan alcanzado un nivel más alto y estén en todos los autos y estén presentes en todos los autos.

J.M.

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