El Parlamento de Uruguay aprobó una modificación de la Ley Aduanera que permitirá la libre importación de autos clásicos en el país vecino, sin cobrar ningún tipo de impuestos. Esta medida apunta a convertir a Uruguay en un polo de atracción para grandes colecciones de autos clásicos, que movilizan una importante economía en servicios de mantenimiento y restauración, a cargo de pequeños talleres y artesanos.
Al mismo tiempo, la medida de Uruguay deja en evidencia la asimetría que existe en la Argentina, donde quienes deseen importar un auto clásico deben pagar hasta 186% de impuestos aduaneros y otras cargas tributarias. Además de la carga impositiva de Argentina, se suma la complejidad del trámite burocrático: el mes pasado, el secretario de Industria, Ariel Schale, estableció un cepo con nuevas trabas para la importación de autos clásicos (ver nota).
La importación 0% de Uruguay abarcará a todos los autos clásicos con 50 o más años de antigüedad. Es decir: todos aquellos que se hayan fabricado antes de 1971. De esa manera, este beneficio impactará de manera especial sobre los vehículos clásicos más costosos del mercado, que no deberán pagar ningún tipo de impuesto para ingresar a ese país. El objetivo de la Banda Oriental es incrementar su parque nacional de autos clásicos, atraer a coleccionistas y revitalizar la economía que gira en torno a esta actividad.
También hay novedades para los autos usados, pero que no son clásicos.
En un sentido similar, en mayo pasado Uruguay decidió exonerar de tributos a todos los vehículos de menos de 50 años que hayan sido ingresados a Uruguay por “residentes y migrantes del Mercosur”.
Esto permitió que muchos ciudadanos argentinos que se mudaron al país vecino en los últimos meses pudieran regularizara sin costos impositivos la radicación de sus autos comprados originalmente en Argentina.
Las nuevas dos normativas para la importación de vehículos usados y clásicos en Uruguay, se pueden descargar acá abajo.
***
Archivo para descargar: Uruguay - Importación de vehículos de residentes y migrantes del Mercosur
***