Esto de probar motos en cierta forma te templa el carácter, y te hace menos impresionable. Pero de vez en cuando aparece una que te vuelve a poner en tus casillas y que te da un poco de miedo, o respeto. Esto nos sucedió con la Husqvarna Svartpilen 701, un monstruo con piel neo-retro, que cuando le das rienda suelta -y desconectas el control de tracción- mete miedo. Pero mejor vamos a tratar de explicar esto, con un método empírico. Potencia: 75 caballos a 8500 rpm; Torque: 71 Nm a 6750 rpm; Peso en seco 158 kilos. Una fórmula para el desastre, o la diversión extrema si se aplica con cuidado.
Desde abajo nos encontramos con un diseño muy similar al que vimos en el lanzamiento de estas flechas escandinavas, salvando un ligero cambio de color y unas nuevas llantas de rayos sin cámara. La Svartpilen 701 sigue el lenguaje de diseño que Husqvarna adoptó para su line-up de calle, que actualmente se compone de dos estilos con distintas cilindradas, aunque próximamente estaremos viendo algunos más -Norden, te hablamos a vos-. Líneas rectas rematadas con superficies redondeadas que invitan realmente a apoyar las manos y sentir el diseño desde otro plano sensorial. Suena cursi, pero los desafío a ver una Svartpilen y no querer tocarla.
Debajo de la carrocería encontramos, casi desnudo, el cuadro y el motor de la moto, dos componentes que completan esta tríada de diseño, ciclística y potencia. El motor, como ya es sabido, se toma prestado de la línea de Enduro y Supermotard de la casa austríaca, y su diseño se ve acentuado por las tapas en color bronce y un escape de acero inoxidable que, con el pasar del tiempo, va mutando y cambiando de color. El cuadro, del tipo trellis, tubular de acero, sello de Husqvarna y KTM, se termina con componentes de primera calidad como suspensiones WP, frenos Brembo, embrague Magura y aros de rueda Akront sin cámara. Todo esto se suma a un diseño moderno. Sobrio, pero a su vez con un aire vintage que, sin dudas, dejaría satisfecho al mismísimo Steve McQueen, el piloto más famoso de la marca sueca.
El instrumental es uno de los puntos flojos de la moto, que comparte con las Svartpilen y Vitpilen 200 y 401 y, si bien muestra toda la información, ya se podría haber migrado a algo más moderno y claro. Lo mismo con los comandos de luces y encendido, que también salen del catálogo de productos de la marca, como las 701 Enduro y Supermoto. Son rústicos, pero originalmente se diseñaron para durar, resistir agua y arena, así que espero que esto les sirva de consuelo.
El comportamiento dinámico de la Husqvarna Svartpilen 701 es excelente, mucha potencia y mucho control es una buena forma de resumirlo. Los 75 caballos, si bien sorprenden, con un poco de práctica es posible domar a la bestia, claro que el control de tracción y ABS ayudan mucho a que los márgenes no sean tan estrechos. Las riendas, o mejor dicho, el manubrio es ancho y brinda suficiente palanca como para poder controlar la moto casi con la mente. La montura, o el asiento, es plana, algo dura y nos posiciona por encima de la Svartpilen. Junto con al embrague hidráulico y frenos potentes, vemos manetas regulables, que continúan este foco sobre el control, y se remata con suspensiones regulables en compresión y rebote al frente, y precarga y rebote atrás. Con todas estas regulaciones y una posición de manejo que nos planta firme arriba de la moto la sensación de control es total.
La máquina no podría salir a la calle sin equipar ciertas ayudas electrónicas. El control de tracción puede desconectarse desde un botón en el tablero, que para desconectarlo hay que mantener presionado por algunos segundos, a veces sin éxito. El ABS parecería no ser desconectable, al menos sin hacer trampa. Otros componentes electrónicos quizás menos obvios son, por ejemplo, el quickshifter que funciona para subir y bajar marchas que funciona de la mano del acelerador tipo ride-by-wire que también se suman para contribuir a esta experiencia de control y dominio total.
En definitiva, esta Svartpilen 701 nos ofrece un paquete increíblemente divertido para la ciudad, sumamente llamativo y relativamente simple. Su pedigree, descendiente de las 690 Enduro, con un despeje aceptable de 164 mm y sumado a las cubiertas Pirelli MT 60 RS en rodado 18 adelante y 17 atrás nos deja la posibilidad de salir del asfalto y tomar caminos rurales, de ripio o quizás incluso arenosos si el piloto se siente confiado. Es una moto para alguien con espíritu de aventura y amante de la adrenalina, pero que también tenga ojo para el diseño y una de esas mesitas escandinavas para hacer juego.
Les dejamos el video de esta prueba y, mientras tanto, vamos a ir pensando otra excusa para volver a tenerla unos días. Esperamos que lo disfruten.
M.F.
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