Una nueva aventura de la mano de Andrés Memi y sus experiencias para los que aman andar en moto en serio. Motoadventure Tours y Motoadventure Rally Raid son dos conceptos muy parecidos pero con algunas diferencias, mientras que los Rally Raids llevan más preparación y están producidos con un nivel más alto de exigencia, estos tours se centran en una experiencia auténtica y dejan el glamour un tanto de lado, así que no esperen ver hoteles 5 estrellas ni comidas gourmet, solo motos, buenos caminos y el mismo servicio mecánico super profesional que caracteriza al equipo de Andrés Memi. Realizada esta aclaración continuamos con el relato.

Iniciamos el 16 de mayo, cargando cada uno su moto en una camioneta y saliendo con destino a Viedma, la base para el comienzo de esta aventura. A diferencia del viaje anterior, en este caso, todas máquinas KTM/Husqvarna. Desde nuestra humilde 390 Adventure hasta 790 R Rally y 1290 Super Adventure, además de las sospechosas de siempre, las 690 y 701 Enduro, entre otras. El objetivo del viaje era llegar a Comodoro Rivadavia por la costa atlántica. Spoiler alert: no llegamos.

El primer día consistió en aclimatarse a la moto, al frío y a la arena, con un enlace corto antes de llegar a las inmensas e interminables playas de Río Negro, caminos que al ,menos yo, nunca había recorrido. Acantilados, playas, médanos y un paisaje árido pero muy cambiante. Definitivamente otro lugar más para no perderse en este increíble suelo que habitamos.

En este ambiente la KTM 390 Adventure brilló. De todo el pelotón, una de las primeras opciones a tener en cuenta, si elegir fuera una posibilidad, y entre salto y salto que voy recordando no puedo dejar de agradecerle al mecánico residente estrella de Motoadventure Garage, el señor Matías Marcucci, que con absolutamente cero anticipación agarró mi 390 Adventure a solo horas de tener que cargarla y resucitó el monoshock WP APEX trasero que con 10 mil kilómetros de periodistas abusivos había tirado la toalla.

Abro paréntesis. El día anterior a cargar las motos, un viernes a última hora,  paso a buscar la moto por las oficinas del importador y, para sorpresa mía, me quedé rebotando como en un pogo saltarín. En la desesperación empiezo a averiguar por repuestos, pero a esa altura ya era una tarea imposible. Luego de haber fracasado en mi búsqueda de un monoshock nuevo, me dirijo lo más rápido que pude hasta el taller del Sr. Marcucci, dentro de Motoadventure Garage. Lo miró y con con total confianza me dijo ''venite mañana a las 9 que te lo arreglo''. La mañana siguiente a las 8 hs ya estaba ahí esperando al doctor para dejar internada la suspensión. Unas 3 horas después, y luego de desarmar completamente el amortiguador, limpiarlo, volver a armarlo y, dato no menor, sin reemplazar ninguna pieza, el monoshock salió a la cancha, salvando el viaje. Pueden ver en las imágenes de má abajo. Cierro paréntesis.

El día siguiente arrancamos desde Las Grutas, que en temporada baja y saliendo de una pandemia se parecía más a un pueblo fantasma que a otra cosa. Nos dirigimos nuevamente bordeando el mar, y luego por unos caminos de arena más hacia el sur. El destino de ese día era Puerto Madryn. El protagonista de ese día, y el resto del viaje, la lluvia. Hay cosas que ni la mejor organización puede controlar.

Seguimos bordeando la costa, que en ese momento del día el mar se retira unos 300 metros hacia adentro y deja descubiertas las grutas, la playa y un escenario que por momentos parece de otro planeta. La moto, su monoshock y el piloto seguían con buen ritmo, disfrutando del viaje, paisajes, compañía y la pequeña y poderosa aventurera de KTM, que ya estaba dejando asombrado no solo a mí sino que a varios más que ocasionalmente se veían asediados por la motito más chica del grupo.

La tercera jornada consistió en un enlace y el acceso a unas cabañas escondidas, ya en la provincia de Chubut. Las ballenas habían quedado atrás y por los próximos dos días solo íbamos a tener lluvia y desafíos como nunca antes habíamos vivido. Las incesantes precipitaciones y un camino de arcilla nos jugaron una mala pasada, que incluyó una excursión al piso de quien les escribe, sin heridas para el piloto, pero con una rotura de radiador. En un primer momento, desde mi inocencia pensé que me iba a dejar afuera, pero no contaba con las manos mágicas de Andrés Memi. Al mejor estilo MacGyver arregló el radiador, que no solo terminó el día, sino que recorrió cerca de 800 kilómetros más.

Después de una tarde muy lenta, llegamos a otro pueblo casi abandonado, producto de la caída del turismo, donde nos reagrupamos. Los mecánicos hicieron su magia en otras motos que habían sufrido distintas averías y luego de una puesta a punto general pegamos la vuelta.

El día final fue una vuelta hacia Buenos Aires luego que se dictara una nueva batería de medidas a fin de reducir el impacto de la segunda ola de Covid-19. El viaje se acortó por un día y emprendimos la vuelta sin escalas.

En nombre mío y de Motoblog, queremos agradecer nuevamente a Andrés Memi por la invitación, a KTM Argentina por cedernos nuevamente la 390 Adventure, que terminó con algunos raspones y un radiador pinchado, pero demostró ser una moto increíblemente capaz y, sobre todo, divertida. Por último agradecemos a Juan Beve por las espectaculares tomas aéreas.

Los dejamos con el video y las fotos de la experiencia. Ojalá puedan tomarse el tiempo de mirarlo. Es mucho esfuerzo generar material de estas características y creemos que realmente vale la pena cada segundo.

M.F

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Galería: Motoadventure Tours: Experiencia por el Atlántico Sur con una KTM 390 Adventure

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